Anécdotas Hípicas Venezolanas presenta

Carlos Gardel, en el Tango y en el Turf

Por Héctor Bruzzone

 

Carlos Gardel recorrió el mundo llevando no sólo el sentimiento del tango, expresión popular del pueblo argentino, sino su gran condición de insigne burrero.

 

Otro aniversario de la tragedia ocurrida el 24 de junio de 1935 en el Aeropuerto de Medellín, aún se mantiene vivo en el recuerdo la desaparición del más grande intérprete de la canción popular: Carlos Gardel.

 

 

De su apología se han ocupado numerosos críticos, lo que ha servido para mantener latente la grandeza del que en vida plasmó en el disco y en el cine, lo que a través de tanto tiempo no ha perdido popularidad. Pero dentro de tantas canciones inolvidables están las que tienen en sus versos la vida del turf, al que Gardel consagró la mayor parte de sus emociones y cuando le tocó interpretar, lo hizo con la vista fija en la escena de un hipódromo para poner el alma en sus cantos. Ahí quedaron grabados para la eternidad “Bajo Belgrano” que fue uno de los que inició la serie y donde se escucha:

                                                                    

“De un peoncito que le habla al crack:

sacáme e' pobre, amigo querido,

no te manqués pa' el Nacional”

 

También el tango “Paquetín, Paquetón” tiene en sus versos la realidad de una vida. El pibe José Peluffo llegó a ser jinete y supo de la gloria de derrotar varias veces al Maestro Leguisamo en finales reñidos. Gardel lo cantó con la ternura del que lo siente en su vida.

 

Preparáte pa' el Domingo”, donde está reflejada la tragedia del embarcador. “Leguisamo Solo”, que tanto ha influido en la vida del gran jinete. Hay algo en el verso y en el canto de este tango, que lo probable sea que el mismo Leguisamo, ante la desaparición del cantor, haya decidido seguir en la brecha, a pesar de sus sesenta años, como en sus mejores tiempos.

 

Palermo”, otro de los grandes tangos con citas de la vida hípica de Buenos Aires como:

 

“Me gustan más las carreras,

más me tirá la perrera,

que una bonita mujer...”

 

Y culminando la serie, se realizó el popular “Por una cabeza” que inmortalizó al cantor y que todos recordarán con tristeza:

 

“Por una cabeza de un noble potrillo,

que justo en la raya, afloja al llegar...”

 

Fuentes: extraído de la Revista Turf (junio 1963)

 

Anécdotas Hípicas Venezolanas, sábado 25 de marzo de 2017

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