Anécdotas Hípicas Venezolanas presenta

Santana Anzola

Por Juan Macedo

 

Para los jóvenes aficionados hípicos es muy probable que el nombre de Santana Anzola sea totalmente desconocido, pero representa a una persona que resultó valiosa para el hipismo venezolano por casi cuatro décadas, siendo una leyenda y pionero no solo en el turf nacional, sino en otros deportes. Nació en la ciudad de Boconó, estado Trujillo, el 28 de junio de 1904.

 

El Sr. Santana Anzola fue un dirigente deportivo, un dirigente amateur, como todo en nuestro deporte en la primera mitad del siglo XX, cuando se metió a trabajar en el Hipódromo Nacional El Paraíso. También estuvo involucrado en los inicios del Basketball en Venezuela. Antes había sido boxeador, contemporáneo de Luis Monasterios.

 

Comentó Sergio Anzola: "El acontecimiento más extraordinario de la época fue la victoria en el IV Campeonato Mundial de Béisbol Amateur, celebrado en La Habana en octubre de 1941. Correspondió a mi padre Santana Anzola (presidente de la Asociación Venezolana de Béisbol), Abelardo Raidi (jefe de la delegación) y Juan Antonio Yanes (uno de los seleccionadores), asumir la responsabilidad de organizar el equipo y solicitar el dinero para enviarlo. En 1949, nació el Instituto Nacional de Deportes, mejor conocido como el IND, ente que se formó gracias a la labor tesonera y constante de un grupo de personalidades deportivas, que conjuntamente con los cronistas que se ocupaban de plasmar el deporte, propusieron organizar el mismo. Algunos de esos pioneros fueron Julio Bustamante, José Beracasa, Feliciano Pacanins, Miguel Otero Silva, Álvarez de Lugo, Abelardo Raidi, Roberto Todd, Andrés Miranda, Candelario Rivera (Chato Candela), Leopoldo Márquez, Herman Ettedgui y mi padre Santana Anzola, entre otros destacados deportistas"

 

En el deporte Santana Anzola ha desempeñado innumerables cargos: presidente de la liga de futbol más de una vez, secretario de la comisión de boxeo (en la época de Chávez, Chafardet y Kid Chocolate), secretario del comité olímpico desde su fundación hasta que presentó su renuncia y también fue juez de boxeo.

 

Su afición por las carreras de purasangres se remontó a sus años de juventus, pero Santana Anzola como funcionario hípico actuó desde el año 1939 (fue fiscal de empleados, adjunto al juez de llegada e inspector de paddock), apareció como Adjunto al Juez de Partida en 1940 en el Hipódromo de El Paraíso, que ese momento era una empresa incipiente que buscaba abrirse caminos. Al frente de la directiva estaban hombres de prestigio como José María Márquez y Enrique Lander, además de Antonio De Rosa, Arturo Puigbó Ronsó y Enrique Acosta Clausel; como comisario el Dr. Jesús González Cabrera y como juez de partida el Teniente Juan Martínez, que trabajaban por labrar un mejor futuro mejor. En esa época se estrenó el Aparato de Partidas y Don Santana recordaba como anécdota la oportunidad en que se dañó el aparato y tuvo que ordenar la partida con una bandera, menos mal todo salió bien y resultó ganador Petirrojo conducido por Luis Abad.

 

Es en 1946 cuando el Sr. Santana Anzola ascendió al cargo de Juez de Partida, ya que el Teniente Martínez pasaba al cargo de Juez de Llegada. Comenzó a apretar el timbre de las partidas justamente cuando se disputó por primera vez el Gran Premio Clásico Simón Bolívar. Eran los días de Robby, Stiletto, Laponero, Intruso, Seriote, Strómboli, Cascabel, entre otros. Era una fecha de resurgimiento hípico, el comienzo de la época de oro.

 

A pesar de que era un hombre sereno, cuando algo salía mal en el desempeño de sus funciones pasaba toda la semana contrariado. Una vez presentó su renuncia ante los comisarios, debido a que dio una partida sin cuadrar a un ejemplar (Auchenlek con Raúl Bustamante) y hubo de anular la carrera. No vio al ejemplar que se encontraba tapado con el aparato y para colmo, era una carrera de milla. Por supuesto los comisarios no le aceptaron la renuncia.

 

Desde ese entonces, Santana Anzola apretó el botón eléctrico que marcaba las partidas de las carreras, un trabajo arduo que continuó en el majestuoso Hipódromo La Rinconada. Antes eran de siete a nueve carreras por reunión, pero pasando el tiempo aumentaba la población equina y las reuniones hípicas pasaron a ser de doce, algunas veces trece carreras, con lotes de hasta catorce caballos y en algunas carreras especiales (como el Gran Premio Clásico Simón Bolívar de 1969) hasta 22 purasangres. Contó su hijo, el Sr. Sergio Anzola, que su padre ese día estaba muy concentrado porque era la primera vez que le tocaba dar una partida con tantos caballos, gracias a Dios la partida fue pareja sin contratiempos para ningún ejemplar. Otras dificultades que se le presentaron en su delicada función fueron debido a los ejemplares indóciles, además de algunos jinetes que con regularidad desacataron sus órdenes.

 

Don Santana Anzola mostró gran profesionalismo en base a la experiencia bien ganada, por supuesto tuvo malos momentos, no por los caballos, sino por la reacción natural de los jinetes, preparadores, propietarios y el aficionado común ante una partida poco favorable, pero son gajes del oficio que supo aceptar con ecuanimidad. No se puede contar las partidas que dio, habría que sumar temporada por temporada el número de carreras, pero el Sr. Santana Anzola nunca faltó a su cita de los fines de semana para cumplir con su trabajo. Es grato recordar cuando el Dr. Virgilio Decán solía decir "El juez Santana Anzola espera el momento apropiado para dar la partida..." o en el caso de Mr. Chips "El juez Santana Anzola observa..."

                                                                                                

Pero todo tiene su final y víctima de una vieja dolencia, falleció el Sr. Santana Anzola el 7 de agosto de 1976, dejando un importante legado por su rectitud y entereza dentro del hipismo. Y de algo hay que estar seguro que en la actualidad Santana Anzola es el Juez de Partida del hipismo celestial.

 

Fuentes: Revista Turf, Revista Gaceta Hípica, Sr. Sergio Anzola, Sr. Diego García Ortín, Sr. Juan I. Godoy.

 

Anécdotas Hípicas Venezolanas, jueves 29 de enero de 2009

Copyright 2000, Anécdotas Hípicas Venezolanas C.A. Todos los derechos reservados