Anécdotas Hípicas Venezolanas presenta

Fred Darling:

El mejor preparador inglés del siglo XX

Editado por Juan Macedo

 

Fred Darling fue el más grande preparador inglés del siglo XX. Perteneció a una familia íntimamente ligada al hipismo. Su padre, Sam Darling, fue entrenador en Beckhampton y cuidó allí a los ganadores del Derby Galtee More y Ard Patrick. Sam Darling fue nieto del viejo Sam Darling, que montó a cuatro ganadores de la Chester Cup y a Rockingham, ganador del St. Leger de 1833.

 

 

Frederick Darling nació en 1884. Fue aprendiz de jinete con su padre y montó algunos ganadores, aunque nunca tuvo matricula de jockey. Cuando comenzó a preparar caballos en Kentford, en las afueras de Newmarket, tenía 23 años. En 1903 ganó 23 carreras. Lady de Batle, mejor conocida como Lily Langtry, amiga íntima del Príncipe de Gales, posteriormente Eduardo VII, le abrió el mejor camino al conectarlo con las altas personalidades de la realeza y aristocracia británicas. Desde 1909 hasta 1914, Darling estuvo en Alemania.

 

Regresó a Inglaterra un mes antes de estallar la primera guerra mundial. Compró al mismo tiempo, por 500 guineas a Lord Woolavington (James Buchanan), un potro castaño hijo de Marcovil en Tout Suite. Se llamaba Hurry On. Según confesión de Fred Darling, era el mejor caballo que él hubiese visto y que vería en su vida. Era un caballo grande, de 17 manos. Darling nunca lo corrió a los dos años. A los tres años se hizo arrogante y díscolo, difícil de manejar.

 

Hurry On corrió cinco veces sin derrotas. No disputó el Derby. En la reproducción produjo a tres ganadores del Derby, a saber: Captain Cuttle, Coronach y Call Boy. Cuando tenía 20 años produjo a Precipitation, el hijo suyo que iba a tener mayor influencia en la cría mundial. Hurry On llegó a la vida hípica para resucitar la famosa línea de Matchem que estaba en grave peligro de extinguirse.

 

Hurry On recibió su primera yegua en la cría. Se llamaba Bella Vista. De ellos nació Captain Cuttle, ganador del Derby. Lo cuidó el mismo Darling. Captain Cuttle era un caballo grande, pesado, imposible de prepararse a los dos años. Darling mismo lo montó en los traqueos, manteniéndolo aliviado de la presión de sus manos debido a su corpulencia. Poco antes del Derby, se lo dieron a Steve Donoghue para montarlo. Se emocionó tanto que predijo el triunfo del caballo. Ciertamente ganó. Pero poco antes de la carrera, en el desfile, Donoghue sintió que Captain Cuttle estaba cojo. Saltó del caballo y observó que una herradura estaba rota. Mientras tanto el público se alarmó y las apuestas bajaron grandemente a Captain Cuttle. Pero siguió cojeando al ajustarle la herradura. Se trataba de un entumecimiento de la rodilla que le provino de tenerla doblada mientras lo herraban, No fue nada y sabemos ya que Captain Cuttle ganó.

 

En 1923 un corredor de metales de Shangai, Mr. H. E. Morris, le cablegrafió a Darling pidiéndole que le comprara el mejor potrillo que saliera en las ventas de Doncaster. Darling pagó 6300 guineas por Manna, un potro mediano hijo de Phalaris en Waffles. Manna tenía toda la vitalidad de St. Simon. Pateaba con repetición y sin descanso. Ganó las 2000 Guineas y el Derby, pero se rompió en el St. Leger y debió ser retirado de la pista.

 

Coronach, también hijo de Hurry On, le proporciona el tercer Derby a Fred Darling. Coronach era voluntarioso, potente, arisco, con un mechón rubio en la poblada cola. Cogía la delantera en las carreras y nada podía hacer el jinete para evitarlo. Así ganó el St. Leger en tiempo record. Como semental fue un fracaso total e internacional.

 

En 1931 Darling ganó las 2.000 Guineas con Cameronian. Conoció pronto al caballo. Lo trabajó suave. Lo corrió en pobres eventos y lo tuvo listo para las 2.000 Guineas. Fue el golpe, la sorpresa clásica y bien llevada. En el Derby logró una victoria inobjetable. Pero en el St. Leger, en la cual ganaría la triple corona, se excitó y pateó a otros caballos. Al darse la partida, forcejeó locamente y se tiró al suelo, terminando último lejos. Al regresar le tomaron la temperatura. Tenía fiebre. Fred Darling tomó el asunto con calma ante la posibilidad de que le hubiesen dado algo extraño al caballo. No paso nada. Todo el mundo menos el público quedó satisfecho con lo que había ocurrido y pronto se olvidó el desdichado asunto. Fue un padrillo discreto y posteriormente lo exportaron hacia Argentina.

 

Al ganar las 2.000 Guineas con Pasch en 1938, el caballo se cotizó como favorito del Derby. Sin embargo el ganador fue Bois Roussel, su compañero de llave. Darling recibió a ese caballo pocas semanas antes del Derby. Su triunfo fue espectacular. Girando el codo final, o el Tattenham Corner, lo aventajaban 17 de los 22 competidores. En la recta final comenzó a pasar caballos y volando casi terminó ganando por 4 cuerpos. Corrió una vez más, terminando tercero de Nearco.

 

Darling ganó con Pont L'Eveque el Derby de 1940. Era un pobre caballo y lo estaban vendiendo por 500 esterlinas. No encontraron comprador y Darling lo compró para él. ''No era un riesgo pagar eso por él'', dijo Darling. Pont L'Eveque mejoró y ganó el Derby. Después lo vendieron para padrillo para Argentina.

 

Owen Tudor fue el séptimo y último ganador del Derby que preparó Fred Darling. Fue el único Hyperion que ganó el Derby. Fue un buen caballo pero paradójicamente inconsistente que no ofrecía confianza alguna. Produjo como padrillo a dos buenos sprinters como son Tudor Minstrel y Abernant, y un gran caballo de media distancia llamado Right Royal. También produjo a Elpenor, ganador de la Copa de Oro.

 

Se necesitarían largas páginas para anotar todos los caballos buenos que cuidó Fred Darling. Su nombre está ligado a los nombres más famosos de la historia hípica británica. Big Game y Tudor Minstrel, muy buenos, muy veloces, ganadores ambos de las 2.000 Guineas, libertinos en la carrera y flojos para los 2.400 metros del Derby.

 

Otros nombres famosos de Darling fueron Warden of the Marches, The Recorder, Fair Trial, Tant Mieux y Combat. Entre las potrancas, destacaron Sun Chariot, Conmotion, Tiffin, Four Course y Myrobella, merecedoras todas de reportajes individuales, tales fueron sus respectivas grandezas.

 

En 1947, poco antes de retirarse, Fred Darling escribió el siguiente comentario: “Creo que Hurry On ha sido el mejor caballo que preparé. Pero Sun Chariot, Big Game y Coronach fueron magníficos ejemplares”.

 

Fred Darling era pequeño, delgado y muy pulcro. No era amable. Era taciturno y poco comunicativo. Con el tiempo se hizo asequible. Jamás le prestó atención a los imbéciles e intrusos del turf. No prestó atención a los reporteros hípicos y, por el contrario, los trató con desprecio. Esa fue su escuela. Lo trataron implacablemente y así trató el a todo el mundo. Odiaba los aplausos y los elogios de la galería. Nunca se casó. Su salud fue precaria.

 

No perdía tiempo con caballos mediocres. Tenía un ojo infalible. No toleraba descuidos en el trato con los caballos. Creía que el caballo no debía gastarse en traqueos. Eso no era preparación. Murió en 1953 cuando Pinza, un caballo criado por él, ganaba el Epsom Derby. Fue todo eso. Pero, sin dudas, un entrenador genial.

 

Fuentes: extraído de la Revista Turf, Wikipedia.

 

Anécdotas Hípicas Venezolanas, viernes 27 de mayo de 2016

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