Anécdotas Hípicas Venezolanas presenta:

Tattersall o la historia de las subastas

Editado por Juan Macedo

 

Tattersall es sinónimo de ring de ventas de caballos en el mundo entero. Todos sabemos del Tattersall de Palermo en Buenos Aires, Tattersall de La Rinconada y del Tattersall de New­market. Más pocos sabemos de donde viene ese Tattersall como sinónimo de ring de su­bastas equinas.

 

Richard Tattersall, nacido en 1724, era hijo de un co­merciante en lanas en York­shire, Inglaterra. Más inte­resado en los caballos que en las lanas procuró fortuna, y luego de varias alternativas se hizo cargo del Stud del Duque de Kingston.

 

 

 

En 1766 fundó la primera razón social de Tattersall. Firmó contrato de arrendamiento de un lote de terre­no en Hyde Park Corner. El contrato duraba 99 años. Dos veces a la semana tenían lugar ventas de caballos en aquel terreno. Con el tiempo se hizo famoso como centro de mercadeo equino y todos los principales del Jockey Club se convirtieron en sus clientes.

 

Más adelante, convertido como estaba en el centro de la aristocracia británica fue ampliado. Se construyeron casetas para perros de caza y galpones para venta de carruajes. Tattersall recibió la misión de liquidar los Haras de Lord Oxford y del Duque de Kings­ton.

 

Hípico al fin, Richard Tattersall fue propietario del famoso caballo de carreras Highflyer. Fundó el Highflyer Stud en donde a Príncipe Regente hacía de anfitrión. A la muer­te de Tattersall en el año 1795 fue vendido el Stud. Los terrenos de la empresa se dedicaron a cuestiones agrícolas. La razón so­cial subsistió y en 1865 se trasladó a Knightsbridge Green, al suroeste de Lon­dres, en donde se efectuaron ventas de caballos, los lunes y los jueves, desde esa fecha hasta el comienzo de la se­gunda, guerra mundial.

 

 

 

Terminada la segunda gue­rra mundial, fueron demoli­dos los patios de ventas de Tattersall. En su lugar se erigió un gran edificio de oficinas que es la sede actual del Tattersall de Londres.

 

En el siglo XIX las ventas de caballos en la Gran Bre­taña eran un acontecimien­to mundial. Allí en Tattersall se vendían caballos de carre­ra, de caza, sabuesos, ponies, etc. Las ventas privadas, perdieron popularidad y todo el mundo compraba y ven­día en donde Tattersall, que llegó a establecer sucursales en diferentes centros gana­deros como Doncaster, por ejemplo.

 

Pasado el tiempo, se sim­plificó el negocio y todo se redujo a la venta de potrillos, padrillos y matronas pura­sangre de carreras. Pasados 120 años, el centro de mer­cadeo equino de Tattersall fue transferido a Newmar­ket.

 

Tattersall tiene potreros, parques y amplios terrenos adyacentes a su edificio de oficina. Le han construido 200 boxes para alojar caballos y un moderno restaurante para los clientes. Igualmente se le ha construi­do un gran estacionamiento para automóviles. Hasta mediados de la década de los ‘60 las ventas se hacían al descubierto. Ya se hacen en un ring cerrado y numerosos boxes. Las ventas dan lugar bajo techo.

 

Fuentes: Trabajo publicado en la revista Turf, www.wikipedia.com

 

Anécdotas Hípicas Venezolanas, lunes 30 de junio de 2014

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