Anécdotas Hípicas Venezolanas presenta

El Soldado desconocido en las Carreras de Caballos

Por James Edward Fitzsimons

 

En el teatro del espectáculo se provee de una cantidad de actores y personal anónimo que presenta un empresario. Si suprimi­mos al actor y al personal anónimo, el es­pectáculo desaparecería. En las carreras de caballos es el Criador, el Propietario y todo el Personal de Caballe­rizas, los que montan el show. Si eliminamos a ese propietario y a ese personal anónimo que trabaja en las caballerizas, las carreras de caballos dejarían de existir.

 

 

El espectador de las tribunas está lejos de imaginar cuánto dinero, cuantos sacrifi­cios personales, cuantos insomnios y los esfuerzos frustrados cuesta la cría y el manejo de los purasangres. Es una activi­dad decepcionante para la cual se necesita una formación especial.

 

La tarea de sacar un caballo desde el mo­mento en que da sus primeros pasos hasta la hora en que entra a las pistas para la doma y la enseñanza a correr, es ingrata y nadie la comprenderá jamás. Además es muy cos­tosa. El público no comprenderá cuantos sa­crificios suponen culminar esa tarea.

 

 

 

Para el Criador y Propietario de hoy se presentan día a día problemas que no con­frontaba antes. Estos provienen del personal de caballerizas. No parece dispuesto a tra­bajar sin medida de tiempo. Cobran horas extras. Por cualquiera nimiedad abandonan el trabajo. En todo eso el que sufre es el caballo.

 

Los problemas más serios que confronta­mos los entrenadores en la doma y el entrenamiento son los accidentes, las dolencias y enfermedades propias de los potrillos.

 

Cuando el caballo está listo para entrar en las pistas, surgen nuevos problemas. Los hipódromos siempre tienen las caballerizas congestionadas de pensionistas y lograr un box resulta un heroísmo. Cuando se consigue caballeriza, no hay tiempo suficiente para los ejercicios prepa­ratorios.

 

Cuando un Propietario invierte 100.000 dólares en un potro, se ve obligado a seguir gastando ante el señuelo de hacer a ese po­tro un caballo de carrera. Los que trabajan a su lado y el publico mismo, creen que ese propietario este haciendo un gran negocio cuando es todo lo contrario. La verdad es que mundialmente en todas las esferas, has­ta dentro de los mismos hipódromos, se su­bestima enormemente la vocación de los pro­pietarios para sortear tantos inconvenientes. Generalmente se cree que los Propietarios ganan mucho dinero pero eso no es verdad.

 

La condición de Criador y Propietario su­pone altas inversiones. Pero eso no basta. Se necesita una gran vocación, un gran amor por el hipismo, por sus misterios v sus ha­llazgos. Para el criador y propietario no im­porta la inversión por alta que sea. El hipis­mo en ellos es vital y bien podría decirse que no pueden vivir sin el a cuestas.

 

James Edward “Sunny JimFitzsimons nació el 23 de julio de 1974 en Brooklyn, New York, es reconocido como “El Decano de los preparadores norteamericanos y mundiales”, ha escrito este artículo sencillo, con el cual aspira a contrib­uir a lograr un mejor conocimiento del mundo íntimo del hipismo y mostrar una realidad ineludible que tiene vigencia en la actualidad hípica. Las cinco fotos co­rresponden a cinco distintas etapas del famoso preparador de caballos de carrera. Entre sus logros está las Triple Coronas de 1930 (Gallant Fox) y 1935 (Omaha), además fue cinco veces ganador de la Estadística de Entrenadores por sumas ganadas. Falleció en Miami, Florida en el año 1966 (tres años después de escribir este artículo).

 

 

Nota: Editado por el Ing. Juan Macedo, trabajo publicado en la Revista Turf de Abril 1963.

 

Anécdotas Hípicas Venezolanas, jueves 29 de julio de 2010

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