Anécdotas Hípicas Venezolanas presenta

Gallorette

La yegua varonil

Editado por Juan Macedo

 

Uno de los animales de mayor fama en el mundo de las pistas fue Gallorette, yegua zaina hija del importado Challenger II en Gallette, por Sir Gallahad III. Al contrario de Busher y Bewitch, de maneras muy suaves, Gallorette era ruda y áspera en sus reacciones. Su formación física era propia de los caballos. De yegua tenia sólo el sexo y la expresión de la mirada. Quien la viera sin detallarla habría dicho que estaba frente a un caballo.

 

Challenger II habla sido un gran caballo y padre de famosos ganadores, Gallette fue una pistera inconstante y por eso la enviaron a la hacienda de William L. Brann en Maryland. Gallette pasó por muchas experiencias. Corrió en saltos, en planas, sirvió de montura para damas cazadoras y la alquilaban para paseos campestres. Cuando la compraron de yearling pagaron $11.000. Cuando la rescataron para la cría, costó $250.

 

Pero como la sangre se impone, según dicen los conocedores. Preston Burch, conoció el pedigree de Gallette y procuró rescatarla. Aconsejó cruzarla con Challenger II. El primer producto seria para Mr. Brann. Los demás serían para Preston Burch. Lo primero que parió Gallette fue a Gallorette.

 

Era, pues, una potranca grande, robusta, de contextura masculina. La entrenaron con calma. Eddie Christmas la cuidó desveladamente y no la debutó hasta mediados de septiembre de 1945. Debutó y quedó tercera, pero gane las dos disputas siguientes.

 

Su cuarta salida fue el Maryland Futurity. Así que pidió puerta grande y no quedó mal, ya que perdió por pequeña diferencia en tan valioso clásico. Ganó una buena carrera en seguida. Pero de inmediato perdió el Salima Stakes donde clasificó tercera. La superaron Busher y Ace Card, dos yeguas inmortales en la pista y en el haras.

 

Donde dio la expresión de su futuro fue en su siguiente carrera. La perdió con Monsoon, una yegua velocísima. Perder por poca diferencia en 1200 metros era una gran cosa. Gallorette pintaba como animal de largas distancias. Así que la derrota con Monsoon fue una satisfacción en vez de una aflicción. La última carrera del año la hizo contra un potro maravilloso llamado Brookfield. Fue demasiado y la yegua perdió por cuatro cuerpos.

 

Grande, robusta, poderosa, salió Gallorette a los tres años. De entrada batió a Hoop Jr, más tarde ganador del Derby. Perdió el Wood Memorial, corrido en dos divisiones por el exceso de ejemplares inscritos, con Jeep, un hijo de Mahmoud.

 

En Maryland reinó el Pimlico Oaks. En el Delaware Oaks corrió contra Elpis, ganadora del Coaching Club Oaks, así como contra Monsoon, siendo impotentes ambos contra Gallorette, que les ganó por tres cuerpos.

 

Superior a todas las divisiones de yeguas, le quedaba el camino de vérseles contra los machos. Disputó el Dwyer Stakes. Pavot y Esteem, famosos potros de su tiempo, eran los favoritos. Pero Gallorette dio buena cuenta de ellos luchándolos y ganándoles por un pescuezo.

 

Volvió a ganarle a Pavot en el Empire City Stakes. Ella era la gran yegua del año y Pavot el mejor caballo de su tiempo. Hizo una carrera brillante, maravillosa, pero Gallorette fue mejor que Pavot y le ganó la milla en 96”4.

 

Gallorette viajó al Oeste. Busher, otra gran yegua, era la estrella y culminaba su mejor condición. Hubo emoción en todos los círculos por el match entre ambas campeonas. Gallorette llevaba la peor parte porque iba a predio ajeno y porque podía estar deteriorada por la recia campaña reciente. Resultó así. En cuatro salidas, Gallorette no entró en el dinero. La guardaron entonces para el Pimlico Special y decidieron correrla en un tanteo de 1800 metros. El Pimlico atrajo al formidable Armed y le dio 5 kilos de ventaja a Gallorette. Pero la gran condición del caballo privó y ganó la carrera con facilidad. Gallorette entró cuarta superando a War Date, Polynesian y Pot O’Luck. Ahí terminó la campaña de tres años de Gallorette.

 

Contrariando las normas universales, Gallorette reapareció a los cuatro años. En su brillante piel oscura se notaban las huellas de recientes esfuerzos. Ya no tenía la lozanía de las potrillas y perdía la brillante candidez de la mirada.

 

Falló en su primer intento, al entrar cuarta en el Excelsior Handicap. En el Grey Lag falló otra vez, pero hubo atenuantes. Styrnie ganó la carrera en tiempo récord. Más en condiciones, fue al Metropolitan ayudada por la clemencia del handicapper. Le ganó por nariz a Sirde.

 

En el Top Flight Handicap cargó 59 kilos. Era mucho y llegó quinta del ganador. Se encontró con Pavot en el Sussex Handicap, dándole dos kilos al caballo y le ganó por dos cuerpos. Stymie, llevando el peso máximo, entró atrás de Gallorette. Pero en el Brooklyn Handicap ella se llenó de gloria. Otra vez se midió con Stymie y lo derrotó en la recta, su propio terreno. Gallorette asumió el comando de la carrera al girar el codo final. Stymie voló en la recta, como era su costumbre y momentáneamente dominó a la yegua. Era lógico suponer que Stymie había ganado. Cuando él dominaba en la recta, la carrera estaba decidida. Así que el Brooklyn Handicap se daba por ganado por Stymie. Pero Gallorette arremetió en los cien finales, con fuerza que nunca tuvo ni un caballo ni una yegua en esa carrera, y recobró la delantera. Ante el rugido de la multitud, Gallorette ganó por un pescuezo.

 

No pudo ganar el Massachusetts Handicap. Dio demasiada ventaja en kilos y quedó tercera. Pavot, el ganador, recibió dos kilos. Y en el Buttler Handicap perdió por cabeza con Lucky Draw, que recibía nueve kilos.

 

La vida de un ejemplar de carrera en competencias de handicap es dura y difícil. Peor lo es para una yegua. En el Wilson Handicap, Pavot se encontró a su medida. Era una milla y Gallorette hizo maravillas hasta muy cerca de la raya. Pero Pavot había marchado con todas las ventajas y, sin embargo, apenas pudo salvar el triunfo por una cabeza.

 

La gran yegua ganó después el Bay Shore Handicap, sobre Polynesian y King Dorset. Ya en el Edgemere Handicap, Gallorette tuvo que darle cuatro kilos a Stymie. Fue demasiado y perdió por dos cuerpos. En muchas ocasiones fue batida por los handicappers, aunque la yegua hacía maravillas para cargar kilos. Lo peor es que había que correr a la yegua. Porque el dinero se gana en la pista, no en los pesebres. Salió a correr, pues, el Beldame Handicap. Lle­vaba 58 kilos y le daba siete a War Date, que perdió la carrera con ella, e incontables kilos a los que llegaron más atrás. Era su último triunfo del año.

 

Pasábamos a 1946 y la yegua había decaído notablemente. Se sabe, positivamente, que las yeguas son flojas durante la primavera y que no deben ser apostadas. Sólo en otoño hacen una buena campaña. En primavera, las yeguas están pen­dientes de los potros y los caballos, se ponen amorosas. Y por falta de amor se ponen rabiosas y negadas a correr. Gallorette fue buena en primavera, inferior en el otoño y muy buena en el verano. Una cosa rara, pero fue así.

 

Ya con cinco años encima, mucho para una yegua en las pistas, reapareció Gallorette en 1947. Comenzó perdiendo, para entrenarse, en 1200 metros. Le fueron aumentando la distancia pero perdiendo siempre. Así llegó al Queens County Handicap, con poco peso y buena condición. Naturalmente, ganó la carrera. Una vez más pudo aguantar la carga catapúltica de Stymie y adelantársele por pescuezo. Más tarde perdió en 1400 metros, con un rey de la distancia cual era Rippy. Además, éste recibía 8 kilos de GalIorette.

 

Más tarde vino a la Buttler Handicap. Parecía que ella había ganado cuando al morder el espejo cayeron sobre la yegua Assault y Stymie, en aquel final que nunca olvidará la historia de las carreras.

 

En el Aqueduct Handicap vol­vió a perder con Stymie. Era mu­cho aguantar la carga de ese gran stayer. Sin embargo, apenas la batió por medio cuerpo. Y en el Beldane Handicap, contra yeguas, perdió a pesar de que parecía estar ganando cuando se acercaba a la raya. Daba muchos kilos a Snow Goose, la ganadora, que la pasé en los metros finales. Aunque no volvió a ganar durante el resto del año, cogió segundos y terceros para sumar ganancias. Al terminar 1947 tenía $351.885 ganados, el récord de una yegua.

 

Y todavía salió a correr en 1948, con seis años de edad. Ganó cua­tro carreras, cuatro segundos y tres terceros, para sumar ganancias totales de $445.535. Para ello debió correr durante cua­tro temporadas un total de 72 ca­rreras de las cuales sólo 18 estu­vo fuera del dinero. Ganó 21 ca­rreras, todas clásicas y con pesos altos. Fue la más vigorosa y me­jor yegua de los Estados Unidos. Nótese que perdió sus mejores carreras con dos campeones: Pavot en las cortas, donde ella era poco fuerte, y Stymie, en las largas, donde nunca tuvo parangón. Sin embargo, Stymie debió hace imposible para ganarle a Gallorette.

 

Retirada a la cría, destacó por intermedio de Mlle. Lorette (ganadora del Gallorette S.) y Courbette (ganadora selectiva en Irlanda, cuarta madre de Saint Liam). Murió en el año 1959 en el Moore’s Virginia Farm. Fue incluida en el Salón de la Fama del hipismo norteamericano durante el año 1962.

 

Fuentes: Basado en un trabajo publicado en 1960 en la Revista Gaceta Hípica, www.wikipedia.com, www.pedigreequery.com.

 

Anécdotas Hípicas Venezolanas, jueves 24 de noviembre de 2011

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