Anecdotas Hipicas Venezolanas presenta:

Cañonero II

(USA, 1968, Pretendre en Dixieland II por Nantallah)

Por Juan Macedo

El suceso que marcó para siempre al hipismo venezolano fue sin duda la hazaña de Cañonero II, que aparece de la nada y sorprende en el Kentucky Derby. Este era un caballo nacido en Kentucky, Norteamérica, el 24 de abril de 1968 hijo del poco notable semental francés Pretendre en la norteamericana Dixieland II, que nació con una malformación en una de sus manos, que fue casi regalado en las subastas de Keeneland por su criador, el Sr. Edward B. Benjamin, luego devuelto, luego vendido por US$1.200 a Luis Navas, quien seguramente se le atravesó un palpito, tal vez al observar su ascendencia en la línea materna con Nasrullah y teniendo como abuela materna a Martial Air, hija del inmortal gran rojo, Man O'war.  

Cañonero II

De inmediato, Navas organizó los tramites para su ingreso a Venezuela, pero su venta en el país no fue fácil, hasta conseguir colocárselo a un propietario muy singular, a ratos romántico, de nombre Pedro Baptista, por la cantidad de US$4500. Ya en Venezuela, se lastimó a causa de alguna clase de lombriz que le ocasiono una grieta en una de sus manos, pasó a manos de Juan Arias. Cuando la venta de Cañonero II se concretó, esta contenía reservaciones hechas para correr el Del Mar Futurity y los tres pasos de la Triple Corona Norteamericana. Debutó en el Hipódromo La Rinconada el 8 de agosto de 1970 con J. E. Contreras ganando cómodamente por seis cuerpos y medio sobre Comenvé. Incursionó por primera vez en USA el 5 de septiembre, al intervenir en un Allowance figurando tercero a cuerpo y medio de King Cross y a la semana corre el Del Mar Futurity, prueba en la que arribaría 5° a menos de ocho cuerpos de June Darling, luego de sortear una serie de tropiezos. En esas dos ocasiones fue piloteado por "El Remarkable" Ignacio José Ferrer.

 

De regreso a Venezuela, se mostró capaz para distancias mayores, al punto de manterse invicto en sus primeras tres presentaciones antes de disputar el Clásico Gobernador del Distrito Federal, donde fracasó llegando último del argentino Yves. Despues se mantiene participando entre la cuarta y sexta serie para importados de manera exitosa para completar seis triunfos en diez salidas, con tres terceros. Juan Arias y Pedro Baptista planean entonces la nueva escapada a USA, en razón de probar suerte en las pruebas de la Triple Corona. 

Cañonero en La Rinconada

El iba a correr el Kentucky Derby (según cuentan) porque su propietario, que estaba en problemas financieros, había recibido una "visita" de su madre muerta, quien le dijo que el caballo iba a ganar esa carrera. El rumor llega a oídos de la prensa hípica y son tildados de locos. Cañonero II, que para el momento tenia la distinción de haber ganado una carrera en 2000 metros, comenzó su extravagante expedición hacia Louisville en un avión de carga con destino Caracas-Miami. Pero cuando uno de los motores se incendio, fue obligado a regresar. El segundo regreso por fallas mecánicas. El caballo se lastimo al pasar de un vuelo a otro, donde iría acompañado de cientos de escandalosas gallinas y patos. Luego de llegar a Miami, se descubrió que no tenia papeles y entonces fue forzado a volar a Panamá hasta que los papeles fuesen enviados. Durante su estadía allí, comenzó a deshidratarse. Regresó a Miami, pero no se habían enviado muestras de sangre, así que le tocaron 4 días en cuarentena. Al momento de su salida de cuarentena, había perdido 75 libras (poco menos de 34 kilos).

Pero aun sus problemas no habían terminado. No había suficiente dinero para cubrir el costo de un vuelo de Miami a Louisville, así que Cañonero II debió hacer un viaje en Van de 1100 millas (mas de 1700 kilómetros) hasta Churchill Downs, que se accidento en la vía. Una semana antes del Derby de Kentucky de 1971, llego la Van con Cañonero II a la entrada a las caballerizas de Churchill Downs. Dentro estaba un caballo que lucia abandonado, mostrando cada una de sus costillas y un corte de cabello (crin) que lo hacia parecerse a Moe, el de los "Tres Chiflados".

Cañonero antes del Kentucky

Acompañándolo estaba una persona que no hablaba ni una palabra de ingles, que era el hijo de Pedro Baptista. Ninguno, en la entrada del hipódromo, tenían ni la mas mínima idea de quien era ese caballo o que cuadra le correspondía. Solo imagínense el tratar de convencer a los guardias de seguridad que ellos estaban mirando al ganador del Kentucky Derby. Si ellos hubiesen estado conscientes de que este caballo, llamado Cañonero II, había llegado allí para ganar ese Derby, se hubieran reído aun mas fuerte ante tan ridícula afirmación.

Nadie en USA sabia de él, y cuando se hizo la nominación, Chick Lang, oficial de Churchill Downs, penso que se trataba de una broma. Durante esa semana fue visto como el chiste de las caballerizas, especialmente después de un trabajo de media milla en un "peatonal" 53"4, pero a medida que se acercaba el Derby, el caballo iba mejorando, por lo que el entrenador decidió correrlo de todos modos. Juan Arias estaba convencido de que Cañonero II ganaría el Derby. ¿Por que?. De acuerdo Arias, el caballo te lo dijo. Quizás el caballo lo supo gracias a la madre de Baptista. Pero a fin de cuentas, para causar toda una gran conmoción en el hipismo mundial, ellos probaron tener la razón.

La descripción de la carrera es genial: "A nadie se le ocurrió que este caballo corría a 1000 metros de altura sobre el nivel del mar, por lo que en el aire lleno de oxigeno de Kentucky, el alazán Cañonero II tendría una resistencia infinita. No se veía por ninguna parte entrando en la recta final, y de repente la calamidad venezolana viniendo en 20 cuerpos atrás, en un grupo de 20 competidores, retumbo entre los caballos asumiendo el liderato en los metros finales enterrando a sus rivales tras él".

Fue como si todo el mundo, los presentes en Churchill Downs y los que veían por TV, preguntaran en voz alta: ¿Y quien es ese caballo?, ¿Cañonero II? ¿Y quien demonios fue Cañonero I?... Cuando pudieron identificarlo, aun no sabían quien era. Cañonero II terminó ganando por 3 cuerpos y medio, y la inmensa multitud estaba enmudecida. Cuando Cañonero II regresaba, su jinete, Gustavo Avila, comenzó a agitar locamente los brazos, y el publico reaccionó del shock con un estruendoso aplauso.

En Venezuela, Pedro Baptista recibió una llamada telefónica avisándole el triunfo del caballo, y molesto colgó el auricular creyendo que se trataba de una broma pesada. Cuando comenzaron a llover las llamadas, Baptista se percato de lo que había ocurrido. Una semana antes, había sido Cañonero II una mofa, un bufón de caballo. Ahora era de los que se hablaba en Norte y Sudamérica. Se erigió una estatua en su honor. Por las siguientes 5 tumultuosas semanas, Cañonero II uniría al mundo hispano-parlante. La industria de las carreras había sido testigo del nacimiento del "Caracas Cannonball".

Una de las opiniones más interesantes la podemos leer en el Blood-Horse del 18 de abril de 1992. En un trabajo titulado "Café en la mañana, Rosas en la tarde", Cawood Ledford, retirado narrador y comentarista de Kentucky, reseña algunos de los Derby que tuvo la suerte de presenciar. Entre ellos, por supuesto, esta el de 1971. Recuerda Ledford: "En todos los años que cubrimos el Derby siempre tuvimos material fílmico de cada ganador, incluyendo Chateaugay y todos los demás batacazos. Pero no teníamos nada de Cañonero II. Había que tener un interprete para visitar la cuadra. Yo no le asigne ningún chance. El ya había corrido en 2000 metros, pero fue vendido por casi nada en Keeneland y yo pense que era alguna aventura romántica de algún acaudalado suramericano que quería correr en el Derby. Se necesita un Cañonero II en el Derby de vez en cuando..."

Mi padre, el Sr. Manuel Macedo, contó que Angel Penna, el mismo que conquisto la gloria en Europa, estuvo años antes en Venezuela. Cuentan por ahí que jugando domino en la Asociación Hípica, se le acerca un joven de tez oscura y le dice discretamente: "Señor Penna, vengo de parte del propietario para que entregue dos caballos que están en su cuadra". "Sí, Sí, esta bien. Dígale que envíe al preparador y con gusto le doy el traspaso", dijo el siempre elegante Penna y el joven responde: "El preparador soy yo, me llamo Juan Arias". Después, Angel Penna pensaba: "Claro que me voy de este país, ya nada tengo que buscar aquí, ya le di mis últimos caballos al negrito..." Cuando llega el Kentucky Derby de 1971, Angel Penna tiene nada menos y nada mas que el favorito Bold Reason. Ni cuenta se había dado de la presencia de Cañonero II, menos de Juan Arias "el negrito". Apenas si había reparado en la presencia de su amigo, el sempiterno campeón Gustavo Avila. "Ven para que te montes en el próximo ganador del Kentucky", había dicho Penna a Avila en alusión a su pupilo Bold Reason durante los traqueos. Después de correr la carrera y tras el acto triunfante de Juan Arias en el recinto de ganadores y la fea derrota de Bold Reason, Penna (dicen por ahí) clamaba alzando los brazos hacia el cielo: "¿Que hice yo, Dios mío. Enviaste acaso a este Sr. Arias para que me persiguiera y castigara hasta el final de mis días?"

Al terminar la inolvidable justa, Pedro Baptista confirmo su inscripción para el Preakness Stakes, ya que con cualquier buena actuación en la carrera lo llevarían a las otras dos pruebas. Cuando va a Pimlico, hay escepticismo porque solo registra un trabajo nada llamativo de 1000 mts en 65"2 que escondía la capacidad corredora de este ejemplar. Era un corredor perfecto, podía ir en cualquier posición en una carrera. Los expertos, en su mayoría, consideraban que esta ocasión era diferente y que el potro no reeditaría la hazaña.

Cañonero con Juan Quintero

El Preakness Stakes fue una carrera increíble, de no ser por Cañonero II el récord pudo ser de Eastern Fleet que salió a correr en un tren violento y para sorpresa de los presentes Cañonero II salió a buscarlo desde el vamos. Los primeros 1200 metros los pasaron en 70"4 y siguió como si nada, sin dejarlo escapar. Ya en la recta final, el hijo de Pretendre dominaba a su enemigo y cruzó la meta con una ventaja de cuerpo y medio. Esta victoria confirmaba su clase. Juan Quintero, su cuidador, saltó a la pista primero, a el le siguió el entrenador Juan Arias, quien dejo caer unas lagrimas en su rostro en señal de emoción. Richard Nixon, presidente norteamericano del momento, les presento sus saludos a través de la línea telefónica, con una llamada a Gustavo Avila, expresándole su complacencia por tal acontecimiento, ya que eso era un triunfo venezolano.

Venezuela entera estaba de fiesta, caravanas a ritmo de cornetas deambulaban por las calles. La expectativa crece, el singular purasangre es objeto de las más diversas ofertas, pero el orgullo venezolano privo para que no se concretara la venta. A lo mejor algo de romanticismo, para que la gloria, una vez consumada en Belmont, fuera pura y totalmente de Venezuela. Igualmente, durante los días previos al Belmont Stakes, se corrieron muchas voces sobre un problema que al parecer presentaba nuestro campeón, producto de una micosis en sus cascos, lo cual impidió un ejercitamiento mas acorde con el serio compromiso que tenia. Ante la insistencia de los rumores, son inscritos algunos caballos bajo la posibilidad de adueñarse del jugoso pote.

En el Belmont Stakes los fanáticos atendían la posibilidad de un triplecoronado que haría historia como nunca antes se había visto, surgiendo de la nada. Se registro en las maquinas una asistencia récord de 82.694 personas y las ventas de refrigerios, cerveza y licor sigue siendo récord. Parten los competidores y rápidamente Avila tratando de asegurar la carrera, sale en esprintada, a sabiendas de la falta de entrenamiento por el imprevisto conocido. Es así como los corazones venezolanos latían fuertemente, viendo al Crack Norteamericano con Alma Criolla crecido en la punta. Así promediaron unos 2000 mts cuando un outsider de nombre Pass Catcher lo presiona desde el segundo y sin embargo Cañonero II es capaz de darle lucha hasta entregarse a solo 200 metros para la sentencia. Lamentablemente el sueño no cristalizó y arribó en la cuarta posición.

De sea manera, la Doble Corona de Cañonero II paso a convertirse en el mayor logro internacional conseguido por el Hipismo Venezolano. Con estos méritos obtuvo el Eclipse Award siendo nombrado Campeón Tresañero del año 1971. Cañonero II fue vendido por US$1.5 millones al King Ranch Stud, en transacción hecha en Canadá. El resto de su campaña fue bajo el entrenamiento de Buddy Hirsch y se resume con un triunfo en el Stymie H. de 1972 (en tiempo récord) donde derrotó a Riva Ridge y un 2° en el Carter H. detrás de Leematt.

En conjunto, la campaña pistera de Cañonero en Venezuela y Norteamérica fue de 23 actuaciones de los cuales en 9 ocasiones cruzó la meta en ganancia, además de 3 segundos y 4 terceros, acumulando US$334.411 en premios. Realizó campaña como semental en el Gainsway Farm en Lexington, Kentucky, sin llegar a destacar lo esperado, con los ganadores clásicos Cannon Boy, Texas Gem, Papa Lynch y Gladiadora, además del selectivo Beach Boy. Recordamos a dos criollos importados en vientre: el selectivo El Tejano (Semental) y la ganadora Filigrana.

Cañonero II fue recuperado para Venezuela y el 8 de febrero de 1981 se presentó en el Hipódromo La Rinconada donde fue ovacionado por miles de aficionados, mostrando una estampa impresionante de 650 kg, para luego partir al Haras Tamanaco para continuar su campaña como semental, pero apenas pudo dejar una pequeña producción, porque murió el 9 de noviembre de 1981 de un cólico fulminante según informaron en su momento los Dres. Miguel Perdigón y Marcos Hernández. De esa producción están registrados los ejemplares Natilla, Reyna de Ases, Ulanova y Snow Baby. Esta es la historia de un crack norteamericano con "alma criolla". ¡Salud Campeón!

Fuentes: www.anecdotashipicas.com, Ing. Juan Macedo (apuntes personales), Revista Blood-Horse, Revista ¡Hipódromo!, Web site oficial del Kentucky Derby, Sr. Jaime Casas A., Diario El Universal, Diario El Nacional, Diario Meridiano, Daily Racing Form, Libro "La Biblia del Hipismo Venezolano", Revista Gaceta Hipica, Dr. Eduardo Machado, Sr. Agustín Pérez F., Arq. Raúl Rodríguez

Anécdotas Hípicas Venezolanas, jueves 7 de diciembre de 2000
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