Anécdotas Hípicas Venezolanas presenta

Origen de la Hípica Venezolana

Por Mario Cardozo

 

Recientemente alguien nos consultaba acerca del origen de las carreras de caballos en Venezuela, en forma organizada. Después de un trabajo de investigación que incluyó numerosas consultas, se puede llegar a la conclusión que todo comenzó en Angostura, antiguo nombre de Ciudad Bolívar.

 

Las iniciaron los ingleses, según testimonio de El Correo del Orinoco, en 1818. Estos desafíos se hacían a campo traviesa, naciendo con ello la tradición hípica en la región. Durante muchos años hubo este tipo de carreras en lo que actualmente es el Paseo Orinoco.

 

Se entregaron en concesión los terrenos de lo que hoy se conoce como Plaza Centurión para edificar en ellos un hipódromo a finales del siglo 19, pero este proyecto jamás cristalizó.

 

Fue en 1907 cuando se fundó el primer hipódromo en Ciudad Bolívar. Se construyó con tribunas y cerca perimetral, en un lugar que se conoce como Santa Lucía, hoy La Carioca, hacia la zona del puerto de Ciudad Bolívar. Después fue mudado y bautizado Angostura en la actual avenida 17 de diciembre.

 

ANTONIO LICCIONI ES EL PADRE

El poeta Luis Alberto Crespo se inspiró en la obra inconclusa de Luis Alberto Morales Balestrazzi, "Nacimiento de la Hípica" (1876-1945), para adentrarse en los albores de nuestro hipismo. Así  describe el inicio: "Allá en El Callao, donde el viejo y rico Antonio Liccioni, el magnate de las minas de oro en tiempos de Guzmán, dispuso de un descampado para echar a correr los caballitos guayaneses a fin de distraer a su peonada de los achaques del oficio y porque la riña de gallos demandaba una espuela demasiado sangrienta en las apuestas. .. una historia que tuvo su primer día en una sabana cercada a orillas del Cuyuní que hollaba la pezuña del cerrero criollo al que pronto don Liccioni enfrentaría los primeros aristócratas solípedos que hacía traer de Demerara o Trinidad"...

 

Antonio Liccioni fue un italiano que comenzó a comerciar en Ciudad Bolívar en 1869, procedente de Colombia. En uno de sus frecuentes viajes tomó interés por las minas de El Callao. Logró mucho éxito económico pero no medía sus gastos, sufriendo serio revés financiero a fines del siglo XIX. Se tiene como inicio de la hípica organizada, con un hipódromo el año de 1876.

 

LA MAGIA DE LOS HIPODROMOS

Los hipódromos representan un universo en escala. Son el santuario de los aficionados a las carreras de caballos. El mundo donde convergen los apostadores, la gente de las más diversas actividades, los industriales, los periodistas, los obreros, taxistas y muchos otros, los días de las grandes carreras, cuando las chaquetillas multicolores brillan cual acuarela viviente. Los demás días los hipódromos pertenecen a los jinetes, a los entrenadores, a los caballerizos y los purasangres que allí se ejercitan.

 

Los principales hipódromos del mundo son lugares de peregrinación para los aficionados a las carreras de caballos. El público acude masivamente cuando se celebran pruebas importantes. Claro que los atrae la competencia hípica, pero no es sólo ello la motivación que los impulsa a apretujarse en las tribunas y sitios cercanos a las pistas.

 

Las ventanillas de las taquillas de apuestas, la atracción del juego, necesidad lúdica que nació con el hombre, es lo que en realidad seduce a la mayoría. Al mundo del hipismo lo cubre una extraña atmósfera que se extiende sobre los hipódromos y hace olvidar las enormes sumas de dinero que allí cambian de mano.

 

DESARROLLO HIPICO GUAYANES

Se ha establecido que en los años 20 dio comienzo el hipismo organizado en la región. Se corría en Ciudad Bolívar y El Callao lo que los argentinos conocen como carreras cuadreras. Se reunían grupos con caballos árabes, mestizos y criollos que eran enfrentados en desafíos para satisfacer la vanidad de sus dueños y por apuestas entre amigos.

 

De allí nació la necesidad de construir escenarios para el espectáculo que había sido aceptado por la población. En El Callao los mineros fueron factor importante para construir un pequeño hipódromo en el cual se corría al estilo inglés. La idea fue imitada en Guasipati, Tumeremo y Upata, donde funcionó el hipódromo "Las Guarataras" por varios años. En esos días operaban cinco hipódromos en dicha región.

 

El primer hipódromo de Ciudad Bolívar  fue el "Angostura" en lo que hoy es la avenida 17 de diciembre, que para aquella época era las afueras de la ciudad. En la actualidad existe en esa área una clínica y varios centros comerciales. Vino luego el Hipódromo Municipal de Ciudad Bolívar en un lejano sector conocido como "Jobo Liso", inaugurado el 22 de mayo de 1965. Hoy la zona está densamente poblada.

 

ESCUELA DE PROFESIONALES

La primera carrera disputada en este escenario fue ganada por el tordillo Citation con la monta de M. Machuca. Actualmente se está presenciando el renacimiento de la hípica guayanesa luego de una aguda crisis que estuvo a punto de colapsarla. Ciudad Bolívar ha sido pródiga en formar jinetes que luego han sido estrellas en el firmamento nacional e internacional. Tales como Argenis Rosillo, José Luis Rodríguez, José Luis Lugo, el malogrado y siempre recordado Douglas Valiente, Críspulo Bravo, Harvey Figueredo, quien fue el domador de Río Chamita; Ramón Eduardo Ibarra, el actual campeón Emisael Jaramillo; José Padrón, Pedro Yánez, Miguel Carpio, Freddy Martínez, José Javier Zerpa, José Villalba, José Almeida, José Petrocelli, salido de las carreras cuadreras; Germán González, Rigoalberto Sarmiento, Neomar Meza, José Gregorio Díquez, Marcos Espinoza, Jorge Martiniano Palma, Jean Carlo Velásquez, Gregorio Saballo, Williams Gálviz, David Boraco, Rubén Darío Made, Franklyn y Eduardo Véliz. Luis Enrique Farfán, E. Tuárez, Rafael Angel Frazzani, Daniel Centeno, H. Moreno, Gustavo Betancourt y los desaparecidos John Rocha y Juan Bautista Lazcano, caídos en  el ejercicio profesional.          

 

La lista de entrenadores es lógicamente menor pero figuran en ella Manuel Medina, Carlos Regalado, Pablo Gil, Williams Taylor, J. Camejo, Luis Pulcini, Ulises Capella, el fallecido Francisco Ortegano, Raimundo García, Henry Gil y otros que escapan de la memoria en este momento.

 

DIRIGENTES Y CABALLADA

Entre los hípicos entusiastas que han brindado su apoyo en todo momento figuran, entre otros, Pepino, Carmelo y Saro Nuccio, Mateo Meo, Sergio Anarelli, Franco Giordano, Angel Frazzani, Carlos Sterling, Roque Bello, Alvaro Ferreira, Antonio D'Andrea, Rocco Lombardi, González Seguías, Antonio José Grimaldi, hermanos Mérida, Pulcini, Aular; Pedro García, Modesto Merino y el profesor Odremán.

 

Algunos purasangres que iniciaron campaña en Ciudad Bolívar, tuvieron éxito en la hípica nacional e internacional. Cabe mencionar a Pollito, ganador clásico en La Rinconada; Río Chamita, ganador del Clásico del Caribe; Tomba, Collar Mati, Atlántico y El Guayanés. Regionalmente han ingresado en la lista de sobresalientes: Sweet Money, ganador tres veces del "Simón Bolívar" y el "Derby" de este año; Río Chama, El Colorado, Galaxila, Macacho, ganador dos veces del "Simón Bolívar"; Bandal, Ebano, Tomiko, Pekín, Dartañan, Bravo Chico, Tekel, Fenouil, Límite, Mataró y Caninho.

 

La cría del purasangre vivió momentos estelares en la década del 80 cuando funcionaron los haras "H.M.", "Chaparral", "Mati", "Agropecuaria S.G.", "Del Sur", "Sermary", "San Francisco", "Amazonas", "Angostura", "Patxi" y "La Ribera". Lo que nunca ha faltado en la hípica guayanesa es el respaldo de la afición hípica, que está considerada como la más entusiasta del país.

 

OTROS ESCENARIOS E HIPODROMOS

En "El Libro de Oro del Hipismo Venezolano", que dedicó sus páginas "muy respetuosamente al Primer Magistrado de la Nación, Coronel Marcos Pérez Jiménez en 1954,  se puede leer:

 

"Y así surge inmediatamente el nombre de John Boulton, que al ser entrevistado en las postrimerías del año 1932, recordó que teniendo alrededor de 12 años de edad, había visto correr en una pista situada en el camino de El Valle, en la bifurcación de lo que hoy se llama El Peaje, hacia Valle Abajo. Se había hecho allí una pista de unos pocos metros de ancho, donde dominicalmente se disputaban carreras "mano a mano". Esas pruebas se largaban en el camino de Valle Abajo, para terminar en El Peaje.

 

Poco tiempo después se hizo una pista en el Estadio de Sarría, también en forma muy primitiva, pero ya allí corrían en ocasiones varios caballos y al final del campo de carreras, se levantaron unas graderías a los costados, así como en el frente, donde finalizaban las pruebas.

 

Todo muy primitivo y rústico, pero ya con características de hipódromo formal, pues se estableció totalización y un pequeño núcleo de funcionarios que se desempeñaban como jueces, lo que trajo como consecuencia que se congregara en este lugar, en ocasión de las reuniones, un público entusiasta  y bullicioso que se trasladó más tarde a Sabana Grande, donde ya las cosas del turf adquirieron la característica de algo más serio y orgánico, aunque el viaje hasta aquel lugar, a través de los recuerdos del señor Boulton, adquiría características de verdadera odisea..."

 

HIPODROMOS EN ARAGUA

En lo que hoy es el museo de la aviación estuvo el primer hipódromo de Maracay. Fue ordenada su construcción por mi General Juan Vicente Gómez en 1913. Desde su bautizo hípico en el hipódromo El Paraíso en 1908, le causó mucha emoción este espectáculo y no podía dejar a su querida Maracay sin su hipódromo.

 

Todavía bajo su mandato, en 1926, se construyó el segundo hipódromo en  las afueras de esta ciudad. Esta vez también participaron sus hijos José Vicente, Gonzalo Gómez Bello, Juan Vicente, Florencio Gómez Núñez y otros miembros de la familia real.

 

Ya en la década de los 40, el destacado narrador José Eduardo Mendoza, conocido popularmente como "Miralejos" en aquella época y en la actual como padre del gobernador de Miranda, Enrique Mendoza, fundó el tercer hipódromo de Maracay con un grupo de hípicos que le acompañaron en la aventura.

 

Para aquellos días la temporada de El Paraíso tenía un receso. Ese tiempo de inactividad fue aprovechado por "Miralejos" para llevar adelante el proyecto. Como el anterior, también estuvo en las afueras de la ciudad. Se cumplieron cortas temporadas durante varios años, que sirvieron para calibrar la afición local.

 

Se jugó 5y6. Hubo jugada de taquilla y transmisión de carreras que era el fuerte de "Miralejos". En ese hipódromo se inició como jinete el viejito Félix Sabino Pérez, quien todavía diariamente monta a caballo en haras "Tamanaco". También marcó el inicio de Carlos León Garrido, quien utilizó el seudónimo de Alejo Caminos en su ejercicio profesional.

 

Anécdotas Hípicas Venezolanas, jueves 22 de junio de 2001

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