Anécdotas Hípicas Venezolanas presenta

Roseben:

El Gran Tren

Por Pedro Elías Aristeguieta

 

Sus innumerables hazañas, sus impresionantes marcas en distancias cortas e intermedias para la época en que corrió, el elevado peso que en más de una vez soportó, todo eso, dejó un grato recuerdo en las hermosas y fecundas páginas de la hípica norteamericana. Su mayor mérito estribó en la capacidad para soportar pesos y en su valentía, la cual enseño en casi todas sus presentaciones.

 

Roseben, por encima de todo, un sprinter nato. “El mejor sprinter de todas las épocas”. Este título que quizás parezca pretencioso, le fue dado por uno de los mejores periodistas de aquel entonces; y ello no está fuera de la lógica; ¡imagínense a un sprinter corriendo 1200 metros con 64 kilos de peso y ganando por más de cinco cuerpos!

 

En una ocasión llegó a conceder hasta 25 kilos de ventaja y ganó. Después del preámbulo de esta apología resumida, nos vamos a referir a su dilatada campaña pistera.

 

Desafortunadamente, al igual que muchos grandes caballos, Roseben fue castrado a muy corta edad. Por supuesto que al ser castrado hizo una extensa campaña -111 carreras-, costumbre poco usada en el norte, pues cuando un caballo o yegua asoman como campeones, al poco tiempo son llevados a la cría.

 

Roseben nació en 1901 y corrió hasta 1909, en ese extenso tiempo de actividad, el caballo solo produjo para sus propietarios US$75.110, indicio de los bajos premios de aquel entonces. De todas formas, sus dueños, que fueron grandes apostadores seguramente en más de una vez ganaron verdaderas fortunas apostando al formidable castrado.

 

Al nacer, como dijimos anteriormente, en 1901, en Dixiena, cerca de Lexington, en la granja del conocido criador y propietario Mayor Barak Thomas, que había poseído grandes ejemplares, Roseben asomaba ya como un caballo fuerte de mucha alzada y de contextura fuera de lo común. Su padre, Ben Strome, fue líder padrillo cuando Roseben tenía dos años, así que su capacidad de padrillo no era por Roseben, sino porque había dado grandes campeones, entre ellos Highball, ganador de importantes stakes.

 

A los dos años, Roseben intervino en una sola prueba, llegando penúltimo. Para ese tiempo su dueño era John Drake, hijo del Gobernador de Iowa; luego, a los tres años, fue vendido al conocido jugador y millonario Davy Johnson, quien en unión de Lucien Appleby lo mantuvieron en toda su campaña pistera.

 

Ya a los tres años, Roseben ganó igual cantidad de carreras y vislumbraba lo que con el tiempo sería: un sprinter de calidad.

 

A los cuatro años, fue su temporada más productiva: de 29 ganó 19 y se convirtió en ídolo de América. Entre las carreras más importantes podemos señalar las siguientes: Essex Park Oaklawn; luego en Washington ganó cómodamente, después en Aqueduct llegó segundo; cuarto en el St. Valentine’s Queen. En ese 1905, Belmont Park abrió sus puestas, y por supuesto Roseben ganó en el naciente hipódromo.

 

Debido a su calidad, a medida que transcurría el tiempo, a Roseben le iban agregando kilos en el Handicap. luego de ganar el Cortina Handicap, a los dos días, con 64 kilos, venció en 1300 metros. En más de 25 veces corrió con ese alto peso, y lo más extraordinario, triunfó en casi todos sus compromisos.

 

En octubre, corriendo en Belmont, ganó los 1200 metros del Bronx High Weight Handicap con 64 kilos, dando a Ancestor 23 kilos de ventaja y dejando marca de 72 segundos, tiempo muy bueno para aquella época.

 

Al poco tiempo Roseben culminó una hazaña: en los 1200 metros del Manhattan Handicap, cargando 66 kilos y concediendo a sus otros rivales un promedio de 20 kilos. En esa carrera Roseben registraba nuevo tiempo para toda la Unión: 71”3.

 

Para finalizar su extraordinaria campaña a los cuatro años, impuso marca para los 1400 metros en el Hipódromo de Belmont. Recorrió la distancia en 85”1, ganando por más de diez cuerpos.

 

A los cinco años, Roseben conquistó el más alto premio de toda su campaña: US$7.850 en el Carter Handicap. Esa temporada también fue productiva: impuso record para los 1500 metros en Belmont, además de ganar varias buenas competencias. Finalizó con 11 triunfos en 22 carreras.

 

A los seis años, ganó 7 de 14. Soportó los más elevados pesos, ganaba y perdía, pero su estado físico era extraordinario.

 

Cuando cumplió siete años, “El Gran Tren” comenzó a decaer. Ya estaba agotado. Sin embargo, sus dueños lo inscribían en cuanta carrera corta observaban. Dos veces ganó con 64 kilos, aparte de otras buenas figuraciones.

 

Con ocho años de edad, el valiente Roseben corría contra ejemplares jóvenes, soportando hasta 66 kilos. Así lo hizo en el Follansbee Handicap, en donde llegó quinto, pero bastante cerca. Luego venció en los 1200 metros de una carrera de mediana categoría.

 

Definitivamente su campaña pistera finalizó cuando se lesionó fuertemente. Era el 1 de julio de 1909, en su carrera número 111.

 

Davy Johnson llevó a Roseben a New York, allí lo entregó al congresista James Wadsworth, quien lo remitió a su granja Geneseo, atendida por su hermana.

 

Finalmente, en el año de 1918, Roseben murió tranquilamente, y con él se acababa un gran caballo, pero nacía una leyenda que aún se mantiene. Roseben, el maravilloso sprinter capaz de soportar el más alto pesos, el caballo de las grandes hazañas.

 

Fuentes: Extraído de la revista Gaceta Hípica 1970, actualizado por Ing. Juan Macedo.

 

Anécdotas Hípicas Venezolanas, viernes 30 de junio de 2023

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