Anécdotas Hípicas Venezolanas presenta:

Lord George Bentinck

Y el primer transporte de Caballos de Carrera

Editado por Juan Macedo

 

La idea de transportar los ca­ballos de carrera mecánicamente nació en Inglaterra en 1836. Para entonces, los caba­llos viajaban de una ciudad a otra, como hoy, para disputar los diferentes premios. Pero a diferencia de hoy, viajaban por sus propias patas. Hay que pen­sar en lo que significaba para un caballo, coma Eclipse, por ejemplo, caminar kilómetros y más kilómetros para luego in­tervenir en la carrera. Esa odi­sea no terminaba ya que la ca­minata seguía mientras tuviese carreras que disputar.

 

Lord George Bentinck tenía un caballo sobresaliente en 1836. Se llamaba Elis. Iba a correr el Derby pero fue di­suadida. Allí iba Bay Middleton, que ganó fácilmente. Lord George apostó mucho al gana­dor y por eso todos lo vieron aplaudir frenéticamente.

 

Elis fue reservado por el St. Leger donde no corrió Bay Mid­dleton. Lo prepararon a la ma­nera británica, corriendo dos compromisos previos en Goodwood y Lewes. Lord George pensó en el gran chance que tendría su caballo si en vez de viajar a patas desde Sussex hasta Doncaster, pudiera hacerlo llevado sin que el tuviese que consumir energías.

 

Habló secretamente con el preparador John Kent y le or­denó la construcción de un transporte especial consistente en una caja cerrada con cabida para dos caballos. Herring, el constructor de la caja, ignoraba para que aquel enorme artefacto.

 

Lord George no se hacia ilusiones. Elis había ganado en Goodwood. Dos días más tarde gano otra carrera luego de haber perdido una en la mañana del mismo día. Dos semanas después ganó en Lewes.

 

La llegada de la caja a Good­wood emocionó a Lord George y a todo su personal. Elis era un caballo de hierro y no ex­trañó la caja. Dos semanas an­tes del St. Leger, Inglaterra entera sabia que Elis estaba a 400 kilómetros del campo de batalla y el viaje tenia qua ha­cerlo a patas. Todo el mundo consideró imposible que corrie­ra y si corría era para hacer el ridículo. Lord George aprove­chó el ambiente y cogió apues­tas de 12 a 1 por su caballo.

 

Tres días después de haber sido embarcados en la extraña caja, Elis y sus compañeros arribaban a Doncaster. La caja fue tirada por seis caballos con relevos en diferentes postas. En los caminos la gente se extrañó de tan inmenso transporte, especie de gandola primitiva.

 

Todo el mundo se asombró cuando vieron salir a Elis de la caja al llegar a Doncaster. Mayor fue el asombro cuando ganó el St. Leger. Lord George, el gran apostador, se llenó de libras esterlinas en esa memo­rable carrera.

 

Elis y Bay Middleton corrie­ron posteriormente en New­market. Pero Lord George era hombre objetivo y apostó con­tra su caballo. Tuvo razón por­que gano Bay Middleton. Inmediatamente ofreció £4.000 por el ganador y aceptaron la oferta. Era la suma mayor pagada hasta entonces por un caballo de carreras.

 

Lord George compró al Mid­dleton para ganar la Copa de Oro de Ascot. EI caballo se fracturó antes y fue llevado a la reproducción. Allí fracasó y costó una fortuna. Lord George esperó siempre el milagro y le dio sus mejores yeguas sin re­sultado alguno.

 

Aunque el animal engendra­ba, ninguno de sus hijos salía corredor. Pero al final Lord George tuvo razón pero no so­brevivió para ver al campeón mundial que dio Bay Middle­ton. Se llamó The Flying Dutch­man. Sin embargo alcanzó a verlo ganando, a los 2 años, el Champange Stakes.

 

Un año después de ganar Elis el St. Leger, Lord George compró lo que seria su mejor animal. En Knightsbridge pre­sentaron para la venta a la vieja yegua Octaviana, de 22 años, con una cría raquítica al pie. Como era hijo de Priam, al que Lord George admiraba mucho por haber ganado el Derby de 1830 y porque su padre Emilius había ganado el Derby de 1823, compró al pro­ducto y a su vieja madre. Ese producto era una potranca que posteriormente se llamó Cru­cifix, ganadora de las Mil Gui­neas, 2.000 Guineas, Oaks Sta­kes y Criterion Stakes, por lo tanto la mejor yegua que ha pasado por las pistas.

 

Apartémonos un poco del tema. Lord George probaba así sus potrillos. Domaba a fines de verano y los probaba con caballos viejos hasta en 1.200 metros. Eran pruebas completas con jinetes e implementos normales. Así fue entrenada Cru­cifix.

 

En 1838 ganó con Grey Mo­mus las 2.000 Guineas. Cruci­fix debutó ganando el July Stakes y terminó invicta ga­nando el Criterion Stakes y el Chesterfield Stakes.

 

A los 3 años ganó las 2.000 Guineas pagando 10-1. Tres días más tarde ganó las 1.000 Guineas. Nerviosa como siempre, se golpeó una pata en las Oaks pero aun así ganó la ca­rrera.

 

En once meses estaba invicta con doce triunfos. Producía £10.287 en premios y más de £60.000 en apuestas para su propietario. Preparándose para el St. Leger se agravó la lesión sufrida en las Oaks. La retiraron a la re­producción y seria responsable del trágico final hacia el que iba su propietario.

 

Lord George era un gran apostador. Sus éxitos hicieron que entre 1839 y 1846, cuando es retirada Crucifix, sea llamada la Era de Bentinck. Se metió en líos Invirtiendo sumas en transporte injustificado de caballos con su famosa y exclusiva caja. Comprometió a los Kent y al Duque de Richmond.

 

EI mismo se embarcó, ebrio de alegría por los éxitos de Crucifix, en gastos indescripti­bles. Llegó a tener 60 caballos en preparación. Las cuentas de Kent llegaron hasta £10.000. Por riesgos, confiscaciones y otros gastos, £10.000 más. En el haras tenía 60 yeguas de cría con sus potrillos y varios sementales. Antes de liquidar un penique de ganancia, Lord George habría tenido que recuperar £40.000.

 

Pero él era un gran aposta­dor. Disraeli dijo de él: "Con­taba sus miles de ganancias después de cada carrera como un general victorioso cuenta sus cañones y sus prisioneros".

 

Lord George había ganado en 1843, cuando Cotherstone se impuso en el Derby de Epsom, £135.000 apos­tándolo en taquilla.

 

Fuentes: Trabajo publicado en la revista Turf

 

Anécdotas Hípicas Venezolanas, lunes 30 de junio de 2014

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