Anécdotas Hípicas Venezolanas presenta

Luis Sifontes

Por Jaime Casas

 

¿Qué hay detrás de un campeónCuando vemos una carrera de caballos, en Venezuela o en cualquier parte del mundo, ese pequeño espacio de tiempo, que puede ser uno o dos minutos, resume varios años de trabajo, de esfuerzo, de planificación.

 

Ese triunfo es, apenas, una cosecha. Es una muestra de esa gran industria hípica que brinda soporte al espectáculo de las carreras, y que va mucho más allá de la competencia. Incluso, más allá del entrenamiento diario, de las condiciones del jinete, de la planificación misma de la carrera (selección en la programación, tren de carrera, distancia, etc.). Es un ciclo que se repite una y otra vez, y la primera piedra de esa construcción se pone en el haras, y es allí donde nuestro entrevistado hace lo suyo, con profesionalismo, pasión y devoción hacia el purasangre.

 

Hablamos del Médico Veterinario Luis Enrique Sifontes Hernández, a quien se le rendirá un homenaje durante las carreras del domingo 24 de agosto de 2014, mediante un trofeo que se disputará a la altura de la cuarta competencia del programa. Ampliamente conocido y respetado por criadores y propietarios, su trayectoria habla por sí misma de su capacidad como médico veterinario, conocimiento y experiencia que ha sabido combinar con su pasión por el hipismo, que le fue inculcada desde muy temprana edad por su padre.

 

 

Luis Sifontes nació en Caracas el 13 de julio de 1962. Está actualmente casado con Roxana Adarmes Araycon quien tiene dos hijos: Luisana Sifontesde 11 años, y José Juan Sifontes de 6. De su anterior matrimonio, con la Dra. Beatriz Quintero, nació Juan Manuel Sifontes, quien tiene 26 años de edad.

 

Se graduó en la Universidad Central de Venezuela en 1989. Al respecto nos comenta: “justamente por estar cumpliendo 25 años de graduado, estudiantes y pasantes que he estado formando durante los 18 años que llevo dando prácticas de campo de la materia del último año de la carrera, Medicina y Producción de Equinos, tomaron la iniciativa de pedir al INH, el trofeo que se correrá este domingo”

 

Egresó de la promoción en la cual se celebraron los 50 años de la Facultad de Ciencias Veterinarias. Se graduó junto al hoy entrenador Miguel Hernández y el Dr. Carlos Larrazábal, quien fue su compañero de estudios desde el kinder del Colegio San Ignacio de LoyolaPor esos años también egresaron el Dr. Gerardo Campos, su compadre, y su primera esposa, Beatriz Quintero, además del Dr. Fernando Volbracht.

 

 

A continuación, una entrevista que nos permite conocer más a fondo sobre la labor de uno de estos héroes que hace posible con su trabajo que podamos disfrutar, día a día, del maravillo espectáculo de las carreras de caballos.

 

JCA: ¿Por qué estudiar veterinaria, primero, y por qué escogiste trabajar con los purasangres?

LS: Desde niño, que tengo uso de razón, mi padre José Sifontes, hípico de pasión, de los de antes, de los que se escapaba de la casa de niño para ir al hipódromo de El Paraíso a ver las carreras de caballos, me trasmitió esa pasión por los caballos. Hasta fundó un haras, cuando yo tenía 9 años, Barlovento, en la hacienda de cacao de mi abuelo en Curiepe, junto a mis tíos el “gordoSifontes, “Totoño” y  Juan Ramón Hernández, dueño de Caporello que corrió el Derby de Epsom. Luego mi papa fundó en 1974 el primer centro de doma y entrenamiento de Venezuela, Haras Naranjal, donde se entrenaba y se llevaban los caballos a correr a La Rinconada, en aquella época que se corría hasta de noche; de ahí ganamos clásicos con Pollito y con Imbatible, que ganó el Fuerzas Armadas. Recuerdo que le daba 30 vueltas a una pista de 400 metros, que era lo que teníamos, lo llevaron al hipódromo el día del clásico y les ganó de punta a punta con Humberto Pinto. 

 

Estudié veterinaria para trabajar con caballos purasangre. Diría que las dos van unidas; recuerdo que mis regalos del “niño Jesús”, eran pistas de caballos, y hacía las carreras y les ponía nombres a los caballos de los campeones de esas épocas, Debonair Prince, Mckenna’s Gold,  Kemal, Islamic, entre mis favoritos, y hasta llenaba cuadernos con sus actuaciones; luego, en bachillerato, teníamos un grupo de amigos hípicos, entre los cuales estaba Alfred Tovar, hijo de Federico Tovar Segovia, dueño del haras Varsego y del stud Valecito. Con ellos íbamos todos los carnavales y semana santa a Cagua, y allí estaba de padrillo Straightway; para nosotros era como ver  a Magic Johnson o a Reggie Jackson. Vimos nacer y criar a Urica, Indudable (tu caballo favorito), Tropigold. Tuve la suerte -siempre o Dios lo quiso así-, de estar cerca de gente relacionada a la hípica.

 

JCA: ¿Cuál es tu campo de especialidad dentro del trabajo veterinario?

LS: Mi especialidad es la reproducción. Hice Postgrado en Reproducción Animal en la facultad de Veterinaria de la UCV, en 1990, estando casado con Beatriz. Terminé todo el pensum teórico-práctico, cum laude, pero me divorcié y por ser ella asesora de mi tesis de grado, a la final nunca la presenté.

 

Sin embargo, el trabajar en la reproducción no implica solo preñar las yeguas. Para que los resultados sean óptimos, se le debe hacer un seguimiento a las gestaciones, atención en el parto y cuidado de los potros hasta que se van al hipódromo a los 2 años, por lo tanto el trabajo es diario, constante en la revisión del desarrollo de los potros, de los aplomos, de la alimentación diaria, suplementación con vitaminas y minerales para cubrir las deficiencias de acuerdo a la zona donde se encuentra cada haras, programas de vacunación y desparasitación. Allí está la clave del éxito, de obtener ganadores clásicos.

 

JCA: ¿Quién fue tu maestro principal en el aprendizaje de la profesión?

LS: Mi maestro principal, que me dio la entrada a los haras en un medio para esa época muy cerrado, fue el Dr. Guillermo Quintero; me introdujo en los haras San Remo, en 1985 y San IsidroCambremont en 1988. Me enseñó a palpar, pero se empezó a usar el ultrasonido en las evaluaciones, y lo aprendimos juntos. También le debo mucho de mi aprendizaje en esos inicios a mi ex esposa Beatriz Quintero, porque estudiamos, investigamos y aprendimos mucho de todo el manejo reproductivo y de enfermedades que en esa época tenía una alta mortalidad en potros pequeños en los haras que funcionaban en el país.

 

Tuve otros grandes maestros y los sigo teniendo porque uno no termina de aprender en este medio, como son el Dr.  Jorge Falcón, un gran clínico; el Dr. Luis Medina, excelente cirujano, amigo y profesor, con quien tuve la gran satisfacción de compartir cirugías, en las que si no hubiésemos tenido éxito, la historia hípica fuera otra: operamos de cólicos graves a yeguas como Bella Di Notte, Triumphal, Honie’s Super Pet, con impactación de colon, preñadas con Águila Negra, Miss Kairicar y Honey and Me en la barriga, y no solo se salvaron sino que mantuvieron la gestación y pudimos lograr que esos campeones existieran para el espectáculo hípico.

 

JCA: ¿Alguna vez trabajaste en una cuadra del hipódromo, o siempre te dedicaste al trabajo de los haras?

LS: Cuando mi papa tenia activo el haras Naranjal, me estaba graduando de bachiller, en 1980, y para allá como estaba cerca de Caracas, iban todos los veterinarios que trabajaban en La Rinconada, a trabajar y a jugar dominó y hacer parrillas, era otra época muy hípica, romántica, distinta a la de ahora. Conocí a Aquiles Fernández, Álvaro Hernández, Miguel Useche, el morocho César Suárez, el “gordoAlzaibar, Luis Vera, Julio Rodríguez, Marcos Hernández, el “negroPenso, todos ellos muy amigos de mi papá, y él quería que yo trabajara con ellos. Me dejaba en el hospital a ver las cirugías, pero sentía que no me llenaba, me gustaba más el campo, como cuando tenía el Haras Barlovento de cría, pero ya no existía. Entré a estudiar veterinaria en 1982 y conocí a Beatriz, y nos casamos en 1985, y empecé a salir a los haras con mi suegro, el Dr. Quintero, el mejor en reproducción de esa época. Era duro, salíamos a las 4 de la mañana de Turmero a los haras El Bosque y Monumental tres veces a la semana, y los haras San Remo, Cambremont, San Isidro en las tardes, además de estudiar porque no me había graduado. Tuve la suerte que habían muchos paros en la UCV en esa época y coincidían con las temporadas de monta, y así me daba chance de ir a los haras; siempre me llenaba mucho estar en los haras, en el campo, tanto así que cuando me divorcié, me fui a vivir al haras Ribot, antiguo haras Fundacagua de Ignacio González, que tenía una casa de dos plantas y un balcón desde el que se veían los potreros con las yeguas madres y sus potros y al fondo el lago de Valencia; viví 12 años en esa casa viendo esos atardeceres con ese paisaje.

 

JCA: ¿Recuerdas en cuántos haras has trabajado?

LS: Además del haras Naranjal cuando era chamo, trabajé de caballerizo. Se iba de vacaciones el personal en  diciembre y tenía que ayudar a mi papá a limpiar puestos, caminar potros, lavar bebederos y ponerle la comida y pasto a los caballos. Nos quedábamos a dormir allá y lo disfruté mucho.

 

En mi profesión, trabajé en los Haras San Remo, de 1985 a 1988,  época de Bolinge -mi primer ganador del Simón Bolívar-, Stellamatutina, Red Love, Skuke, los que más recuerdo. Haras  Cambremont, época de Expedicionaria, Carrillón, Islandic, hasta que me divorcié, que me botaron, jejejeje, pero sí me quede como veterinario del  Haras San Isidro desde 1989 hasta su expropiación en el 2010, iniciando con Black Force, Al Fahd, Slew Boy, Saeta Rubia, Principado, Bonne Femme, Power Parts, Silver Parts, Amandina Lady, Mr Serafini, Blue Secret, Mr. Ángelo, King Seraf, los triplecoronados Taconeo, Bambera y el invicto Water Jet, los doblecoronados Águila Negra, Kira, Pencapinta; a Gran Estefania, ganadora del Simón Bolívar y el Confraternidad del Caribe contra los machos; son de los más importantes que se me vienen a la memoria.

 

 

Trabajé también en mis inicios en los Haras Los Laureles del Dr. Raúl Garrido, y muchos años en el Haras Hatikvah de Nathan Catalán, muy amigo, QEPD.

 

JCA: Actualmente, ¿en cuántos haras trabajas, y cuántos nacimientos anuales son parte de esa labor que realizas?

LS: Actualmente trabajo en el Haras Vista Hermosa, en el que trabajé desde 1998 hasta 2002, criando en esa época al súper campeón  My Own Business, y a grandes corredores como Gran Bárbara, Futura, Nena Victoria, Wigusyuldi, Don Cote, Robertocarlo, Thirteen; dejé de trabajar ahí para dedicarle más tiempo a mi hijo Juanchi que se vino  a vivir conmigo y cuando se graduó de bachiller y se fue a Caracas a estudiar en la UCAB, regresé al Vista Hermosa en el 2006 hasta la fecha.

 

En el Haras El Peñón trabajo desde 1991. Sacamos grandes corredores en su mejor época, valenciana, porque los dueños son de Maracay al igual que sus clientes. Tener dos triplecoronados de sus dos padrillos no es suerte, es criar bien: Queen Blue de Chemie, y El Nevado de Ottawa, además de tener en cuenta que fueron padrillos de un costo bastante bajo. Hoy, el haras mermado por la crisis y  el desencanto que genera la situación del país.

 

En el Haras La Orlyana estoy desde su fundación en el 2007. En esos días vino al San Isidro a buscarme Orlando Martínez, quien quería fundar un haras en la Mesa de Guanipa, El Tigre, y así fue como empezamos, hasta hoy se sigue haciendo todo como criábamos en San Isidro pero con mayor extensión de tierra, potreros más grandes, pastos  de excelente calidad, riego con pivotes, un equipo humano de primera, dedicado y trabajador. Todo se hace con mucha mística y armonía, y allí los resultados: único haras de Venezuela en ganar los Clásicos Caribe y Confraternidad el mismo año, El de Chine y King Carlos Juan; único haras en ganar los dos Unicria con el mismo padrillo el mismo año, Biloxi Palace, El de Chine y Mariana Queen el año pasado y Big Prairie, My Running Mate y Ninfa del Cielo este año; ganador de carreras de la triple corona en todas sus producciones: Il Machiato doblecoronado, My Running Mate doblecoronado y Ninfa del Cielo, primera hembra triplecoronada en calidad de invicta.

 

En el Haras La Primavera también empecé a trabajar en 2007. Cuando se vinieron de Boca de Aroa para Magdaleno, el Dr. Walter Rahn se enfermó, y me llamaron para hacerle la suplencia; pero los médicos le prohibieron seguir trabajando en el campo por la contaminación de las heces del caballo, así que me quedé con los Paparoni, donde hemos criado a grandes corredores, como Harriman, el verdugo de Bambera, campeón tresañero; Lido di Venecia, De la Sierra, Heisenberg, ganador del clásico de Caribe, y los triplecoronados Haskell y Angiemerkel, invicta también y el mismo año.

 

En el Haras La Quebrada, empecé a trabajar en 2011, cuando el Dr. Branger, muy amigo de mi papá, se quedó sin veterinario. El Dr. Conrado Chacón tuvo una crisis emocional muy fuerte, cuando les expropiaron parte del haras, y con la ayuda de psicólogos le recomendaron que se alejara del haras  para que no se perturbara y poder recuperarse; el Dr. Branger me llamó para que lo ayudara. Tiene 14 yeguas, luchando para mantenerse en la cría con la presión  del Inti y el Ejército metidos en el haras, pero gracias a Dios, y al esfuerzo de todos, pudimos criar al ganador del primero de la triple corona, el Páez, Megavatios, tiempo tenía el haras que no ganaba un peldaño de la triple corona y lo logramos este año.

 

 

En Julio del año pasado comencé a trabajar en el Haras Los Caracaros, aunque ha sido un haras muy exitoso, ganador de las temporadas clásicas de los últimos años (mi estadística favorita, porque es donde están los campeones, y es lo que todo propietario sueña), Cachito Celis me llamó para que me uniera a su equipo de trabajo, que fue siempre el sueño de su padre; y ¿como negarme?, espero responder a ese compromiso.

 

Trabajo en tres haras pequeños nuevos, en  Belén muy cerca del Vista Hermosa: La Alameda, Belén de la Sierra  y Belén Paradise, que ya tiene más tiempo; con pocas yeguas, hemos criado a Paso a la Reina y Awesome Gem.

 

Es de hacer notar, que el hecho de dar prácticas para la Facultad de Veterinaria de la UCV, y tener pasantes, ha permitido que además de aprender, los he colocado de médicos veterinarios residentes en varios haras, teniendo mayor atención en los haras para el trabajo diario y las emergencias y ellos a adquirir más experiencia para su futuro profesional, bajo mi supervisión y asesoría, claro está trabajando todos en equipo, atención permanente y oportunidad para muchos colegas recién graduados.

 

Los nacimientos de este año han sido: 74 potros haras Vista Hermosa, 47 potros Haras La Orlyana, 32 potros La Primavera, 33 potros Los Caracaros, 11 potros La Alameda, 11 potros Belén Paradise, 12 potros El Peñón, 9 potros Belén de la Sierra y 7 potros La Quebrada para un total de 236 potros 2014 para entrar a los hipódromos a mostrar su calidad corredora en el 2016.

 

N. del R.: Esta cifra de 236 potros en un año, equivale a cerca del 20% de la producción total de purasangres en Venezuela. Una idea de la importancia de la labor del Dr. Sifontes y su contribución al hipismo nacional.

 

Pero para el próximo año, esperamos lograr mayor cantidad para mejorar el espectáculo hípico, ya que se preñaron: 89 yeguas en el Vista Hermosa, 55 en La Orlyana, 43 yeguas en La Primavera, 38 yeguas en Los Caracaros, 11 yeguas en El Peñón, 9 en Belén de la Sierra, 16 en La Alameda, 20 yeguas en  Belén Paradise y 9 en La Quebrada para un total de 290 yeguas preñadas para parir en el 2015.

 

JCA: ¿Cuál consideras ha sido el mejor caballo entre los que has atendido?

LS: En referencia a los criados, en los haras donde he trabajado, podemos decir que puede ser My Own Business; no es nada fácil y poco común ganar 34, y que casi todas sean selectivas, desde los 2 años hasta los 6, creo, ganar 3 veces en el Caribe, en cortas, la milla y en larga, hasta los 3200 metros del  Fuerza Armada y  en tiempo récord, además de otros récords en otras distancias, solo doblecoronado (gracias a Castillo), ganador del Simón Bolívar, Presidente de la República, Copa de Oro y en la cría Campeon padrillo criollo. O puede ser Taconeo, triplecoronado y ganador del Simón Bolívar dos veces; o puede ser Mr. Serafini, que ganó el Fuerzas Armadas 3 veces, único en la historia, luego de haberse fracturado un sesamoide a los dos años en su debut, magistralmente operado por el Dr Luis Medina; o Water Jet, triplecoronado invicto, ganador del Clásico del Caribe.

 

Pero para mí, lo mejor que hemos criado es Bambera. Le tengo un cariño especial, ya que su madre Bella Fabiana, quedó con morochos y me tocó eliminarle uno, al igual que me pasó con Backstage; para hacer eso, por palpación transrectal con el ultrasonido, se debe localizar una de las vesículas y presionarla, al eliminarla queda la otra y esa fue Bambera, al igual que fue Front Stage, con Backstage, ambas triplecoronadas; además Bambera me recuerda a Gelinotte, que era mi favorita en mis años colegiales; y por sus hazañas, ganar 5 clásicos de las dos triplecoronas en esa pista, es tremenda hazaña, además de ganar el Simón Bolívar y el Clásico del Caribe contra los machos.

 

 

JCA: ¿Cuál es la parte más complicada del trabajo veterinario en un haras?

LS: Hoy en día, es más difícil, la inseguridad que nos afecta a todos, la vialidad que acaba con los carros, el horario en los haras para poder trabajar con el poco personal por los dos días libres que tienen cada semana, además que hay menos personal clasificado, con experiencia y de confianza, el costo elevado de alimentos y suplementos, la escasez de medicinas; se hace difícil el trabajo veterinario para criar de forma óptima, esto en cuanto a la situación del país.

 

Con respecto a la parte profesional, lo más complicado para mí, es atender una distocia, es cuando el potro al momento del parto no viene en posición normal, por lo que hay que maniobrar dentro del tracto genital de la yegua para corregir la mala posición del potro, que puede ser la cabeza o algún miembro flexionado,  y cuando es muy grande o la yegua presenta contracciones, se hace muy difícil y  traumático para uno y para la yegua, y por lo general si se tarda mucho en corregirlo, más de 15 o 20 minutos el potro muere y eso  crea una gran decepción.

 

JCA: ¿Qué sientes cuándo un caballo que tú contribuiste a criar gana una carrera importante?

LS: Mucho orgullo y satisfacción, son como nuestros hijos, todo comienza cuando la yegua está en celo: estudiar el cruce, servirla, tratarla post-ovulación para garantizar la  preñez, hacerle seguimiento mensual de su gestación para que todo esté bien, atender el parto, cuidar ese potro hasta el destete y luego su desarrollo con buena alimentación y manejo hasta los 2 años que van al hipódromo; verlos ganar es una alegría y verlos convertirse en ganadores clásicos y campeones es una gran emoción.

 

JCA: ¿Qué se necesita para ser un veterinario completo?

LS: Pasión y Amor por el caballo y a tu profesión. La cría es un trabajo del día a día, de sol a sol como la canción, y necesita de mucha dedicación, constancia y sacrificio. Si te gusta y lo disfrutas, no se te hace tan pesado ese sacrificio de estar en los haras día a día, fines de semana, carnaval, semana santa o diciembre,  y vas a tener éxito.

 

Es importante también estar actualizado. En esta profesión de medicina nunca se deja de estudiar, siempre sale algo nuevo: un virus, una enfermedad, un equipo para diagnóstico clínico, ecosonogramas más actualizados, una medicina, tratamientos producto de investigaciones; hay que ir a cursos, conferencias, congresos; ser miembro de asociaciones como  la AAEP (American Asociation of Equine Practitioners), miles de veterinarios del mundo están ahí, haciendo investigaciones todo el año, y conferencias con los resultados todos los diciembre de cada año para que uno se actualice.

 

JCA: En Venezuela, ¿cuál es la clave para criar un campeón?

LS: Siempre le digo  a mis estudiantes que la cría de caballos purasangre es  como una silla de tres patas, si una falla, la silla se cae, y esas patas son:  primero la genética, pedigree, buena sangre, tanto paterna como materna, además de un buen cruce, estudiar los nicks, los inbreedings, las familias; segundo, la alimentación, potreros extensos con pasto verde abundante y de buena calidad, con alto % de proteína, para mí , los mejores en Venezuela, el pasto Bermuda y el Swazee, que está de moda, porque es el que tienen los dos mejores haras de Venezuela en los últimos años en la estadística de las selectivas donde están los ganadores clásicos y los  campeones, La Orlyana y Los Caracaros, además se debe dar un alimento concentrado de buena calidad, Purina o Procría para mí los mejores, suplementar con avena, es la fuente natural más rica en  fosforo y alfalfa, es la fuente natural más rica en calcio, y suplementar con minerales y vitaminas para cubrir los requerimientos diarios y las deficiencias que puedan tener los pastos y los suelos venezolanos que no son los mejores para criar caballos, como sí son en Argentina o Kentucky; y tercero, el manejo, donde incluimos un buen plan sanitario de vacunaciones, desparasitaciones periódicas,  medidas higiénicas, para disminuir cargas bacterianas y  virales y prevenir enfermedades, soltar y recoger los potros agarrados, con su jáquima, manosearlos, raquetearlos, darles cariño para hacerlos dóciles y mansos, así no  tienen problemas en la doma ni con el aparato de partida al llegar a los hipódromos.

 

JCA: ¿Cuál ha sido el momento más difícil o más doloroso dentro de tu profesión?

LS: Como veterinario, la muerte de George Augustus, después de 4 años con infosura, enfermedad que te hace impotente y que ha acabado con la vida de grandes caballos, y hoy en día estamos luchando con Water Poet, que no está tan grave como George Augustus, pero sí lleva varios años delicado de una mano, pero ya con 21 años.

 

Como ciudadano venezolano, la impotencia e indignación que vivimos con la expropiación del Haras San Isidro, la manera como nos sacaron del haras, con ese abuso de poder, para nada, saquearlo y dejarlo en el abandono como muchas otras fincas en el país.

 

JCA: ¿Cuál consideras es la mejor zona del país para criar caballos de carrera, y por qué?

LS: Anteriormente, siempre sostuve que las zonas aledañas al lago de valencia eran las mejores, por el estudio que mandó a hacer con los ingleses el príncipe Aga Khan hace 60 años cuando el gobierno de Pérez Jiménez le donó unas tierras en Venezuela para que fundara un haras, y lo hizo con el Haras Arenales, cerca de Magdaleno, en Aragua. En esos suelos estuvo el San Isidro, Tamanaco y por los lados de San Joaquín el Gran Derby, los mejores haras de finales de los 80, los  90 y del 2000 al 2010; tierras muy ricas en caracolillo, gran cantidad de minerales, fondo del lago que se fue retirando pero que hoy recupera sus tierras.

 

Sin embargo, viviendo el performance del Haras La Orlyana, en la mesa de guanipa y Los Caracaros en Boca de Aroa, me doy cuenta que con un buen sistema de riego, siembra de pastos de buena calidad, abonados constantemente y una alimentación balanceada y suplementada, un buen manejo y excelente pedigree, podemos criar campeones, y no podemos olvidar el valle de los campeones, Belén, tierras de haras famosos desde 1950, Haras La Sierra, Karen Sissy y luego Los Samanes, haras campeones en sus respectivas épocas haciendo historia, hoy Haras Vista Hermosa y muy cerca el Haras Bucaral, hoy La Mulera, criador de Climalba, ganadora del Simón Bolívar, y los grandes hijos de Santón encabezados por Pagary, Llanoral, tierras muy fértiles con pastos de muy buena calidad.

 

JCA: ¿Cuál ha sido el mejor semental?

LS: Desde el año 2000 los haras donde he trabajado han ganado las estadísticas de sementales, a excepción del año 2012. En 2000 ganó Slew Prince; de 2001 a 2003, George Augustus; de 2004 al 2011, 8 años seguidos Water Poet; en 2013 Gold Dollar y este año va galopando Big Prairie. Esperemos seguir la racha que dice mucho del manejo reproductivo de un haras porque para que un padrillo gane una estadística, sus hijos tienen que ganar carreras, y  clásicos que son los de mayor premiación, además de que que tiene que tener un buen número de hijos corriendo y para eso se debe preñar un número considerable de yeguas cada año, y para eso se requiere de un excelente manejo reproductivo.

 

Indudablemente, Inland Voyager fue un excelente padrillo, pero me quedo con Water Poet, no solo porque lo tengo bajo mi cuidado desde que llegó hace 16 años, sino porque ya lo superó en clásicos ganados y campeones, además de tener 3 triplecoronados, 3 doblecoronados y 4 ganadores de clásicos en el Caribe.

 

JCA: ¿La yegua más difícil de trabajar?

LS: La yegua Amandina Lady, no solo por su importancia como campeona tresañeray madre de Mr. Ángelo, King Seraf, Miss Venezuela, hermana de Mr. Serafini, hija de Slew Prince en Amandina por Inland Voyager, cariño especial no solo por estar llena de historia hípica de campeones, sino porque ella tuvo una hemorragia post-parto hace muchos años, la salvamos milagrosamente para el año siguiente quedar preñada y retomar su vida reproductiva. Tenía dos años vacía, pero este año la preñamos de Water Poet con un buen trabajo reproductivo y se fue al Haras Los Samanes.  

 

JCA: ¿Cuál es la línea del 5y6 esta semana? Jejeje

LS: Jajaja si esta pregunta me la hubieses hecho hace 20 años, te la respondo enseguida, aquellos tiempos nos reuníamos en familia todos los domingos en la mañana a desayunar y hacer los cuadritos, “rapidito antes de las 11 am, que cierran el sellado”… “qué te dieron a ti”… “a mí me gusta tal”,  tiempos de unión y disfrute familiar. Éramos felices y no lo sabíamos.

 

Tenemos tiempo que no nos reunimos, que no hacemos un cuadrito, culpa de esta política errada de no trasmitir las carreras, de obligarlo a uno a ir a un centro hípico, porque para las tribunas da miedo ir con la inseguridad y sin espacios ya por los damnificados.

 

JCA: ¿Has vivido la faceta de propietario? ¿Cuál fue tu mejor ejemplar?

LS: Mi mejor caballo, sin duda, Uncas, hijo de una yegua que teníamos a medias con Magaly Rojas, que al retirarse le compramos su parte. Además de ser criada  en el San Isidro y que la salvamos de una neumonía por Rodococcus equi cuando era potra, la importada en vientre The Rising Sun, por Master Derby, al tenerla en El Peñón, pagaba las pensiones con trabajo, la preñamos con Ottawa y sacamos a Uncas, que es el nombre del último de los mohicanos, que estaban atrincheraron en Ottawa, Canadá, por eso su nombre. Uncas fue ganador de 13, 20 segundos, de los cuales destaca uno detrás de New Láser en el Clásico De los Sprinters Grado 1, superando a varios importados; además llego tercero de Mr. Ángelo en el José Antonio Páez Grado 1, primero de la triple, a un cuerpo, en 93”3, porque no pudo agarrar la baranda, que era donde el más corría.

 

JCA: ¿Desde cuándo has vivido la pasión del hipismo?

LS: Como te comenté al comienzo desde niño, desde que tengo uso de razón, mi vida diaria ha estado vinculada a los caballos de carrera.

 

JCA: Como hípico, ¿Cuál ha sido el caballo que más has admirado?

LS: La yegua Gelinotte, por su hazaña, al igual que Bambera, ganar 5 de los 6 peldaños de las dos triple coronas, y en tiempos donde corrían caballos de fuerte competencia: esa carrera con Sweet Candy en el República de Venezuela, cabeza a cabeza, los últimos mil metros es inolvidable; también por su sangre, hija de Never Bend y nieta de Princequillo, dos jefes de raza, creo que es lo mejor que ha venido en pedigree para nuestro país.

 

JCA: En Venezuela hay muy buenos médicos veterinarios en el hipismo ¿A cuál de tus colegas consideras el mejor en cada área?

LS: Al Dr. Luis Medina en el área de cirugía; al Dr. Gerardo Campos, Jorge Falcón y Julio Rodríguez como clínicos y trabajo a nivel de hipódromo; en reproducción hay varios colegas excelentes como Nicolás Navarro, Milton y Gilberto López, Oscar Felibert, Raúl Bellera.

 

JCA: ¿El mejor jinete? ¿El mejor entrenador?

LS: El mejor jinete para correr en punta, me voy a mi niñez: Balsamino Moreira; el que mejor mandaba: el “diabloÁngel Franciso Parra, y a pesar de que Tovar gano tantas estadísticas, mi jinete favorito era  Douglas Valiente.

 

El mejor entrenador para mí: Millard Faris Ziadie, que ponía a ganar un caballo en 1100 metros y a la semana siguiente en 2000 metros; y en la actualidad, por sus  logros con mis consentidos del San Isidro, Taconeo, Bambera, Water Jet, Gran Estefania, Pencapinta, Gustavo Delgado Socorro, excelente entrenador de caballos lesionados, los recupera y los pone a ganar hasta clásicos.

 

JCA: Como hípico ¿Cuál ha sido tu mejor experiencia fuera del campo profesional?

LS: Fuera de mi profesión, como hípico, tuve una experiencia que no olvidaré. Fue cuando Power Parts ganó el clásico Presidente de la Republica; el Sr. Saiden  estaba de viaje y me pidió que recibiera el plato de criador, ya que Ricardo Garrido -que era el que lo hacía usualmente-, no vivía ya en Venezuela. Cuando bajé a la pista, me impresioné de la energía que había en el ambiente, una emoción indescriptible, contagiante. Ver a los jinetes regresando, los palafreneros agarrando sus ejemplares, a Guido Vitale y su papa, abrazándose y luego, Alberto Ettedgui me cedió  el honor de recibir el plato de criador.

 

 

JCA: ¿Qué ha significado el hipismo en tu vida?

LS: Todo, desde los juegos de mi niñez, los fines de semana estudiando las carreras para hacer el cuadrito con mi papá y mis tíos los domingos, mis vacaciones en los haras, mis estudios, y mi trabajo diario, siempre ligado a los haras y a la cría de caballos purasangre.

 

JCA: ¿Qué harías, si tuvieras el poder para ello, para mejorar el hipismo de hoy en Venezuela?

LS: Lo primero que haría es contratar una empresa seria y con experiencia para que se encargue de la pista, pero  un mantenimiento constante, diario, semanal, todo el año, para que no se sigan perdiendo caballos por fracturas, culpa de una pista en mal estado, sin mantenimiento adecuado… ¿cuantos caballos dejaron de ser campeones por no poder hacer campaña al lesionarse tempranamente?

 

Mejoraría las instalaciones, las tribunas y las cuadras que están abandonadas y colocaría vigilancia permanente para tranquilidad de todos.

 

Combatiría la jugada ilegal, para acabar con las mafias matacaballos y así aumentaría la jugada legal, ingresos para poder mejorar todo lo demás.

 

Haría que volvieran las trasmisiones por radio y televisión para estimular la fanaticada que se ha apartado del hipismo por la poca información.

 

Implementaría nuevamente la prima al criador para recompensar a los haras y a sus trabajadores, base de las carreras de caballos, de donde sale la materia prima para el espectáculo hípico.

 

Por último, me gustaría que tomaran más en cuenta el trabajo en los haras a la hora de hacer las premiaciones, sin menospreciar el trabajo de hipódromo, el trabajo de cuadra para ganar una carrera, un clásico, no es menos cierto que el trabajo en los haras es de muy largo plazo, requiere mucho tiempo y sacrificio desde que se preña la yegua hasta que el potro se  va al hipódromo, son tres años de trabajo diario, de sol a sol que no se toma en cuenta al momento de premiar un capataz, un caballerizo, un medico veterinario.

 

LS: Es importante destacar que anteriormente, hace 25 años cuando empecé a trabajar en los haras, era muy difícil la entrada de estudiantes, pasantes y médicos veterinarios recién graduados en los haras, todo dependía de un encargado con mucha experiencia, la gran mayoría sin estudios en la profesión, y la visita 2 o 3 veces por semana de un veterinario que estaría 2, 3 o 4 horas revisando las yeguas o haciendo su actividad del día, luego el haras quedaba en manos del encargado o capataz hasta la nueva visita, claro está, si existía una emergencia, llamaba al veterinario para que la atendiera, sin menospreciar su esfuerzo y su trabajo porque hay encargados muy buenos, también con mucha pasión hípica, que le han dedicado su vida al hipismo, ayudando a criar campeones para el espectáculo hípico, como Rafael Camacaro, 13 años en La Giralda, 20 años en San Isidro, hoy en La Primavera; Adalberto García de La Orlyana; Benildo Cuevas de Los Caracaros; José Rodríguez en La Primavera; Alí Martínez en La Alameda; Manuel Vásquez en La Quebrada. Todos ellos con mucha experiencia, amor a los caballos, no es fácil vivir en un haras, lejos de la familia, eso es dedicación a la cría de purasangres, son la mano derecha del veterinario. Hoy en día, eso ha cambiado los criadores se han dado cuenta que la presencia de profesionales en su haras mejoraría considerablemente la salud de sus caballos, los parámetros reproductivos en cuanto a nacimientos, disminución de muertes porque las emergencias se atienden mas rápido y son atendidas por un profesional y tener la presencia diaria de un veterinario en el haras, para el resto del personal y al momento de alguna visita de entrenadores o propietarios le da un nivel mas elevado a su haras.

 

Por ello, me gustaría agradecerle a los criadores que así lo han entendido, y abierto las puertas de sus haras a estudiantes y pasantes del último año de la carrera, a los cuales les doy practicas, criadores como Amin Saiden del Haras San Isidro en el pasado; Julio Pazos del Haras Vista Hermosa, donde tenemos de Médico Veterinario Residente a la Dra. Daniela Vargas; Carlos Celis y su familia del Haras Los Caracaros, donde está el Dr. Tomás Milano; Orlando Martínez del Haras La Orlyana donde está el Dr. Luis Rivero; César Paparoni del Haras La Primavera, donde está la Dra. Danises Marin, recién graduados con muchas ganas de aprender, interés, motivación y amor a los caballos. Ser residentes les permitirá tener una experiencia única para su futuro profesional como la tuve yo, y le da una atención permanente a los haras para mejorar su status, salud y funcionamiento interno para obtener mejores resultados en todos los aspectos y criar mayor cantidad de potros y campeones que es nuestro objetivo para el mejoramiento de la hípica. A estos muchachos les agradezco profundamente la iniciativa del trofeo en homenaje que se celebró el 24 de agosto de 2014.

 

 

Anécdotas Hípicas Venezolanas, jueves 28 de agosto de 2014

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