Anécdotas Hípicas Venezolanas presenta

Tenterhooks y Sadi: un caso insólito

Editado por Juan Macedo

 

Ello ocurrió en la jornada del martes 19 de abril de 1939, en ocasión de realizarse la carrera por el Premio Presidente de la República; se presentaron al “start” siete ejemplares, ya que Time Winner desertó, después de la inscripción.

Tapatapa, en mérito a su campaña fue consagrada gran favorita. En segundo lugar, pero a larga distancia Tenterhooks, más lejos Sadi y luego la llave: Shirley Temple-Placer, con contados boletos El Mago y Cricket. La carrera se cumplió con aparente normalidad, tal la impresión general y Tenterhooks cruzó la meta con dos cuerpos de ventaja sobre Sadi en 160”2 para los 2400 metros; el General Eleazar López Contreras, que estaba presente con su esposa, Cuerpo de Edecanes e Invitados a la Tribuna Presidencial, procedió, como de costumbre, a hacer entrega del trofeo al Sr. Ludwig Hauck, del Stud Asro, cuyos colores defendía la hija de Salmon Trout y Waiting; su jinete había sido Manuel Suárez, que para aquellos tiempos hacía 50 kilos con toda facilidad.

 

Pues bien, hete aquí, en medio de la sorpresa general, llega al comisariato (que en esa jornada lo desempeñaban los Dr. Luis Landaeta, Félix Lairet, T. Landaeta Sojo y Rafael Branger Semidey) un reclamo entablado por uno de los jinetes que intervenían (tiempo después, cuando se recuerda el hecho, hay acerbas críticas al respecto) y tras largos cabildeos, se ordenó el cambio del marcador de llegada, distanciando a Tenterhooks y acordando el primer lugar a Sadi y justo es dejar constancia del hecho, que el primer sorprendido ante lo resuelto, fue el Dr. Herman Stelling, propietario del voluminoso francés, al punto tal que tuvo visible vacilación en recoger el trofeo, que debió entregar el Sr. Hauck

 

Tiempo después, cuando se recuerda lo acontecido hay quienes no resisten la mirada inquisidora de los que tratan de averiguar a fondo lo ocurrido y mantienen como desde el primer momento el complot del silencio.

 

Y se destaca el hecho, es porque hay que tener presente que había sido el Primer Magistrado de la República él que había entregado el trofeo y congratulado “al feliz ganador”; sobra decir que, a partir de ese momento, varios auténticos deportistas resolvieron alejarse del hipódromo y algunos lo hicieron in eternum.

 

Fuentes: Revista Gaceta Hípica agosto 1964, Sr. Agustín Pérez F. (fotos)

 

Anécdotas Hípicas Venezolanas, domingo 31 de octubre de 2021

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