Porque comenzó la castración en los caballos

Anécdotas Hípicas Venezolanas presenta

Editado por Juan Macedo

La historia de la castración de los caballos es curiosa. Hasta el siglo XV jamás se había practicado. Su descubrimiento y aplicación fue accidental. No se practicaba porque en la mayoría de los países europeos se consideraba indigno de un hombre el cabalgar sobre una yegua. De suerte que sólo un jinete muy experto podía montar sobre un caballo entero. En los caminos muy malos se admitía, como emergencia, montar mulos o usarlos en el tiraje de los coches.

La primera castración de un caballo ocurrió en Italia. Un joven de la nobleza iba un día de visita a su novia, residenciada en una población cercana. En el camino había un prado donde pastaban varias yeguas. Al verlos, el animal se excitó, resistiéndose a continuar camino. Nada pudo el joven contra los amorosos arrebatos de su caballo, por lo cual decidió clavarle las espuelas. Tanto le dio con ellas, que el caballo se encabritó y se desbocó. Aunque no cedió del todo, pudo ser dominado a medias por el iracundo jinete quien logró conducir a la bestia hasta la residencia de lo novia. Pero como en su furia no cesó de espolear al caballo, éste lo derribó y cayó sentado. Todos los presentes en la casa se echaron a reír de la mala suerte del enamorado joven.

Su furia aumentó y se lanzó en persecución de la incontrolable bestia que se refugió en la cabaña de un leñador. El caballo se había entregado mansamente en manos del leñador. Pero el joven furioso desenvainó el espadín de doble filo y comenzó o castigar al caballo. Este reaccionó pateando y mordiendo. En su lucha con el caballo, al joven lo castró sin quererlo. Presa de un gran remordimiento, el mozo ordenó al leñador que sacrificara al caballo. Pero al campesino, amante de los animales, hizo un esfuerzo y lo curó con hierbas y ungüentos.

Avisado el noble joven del resultado del tratamiento, quedó sorprendido y fue a ver al caballo en compañía de varios amigos. Observó con sorpresa los cambios que se operaran en el temperamento del equino, ahora sumiso y dócil.

Fue así como comenzó a practicarse la castración de los caballos como una fórmula para dominarles el temperamento.

Fuentes: extraído de la Revista Turf

Anécdotas Hípicas Venezolanas, sábado 29 de julio de 2017