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Ex jinete Eusebio López Morales falleció a los 102 años

Editado por Martín López

 

El ex jinete Eusebio López Morales falleció el pasado 31 de enero de 2013 en el Bronx, Nueva York, a donde a principios de diciembre viajó para visitar a varios de sus hijos y celebrar su cumpleaños.

 

 

López Morales, nativo de Las Piedras, Puerto Rico, quien el 15 de diciembre cumplió 102 años, tuvo la oportunidad de montar en los antiguos hipódromos Las Casas, Quintana y Las Monjas desde finales de la década de 1920.

 

Murió de causas naturales”, dijo Abigail López, hija de López Morales, quien procreó otros ocho hijos. “Me lo traje desde Puerto Rico para cuidarlo porque estaba desmejorado de salud”, añadió. “Se fue durmiendo. Estaba consciente. Él era ministro, cantaba coros y oraba. Nunca perdió el conocimiento”, señaló además López.

 

Su padre, quien a los 96 años recibió un doctorado en teología, era ministro ordenado de la Asamblea de Dios, distrito hispano del este en Swan Lake, Nueva York. Era natural del barrio Boquerón, de Las Piedras. Comenzó a montar en 1927, según él mismo señaló a Primera Hora en una visita realizada por este redactor a su residencia el año pasado.

 

A la edad de 17 años, López Morales salió de Las Piedras y se radicó en Hato Rey cerca del hipódromo Quintana, a donde iba a ver los trabajos matinales y, ocasionalmente, a las carreras hasta que le hicieron el acercamiento para probar como jinete.

 

Iba todos los días a ver los traqueos hasta que Lindoro (el entrenador Pablo Hernández) me vio y me preguntó cuánto yo pesaba y me preguntó que si quería ser jinete. Él me enseñó”, recordó López Morales.

 

Recuerdo que había un caballo que los jockeys no les gustaba montar porque mordía. Se llamaba Trueno Sordo. Lo monté y lo gané en mi primera monta. Eso fue en el Quintana. Ese caballo era de don Cecilio Isaac”, continuó su relato.

 

Según López Morales, al tiempo de haber comenzado a montar, recibió una invitación para probar suerte en Venezuela por parte de un entrenador local que trabajaba con los ejemplares del entonces reconocido coronel Gonzalo Gómez, quien fue dueño de caballos en Puerto Rico durante la década de 1920.

 

Acepté porque no tenía muchos caballos para montar aquí. Estuve unos años en Venezuela. Monté varios caballos al coronel, pero cuando él murió, sus hijos vendieron el hipódromo”, dijo refiriéndose al Hipódromo El Paraíso, propiedad de la familia del coronel y que estuvo activo de 1908 a 1959, en Caracas.

 

Cuando regresé a Puerto Rico, no monté más porque estaba sobre peso”, continuó relatando López Morales, quien residió en Juncos y trabajó 23 años en el correo postal hasta jubilarse en 1974 para luego, según dijo, trabajar pesando caña en la central Eastern Sugar, en Juncos.

 

Vi correr al caballo Galgo Jr., era lo mejor que había en Puerto Rico. Era un alazano enorme. No perdía. Me hubiera gustado montarlo, pero tenía su jockey que se llamaba Julio Rosario”, comentó mientras recordaba también a los jinetes RamónMatatéSanta, Ángel Cordero Falú, Ángel Cordero (padre de Junior Cordero) y TomásMasoBenítez.

 

A Maso le gustaba pillar mucho en las carreras”, recordaba López Morales, cuyo cadáver será expuesto en capilla ardiente el miércoles en Nueva York y, al día siguiente, será sepultado en el cementerio Oakland, de Yonkers.

 

Fuentes: publicado en el diario Primera Hora

                                             

Anécdotas Hípicas Venezolanas, jueves 29 de julio de 2013

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