Anécdotas Hípicas Venezolanas presenta:

Juan Vicente Tovar

Por Juan Macedo

Actualizado por Juan Luis Orta

El Supercampeón Juan Vicente Tovar León, nació el 24 de mayo de 1950 en la 3° calle de Los Cujicitos, casa N° 37, DDT-425, de la caraqueñísima parroquia San José. De la unión de Pedro Tovar y María León de Tovar nacieron dos hembras, Sergia Rosa y Ana Cristina, además de tres varones: Justo, Julio y Juan Vicente. Este último curso la primaria en la Escuela Antonio Ernest. Los apuros económicos de la familia, lanzaron a Juan al mercado de trabajo a corta edad y se convirtió en plisador de ropa femenina en el Almacén Maden, de la esquina de Salvador de León. Lejos estaba el pequeño negrito, de atrapar tantos títulos, el exceso de récords, la idolatría de un país entero, la condición de campeón indiscutible y, sobre todo, el de ciudadano ejemplar.

De la promoción a la cual perteneció Tovar León hay varias anécdotas. Ocurrió que los alumnos de la Escuela de Jinetes, dirigida a la sazón por el desaparecido Luis Monasterios, al graduarse hizo una colecta de cinco bolívares cada uno con la finalidad de entregar placas y de esta manera brindar reconocimiento a dos jóvenes periodistas que les prestaron apoyo durante el aprendizaje. Ese honor correspondió a Ángel Gutiérrez Agüero y Mario Cardozo. La promoción llevó el nombre de Jesús Marino Escobar Peña.

Juan Vicente Tovar y su promoión de 1973

Juan compartió sus obligaciones como alumno de la escuela de jinetes con labores que comúnmente se llama en nuestros hipódromos "cagajonero", es decir, limpiar las camas de los ejemplares y cambiarle la viruta. Labor que cumplió en las caballerizas de Neptalí Sánchez y José Rosendo "Che" Fernández. Una labor de menos delicadeza que el de las finas sedas del Almacén Maden.

De esa época nació la amistad de Tovarcito con Camejito, ambos cumplían similares funciones en los establos. Con la diferencia que Camejito no aspiraba ser jinete. Era tanta la camaradería, que compartían lo poco que ganaban. Si el dinero no alcanzaba más allá de un sandwich, o una empanada, o un refresco, esa era la comida del par de amigos. Si "levantaban" un fuerte, cada uno se llevaba cinco reales. Así funcionó todo hasta que un día Guido Argentino, herrero de profesión, buscaba un aprendiz y vio en Camejito el aspirante idóneo. Le ofreció salario de Bs. 600 mensual, que comparados con los 20 que ganaban ellos semanalmente, era una fortuna. Es así como se produjo la ruptura de los "inseparables". La hermandad llegaba a su fin. Ceremoniosamente Camejito se dirigió a Juan Vicente y le dijo: "Negrito, a partir de este momento vamos a probar suerte en forma separada. Cada quien por su lado". Y se convirtió en mano derecha de Argentino, llegando a ser con el tiempo un afamado herrador.

Un buen día, Tovar se presentó a La Rinconada con un lujoso automóvil. Solicitó la presencia de Camejito, quien atendió de inmediato el llamado. Tovar le recordó los viejos tiempos. Le hizo un recuento hasta llegar al tema del auto. Le manifestó que ese carro recién lo había comprado con la intención de regalárselo y así pensaba hacerlo. En el trayecto, de la agencia al hipódromo, repasó mentalmente esos días y cuando lo llamó estaba dispuesto a entregarle el presente; pero, repentinamente recordó que, al recibir la oferta de Guido, Camejito no lo había pensado dos veces y, tal vez, en forma egoísta prefirió quedarse con la ganancia total y no seguir compartiendo con su amigo. Es así como Tovar se lo recordó, encendió "la nave" y salió del lugar "picando cauchos", no sin antes manifestarle que se había arrepentido de materializar el obsequio por la actitud de quien hasta el momento era como su hermano.

Pero no fue Camejito el único escéptico sobre el futuro de Juan Vicente. También el popular Guillermo González, "Chatarra", que dirigió la campaña de jinete aprendiz de Tovarcito.

Seria a comienzos de 1974 cuando entra en actividad como jockey, ganando su primera carrera con Soroa el 2 de marzo de 1974, al día siguiente obtuvo su segunda victoria en el Trofeo Día del Jinete con Dominguero marcando tiempo record de 92"4 para los 1500 metros. Termina esa temporada con 41 triunfos, no obstante, perdió el título de aprendiz del año en la última semana, cuando su colega Argenis Rosillo lo terminó superando por una victoria, sin embargo, recibe Mención Honorífica como jinete aprendiz. Con ese cartel arrancó el año 1975 la cual le dio su primera victoria clásica, acontecido en la segunda semana de septiembre cuando pasó la meta en ganancia con el ejemplar Arañazo (que fue tremendo batacazo) en el marco del Clásico Cavepro, un pupilo de Heberto Castro Pimentel entrenado por Domingo Noguera Mora, derrotó a los grandes favoritos Gran Tiro y Guache.

Arañazo con Tovar sorprendiendo en el Cavepro de 1975

Según lo mencionó una de las fuentes (Revista Gaceta Hípica), el triunfo N°60 para obtener el grado de jinete profesional lo obtuvo sobre los lomos del norteamericano Léxico. El Sr. Víctor Marín nos informó que realmente el triunfo 60 fue con el caballo Calverking, mientras Léxico representó el primero como profesional (N°61). 

Luego de que ya había sido observado como uno de los novatos más prometedores de la hípica y tenía algunos triunfos en su haber, el destino le jugó una mala pasada. En una mañana de traqueos Tovar cayó del ejemplar Sapuare a la pista de La Rinconada, su pierna derecha quedó en tan malas condiciones que se pensó que nunca volvería a montar otro purasangre de carrera. Tovar había demostrado tener la capacidad para ser un ganador, sin embargo, los jinetes construyen su futuro compitiendo y ganando carreras, mientras él estaba postrado en una cama y con la deuda de una casa que había recién adquirido para su madre.

 

Así el pequeño caraqueño se encargó de sorprender a todos con su regreso a las pistas en tan solo cuatro meses. Juan Vicente Tovar estaba dotado de un increíble instinto para tomar decisiones rápidas en la pista y de un tacto preciso para conocer el estado físico de sus montas. Por lo que pronto estuvo de nuevo en los primeros planos, algo que no logro ver "Chatarra" que al Juan obtener este el grado profesional lo abandonó, señalando que le sería difícil seguir ganando. Entonces buscó la asesoría de otro agente y recibió como respuesta que el individuo le diera la espalda "porque tenía al mejor jinete de La Rinconada y sus alrededores". Luego, cuando diligenciaba la obtención de la licencia para conducir automóviles, conoció a José Ángel Torres Velázquez, "Edificio". Terminó Tovar ese año 1976 como subcampeón de los jinetes, escoltando a la figura del momento, Ángel Francisco Parra.

Ya para 1977 dominó la situación de principio a fin, para apoderarse del campeonato de los jinetes con 114 triunfos y de esta manera no dejarlo sino hasta 1992, después de 16 estadísticas, todo un récord a escala mundial. El tiempo, curtidor de la constancia, del deseo, de la dedicación y responsabilidad lo convirtió en el jinete, en el astro que todos conocimos por más de dos décadas, poseedor de casi todos los récords de nuestro país.

Tovar y Valiente, campeones de 1982

En el año 78 ganó la Triple Corona de yeguas con Blondy hecho este que repitió en el 80 con Gelinotte y con otra triple coronada ganó uno de los tres pasos, se trató de Lady and Me; además estuvo cerca con Inolympia, Trinycarol, The Queen, Luna Pier y Ferd D'Ferh. Con Gelinotte, la valiente zaina nacida en el año 1977, copó la escena cuando se metió en las páginas doradas de nuestro hipismo al conquistar la Triple Corona de yeguas y dos pasos de la Triple Corona Nacional, cayó vencida en un duelo cabeza a cabeza de casi 500 metros con Sweet Candy en el Derby de Venezuela, ultimó paso de las gemas. A finales de enero de ese año 1980 Tovar estuvo unos días en Norteamérica, específicamente en Hialeah Park, donde participó en algunas carreras logrando un triunfo con Double Accord y dos segundos lugares (uno de ellos con Sceptic, propiedad de Domingo Noguera Mora), bregando con jockeys de la talla de Ángel Cordero Jr.

Los aficionados zulianos pudieron disfrutar del espectáculo que fue Juan Vicente Tovar a bordo de un caballo de carreras cuando en 1981 llevo a Veseli a convertirse en el primer Triple Coronado del Hipismo Zuliano, cuatro años más tarde regresó para repetir la hazaña, esta vez en la silla del gran campeón Tío Cheo con el cual también obtuvo el Clásico José María Vargas de 1986 en La Rinconada Ganando el Clásico Día de la Armada de 1982 con la yegua Val Fleurie, Juan Vicente Tovar pasó a liderar el renglón de clásicos ganados superando a Balsamino Moreira, llegando a 71 clásicos ganados por 70 del recordado látigo chileno.

Tovar ganador!!!

En Valencia ganó su primera con Murciano en la jornada inaugural el 25 de marzo de 1983, de esa hípica de Cabriales se recuerda su triunfo en el Hipódromo de La Rinconada con la primera gran Campeona Valenciana Miss Leydy en el Clásico General Joaquín Crespo de 1984.

La influencia de Tovar en las pruebas correspondientes a la Triple Corona es inagotable. En 1984 condujo a The Iron en el Páez (1600 metros) y cayó vencido por Indudable, el crack del momento. Posteriormente, con el mismo animal, repitió su segundo lugar en el MAC (2000 metros), Indudable mantenía sus aspiraciones a la ansiada Triple Corona nacional. Le restaba, apenas, el República de Venezuela en milla y media. Todo señalaba como una autentica fija al caballo que conducía José Padrón y entrenaba Julio Ayala. Juan Vicente envió un mensaje a Manuel Medina (entrenador de The Iron): "Díganle que me prepare al caballo para los 2400 metros, pues no podemos perder". Medina, sorprendido, atinó a decir: "Pero si no hemos podido con ese caballo en la milla ni en los 2000 metros, ¿cómo le ganamos en 2400?" Sin embargo, obedeció y alargo al ejemplar. Resultado: The Iron venció de tiro a tiro, dejando en el segundo y sin la Triple Corona a Indudable. "Ese negro es un fuera de serie", afirmó Medina inmediatamente a la inobjetable y dibujada conquista.

Comenzaba la temporada de 1985. Tres semanas sin ganar Tovar. Eran demasiadas para el ritmo triunfador que el campeón tenia acostumbrada a la afición. ¿Qué le ocurría al Negro?, era la pregunta que giraba alrededor de la fanaticada. La situación preocupaba un poco al líder de los jockeys. ¡De pronto! Repicó el teléfono de la quinta Mis Anhelos, de la urbanización Los Naranjos. "Es Luis Aparicio, sé que estáis metido en un slump. Yo pase por eso en las grandes ligas. Mentalízate e imagínate que no está pasando nada, que estáis ganando seguido, y veréis que pronto vuelves a tu estado natural: a ganar como vos sabéis". El saludo amistoso, el agradecimiento y un "nos vemos en cualquier rato". Ese mismo año se programó en La Rinconada el Trofeo Luis Aparicio: venezolano en el Hall de la Fama. José Ángel "Edificio" Torres acompañó al hipódromo al primer campocorto latinoamericano insertado en Cooperstown. En el trayecto, Luis recibió un mensaje de Tovar: "Dile a Luis que le dedico la carrera de su trofeo". Ya en plena recta final, al narrador interno no tuvo otra alternativa que afirmar: "Y Sindavad tiene el triunfo asegurado". Juan había cumplido su promesa.

El 23 de junio de 1985, el moreno de San José se adjudicó la Triple Corona nacional cuando el ejemplar Iraquí se coronó al obtener la victoria en el Clásico República de Venezuela. Así la jornada fue toda festiva cuando Tovar y el defensor del Stud Chivacoa jugaron como favoritos ya que ganaron las pruebas anteriores: el José Antonio Páez y el Ministerio de Agricultura y Cría. El Páez fue un clásico en el cual a Iraquí se le señalaba como una segunda opción asomándose como favorito al invicto Candy Man. Sin embargo, Tovar lo colocó a la expectativa y en el codo final se lanzó en búsqueda del triunfo, objetivo que alcanzó con cuatro cuerpos y medio sobre su archirrival. Luego llegó el domingo dos de junio cuando en el Clásico del Ministerio de Agricultura y Cría, segundo evento de la triple corona venezolana, Iraquí traspuso la línea final de la competencia con más de cinco cuerpos de distancias sobre su más cercano rival. Así avanzamos al 23 de junio de 1985 cuando el noble potrillo junto a la leyenda Juan Vicente Tovar obtuvo una convincente victoria que lo catapultó a la historia del hipismo nacional. El pequeño jinete estaba en su momento de gloria, la algarabía fue inmensa y en La Rinconada no se recuerdan mayor alegría, Iraquí se consagró como el tercer animal en alcanzar la Triple Corona venezolana, emulaba las hazañas logradas por Gradisco en 1960 y por El Corsario en 1972.

En el año 1986 ganó 17 clásicos de grado, en este orden el Alberto Smith (con Napaz), José María Vargas (Tío Cheo), Andrés Bello (Tío Cheo), Día de la Armada (Miss Vereda), Fuerzas Armadas de Cooperación (Winton), El Corsario (Miss Vereda), Cavepro (Winton), Asociación Hípica de Propietarios (Winton), Periodistas Hípicos (Sátira), Simón Bolívar (Winton), Burlesco (Sparrow), Cría Nacional (Winton), Ciudad de Caracas (Imbay), Fuerza Aérea Venezolana (Capaz), Jockey Club de Venezuela (Winton), Comparación (Batiente) e Instituto Nacional de Hipódromos (Capaz). Además ese año triunfo en el Selección de Fedeharas (Napaz), Derby de Sovecría (Miss Vereda) y Polla de Acrica (Refino).

Un gesto como aquel en la Copa Klick de 1986, que era un match entre Adeje (favorito con su gran rival del momento, Ángel Francisco Parra) y Sparrow, que para el momento era un buen prospecto. Al momento de la partida, Adeje se quedó en el aparato y Tovar, que había partido sin problemas, al percatarse detuvo a su cabalgadura y se regresó al aparato, para una nueva partida, en igualdad de condiciones. Al final, pasó adelante la raya Parra con Adeje y Sparrow quedo segundo, pero la mayoría coincidió en señalar a Tovar como el gran ganador del evento, en un gesto que definitivamente lo enalteció.

Se hizo tan famosa la pericia y habilidad de Juan Vicente sobre un puro de carreras, que en cualquier orden de la vida servía de ejemplo e identificación total. En nuestra época de estudiantes, los compañeros de la facultad de ingeniería en la Universidad, ante la proximidad de un examen, se preguntaban ¿qué tema será el de esta prueba? A lo que inmediatamente se respondía. "Estudia, afíncate en las integrales dobles, que son una fija: la lleva Juan Vicente Tovar".

Otra vez, a finales de octubre de 1987 y en el Restaurant Ponte Vecchio de Las Mercedes, un día (lunes) después del distanciamiento de Gallardete en el Clásico Simón Bolívar, Francisco Morales hacia cálculos de si podía o no ganar la estadística, con tamaña suspensión sobre su cabeza, al fenomenal Ángel Francisco Parra. Servilletas rayadas por todos lados, números de distinta dimensión, en fin, cualquier cantidad de dígitos dignos de Pitágoras. Apartando la gran cantidad de cifras, Francisco le formuló par de preguntas. "¿Juan, como haces para ganar tantas carreras? ¿Existe algún secreto?", a ello responde Tovar "Las victorias vienen por la constancia, la dedicación, la disciplina, las metas que uno se traza y ciertas habilidades. El secreto, si es que existe, es el oído" "¿Que tiene que ver el oído con mandar, pegar, apilarse, estribar corto, arrear y toda esa serie de vainas que hacen ustedes los jinetes?", le pregunto Francisco Morales de nuevo con bastante incredulidad, a la que Tovar respondió con rapidez y seguridad: "El jinete que no tenga el oído educado, que no sepa escuchar los pasos de los caballos, tanto del que va adelante como los que vienen atrás esta liquidado, no puede medir el alcance de una carrera de caballos". Y le dijo: "Te dedico esta estadística". Parecía increíble. Regresó. Ganó 19 carreras de 38 compromisos, terminando primero con cuatro de ventaja sobre Parra. El 1° de enero, al compás del Feliz Año, le recordó: "Te la dediqué y cumplí".

El 2 de diciembre de 1990 fuimos testigos de otra de las grandes hazañas logradas por Juan Vicente Tovar en la pista cuando se creció ante el mundo para ganar en finales por demás inolvidables las tres pruebas Internacionales como lo fueron las dos ediciones del Clásico Confraternidad del Caribe a bordo del caballo Randy en tiempo récord sobre Súper Sergio y la edición para yeguas en la que impuso a Mon Coquette sobre Stillwater.

Finalmente la gloria llegó cuando en una verdadera demostración de calidad e inteligencia logró imponer al campeón Don Fabián en la edición 23 del Clásico del Caribe en bonito duelo con el panameño Espaviento marcando además tiempo récord.

En otra oportunidad, Francisco Morales, almorzando en su casa de Los Naranjos, observó que el Casquillo de Oro de 1977, el primero que ganó con un total de 114 primeros, colgaba de un clavo bastante raro y circundado por un marco muy especial. Esa situación le llamó poderosamente la atención, pidió una explicación. Vino de inmediato. "Hace años, en 1976, siendo un aprendiz tuve una rodada que por poco me saca de la película, me deja sin trabajo. Me operaron e incrustaron un clavo en el fémur. Después, ya sin molestias, me lo retiro el Dr. José Lara Díaz. Cargué con mi clavo a casa; y ese que ves ahí es, justamente, el clavo que sostiene a mi primer Casquillo de Oro".

De las 16 estadísticas consecutivas que obtuvo Juan Vicente Tovar (desde el año 1977 hasta 1992), fue el de la temporada 1982 donde consiguió la mayor cantidad de triunfos con 151 laureles. Cuando Tovar asumió la idea del retiro en 1992, lo hizo por la puerta grande, al ganar su última estadística (igualando con José Luis Rodríguez), luego de triunfar con Auriga y cumplir otra monta. Fue tal su firmeza en la decisión, que nadie pensó en la posibilidad del regreso. Se dedicó al descanso, asuntos familiares y algunos negocios. Para la temporada de 1993 se instauró un clásico en honor a quien logró infinidad de récords en nuestro hipismo y uno a nivel mundial, el de 16 estadísticas consecutivas. Ese año lo ganó La Pastoreña y en 1994 lo ganó Prime Tip (después este evento se degradó a Copa).

Sin embargo, la nostalgia del quehacer diario, la camaradería y competencia del medio, se apoderaron de él y sorpresivamente se reincorporó a actividades con una gran diferencia sobre el resto de los atletas que han intentado una segunda etapa: conseguir el éxito en esa misma temporada, 1995, su primer triunfo el 9 de abril con Mariawaleska en una recordada ovación que duró varios minutos desde que entró en la recta final hasta que hizo el repeso, ganar una semana después el Clásico Presidente de la República con el ejemplar Colonial y cumplir una memorable campaña para culminar entre los primeros de la estadística.

Tovar sobre Colonial en el Presidencial de 1995

El astro de los jinetes, Juan Vicente Tovar, al ganar la cuarta carrera del programa del 12 de julio de 1997 en La Rinconada por intermedio del caballo As de Copas, completo 2300 triunfos en el ovalo de Coche, según minuciosa estadística que manejó su agente José Ángel Torres Velázquez, "Edificio".

El 30 de octubre de 1997, en horas del mediodía, se cumplió el homenaje pautado por la Comisión Permanente de Juventud, Recreación y Deportes de la Cámara de Diputados en honor al astro de los jinetes, Juan Vicente Tovar León. Una concurrida asistencia pleno los jardines del Palacio Federal Legislativo, donde Juan Vicente recibió la Medalla Congreso Nacional de manos del doctor Cristóbal Fernández Dalo, presidente del Congreso de la República. Intervenciones de los diputados Nelson Carrasquero, Jesús Elorza, Apolinar Martínez, Miguel Ángel Paz, y del senador Fernández Dalo, enaltecieron las virtudes del homenajeado, enfatizando en la labor profesional del jinete dentro y fuera del hipismo venezolano, agregándose su don de buen ciudadano. Tovar, quien estuvo acompañado por sus familiares y la gran legión de amigos, agradeció, en breve pero concreto discurso, el acto que se le rendía, considerado como el primero que se le otorgó a un jinete nativo. Brilló la presencia de otro campeón, de Gustavo Ávila, quien fue ovacionado en diferentes oportunidades, un distinguido asistente que realzó la belleza del acto, haciéndole compañía a su amigo Tovar León. El presidente del INH, Dr. Luis Felipe Carbonell, estuvo presente en representación de las autoridades hípicas, así como también un numeroso grupo de propietarios, donde destacó el Dr. Federico Carmona Perera, entre otros.

Muchas veces Juan Vicente Tovar León ganó con ejemplares en tiempo récord: Star Light, Abisinia, Gelinotte, Landrea, El Isiro, Ristre, Guadamil, Murciano, Mon Coquette, Don Fabián. Finalmente, en 1998, decidió abandonar la profesión, esta vez en forma permanente, su última victoria con Express y el ejemplar que cerró las paginas doradas de la vida pistera de quien en vida fuera considerado "El Mejor" fue Locura de Amor, para probar suerte en otras facetas, incluyendo en el campo de la edición de revistas y en la radiodifusión, donde mantuvo su sintonizado espacio Tovar en Línea. Al escucharlo hablar, fue fluido en el conversar. Ante un micrófono emitía la opinión que creía valedera, utilizando un lenguaje sencillo con dicción loable, teniendo buen dominio de las expresiones del rico lenguaje castellano.

Juan Vicente Tovar León falleció el 12 de abril de 2000 de manera absurda. Pero su luz cual estrella brillara por siempre sobre los cielos de los hipódromos venezolanos y al contemplarla servirá de inspiración y ejemplo a todos aquellos jóvenes que deseen surgir como jinetes para que entiendan que la grandeza de un hombre no se mide por su estatura, ni por las riquezas materiales que acumule, sino por las hazañas a base de constancia, dedicación, esfuerzo y honradez, las mismas que quedaran escritas con hilos de oro en los libros de gloria de la memoria imperecedera de las generaciones venideras.

Siempre habíamos considerado a Juan Vicente Tovar como un hombre de extraordinaria inteligencia cuando estaba arriba de un pura sangre de carreras. Desde pequeño había observado que éste gran fusta venezolano le agradaba correr en puestos intermedios, es decir, entre los 5 o 6 primeros. Siempre aprovechaba la pelea de dos o más punteros para no desgastar a su conducido, cuando uno de los dos se entregaba, exigía a su ejemplar y lo colocaba en pos del líder. Otras de las grandes virtudes de Juan Vicente Tovar fué que casi siempre buscaba la carrera en el poste de los 600 metros, en donde siempre hacia correr en firme para de esta forma desprenderse en la recta final.

Como último homenaje y bajo enorme emoción, el pequeño Juan Pablo Tovar Celis recibió y alzo la placa que tradujo la Exaltación al Salón de la Fama de su padre: Juan Vicente Tovar León, quien en vida fue el jinete más grande de todos los tiempos, no por el hecho de ganar 16 estadísticas consecutivas en La Rinconada sino por su don de gente y venezolano ejemplar. Fue el 26 de junio de 2000, a las 7:30 de la noche, en acto que tuvo lugar en el Hotel Tamanaco, que se hizo realidad: el jurado calificador integrado por miembros del Circulo de Periodistas Deportivos seleccionó, por vía de excepción, la exaltación al Salón de la Fama del "multicampeón" de los jinetes y rey de la fusta: Juan Vicente Tovar León, así como a otros destacados atletas del deporte nacional.

Y le correspondió a su pequeño hijo, Juan Pablo, en representación de la familia Tovar Celis recibir lo que en vida le fue negado a su papa, pero más allá de todo queda la huella, la hazaña, la gloria, la alegría de un venezolano que se entregó en cuerpo y alma a su profesión, a la afición, al hipismo que es lo que cuenta.

Como ultima anécdota de Juan, Alfredo Iglesias se encontraba en un restaurante de la capital en compañía de su familia y se acercó un mesonero con acento sureño. "Usted es Iglesias, el de los caballos" le dijo, en tono que se debatía entre la duda y la afirmación. Entendió que algún compañero le había pasado el dato y lo enviaba a preguntar por algún "fijo" para el domingo. Cuando le indico el ejemplar que más le gustaba para esa jornada, hizo la salvedad de que lo guiaba el campeón (refiriéndose entonces a Emisael Jaramillo). El hombre, visiblemente emocionado, me respondió: "¡Ah! Si lo lleva Tovar no pierde" Por supuesto, se pasó un buen rato explicándole que había fallecido, pero este hecho demuestra que, fuera del hipismo, existía un solo campeón para el pueblo: Juan Vicente Tovar!!!.

Información y fotografías obtenida de las siguientes fuentes: Diario El Nacional, Sr. Mario Cardozo, Sr. Francisco Morales, Diario El Universal, Diario Meridiano, La Biblia del Hipismo Venezolano, Folleto Hechos y Hazañas (Diario Meridiano), Sr. Leonardo Castelo, Sr. José Guerrero, Sr. Juan Carlos Rodríguez O., Revista La Fusta, Revista Gaceta Hípica, Sr. Víctor Marín Y.

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Actualizaciones (fotos y videos):  Prof. Juan Luis Orta

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Anécdotas Hípicas Venezolanas, jueves 30 de noviembre de 2000
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