Anécdotas Hípicas Venezolanas presenta

José María Márquez Iragorri

Por Roque A. Yoris Soules

 

Hombre noble, generoso y probo. Ese fue el Coronel José María Márquez Iragorri que como hípico propulsó la cría, creo instalaciones del hipódromo de la época, reajustó y modernizó la jugada, inició el ingreso de caballos importados y en general relanzó el hipismo venezolano. Pero ante todo fue un gran venezolano de condiciones humanas excepcionales. Nació en Trujillo, estado Trujillo, el 3 de febrero de 1892.

 

Hijo del Dr. Victorino Márquez Bustillo (hombre fuerte durante la presidencia del Gral. Juan Vicente Gómez, incluso siendo Presidente Provisional) y de Doña María Enriqueta Iragorri Briceño, estudió y se desarrolló profesionalmente en el área de la milicia. Como militar activo, le tocó participar en la época del General Juan Vicente Gómez, siendo su edecán, intercediendo por la libertad de muchos venezolanos que gracias a su persona la obtuvieron, como fue el caso del Dr. Pedro Rafael Tinoco, asimismo intercedió en la reubicación de algunos presos políticos, como fue el caso del poeta Andrés Eloy Blanco, para acercarlos a sus familias.

 

Sin lugar que la cercanía con el General Gómez le contagió la pasión por el hipismo y su actividad, y con el tiempo pasó de ser un simple espectador a desempeñar el cargo de Presidente de la Junta Directiva del Hipódromo Nacional. Ello sucedió allá por los años 1940 a 1944, luego en el 45 ocupó el cargo de Tesorero.

 

Al principio de las carreras en el Hipódromo Nacional de El Paraíso no existían caballerizas. Los ejemplares eran alojados en fincas cercanas y llevados al hipódromo el día de la carrera. Fue famosa la escapada de un caballo de Don Nicolás de las Casas que llevaba al hipódromo y lo llevó por varias cuadras desde la esquina de Maderero antes de detener su alocada carrera. Es de justicia reconocer que bajo la administración del Coronel José María Márquez Iragorri, en compañía de destacados hípicos como Herman Stelling, Enrique Lander Alvarado, Agustín Hernández y Gustavo Márquez, se adquirieron los terrenos donde se levantaron las caballerizas. El aval fue presentado por ellos pues en las arcas del hipódromo no existía dinero alguno. Fue el público con sus jugadas el que finalmente logró pagar las deudas.

 

 

 

Numerosas instituciones creó durante su período. La construcción de la Escuela de Jinetes de la cual han salido grandes profesionales de la fusta, apoyado con el profesor Amador Varela. Asimismo, fundador y primer presidente del Fondo de Previsión de Jinete y Preparadores. En ese período se organizó la contabilidad del Hipódromo y con ello los diversos juegos. Durante su gestión es cuando se editan los primeros anuarios e informes de las temporadas de carreras. Tambien se importaron tres lotes de ejemplares argentinos entre los que se recuerdan a Trocanter, Ladrillazo, Corasi, Hat Trick, Natacha, Cascabel y muchos otros que dieron brillo al espectáculo.

 

Puede decirse asimismo que la gestión administrativa del Coronel Márquez Iragorri durante el tiempo que estuvo en la Directiva del Hipódromo Nacional fue excelente desde todo punto de vista y las mejoras introducidas en relación al tiempo se catalogaron como de primerísima necesidad. La hípica sufría una crisis y fue su dedicación y excelente labor lo que renovó el entusiasmo. Partió en dos la historia del hipismo nacional. De esa gestión arranca la etapa moderna que vivimos

 

Fue Propietario con poca suerte, incluso antes de entrar a formar parte de la Directiva poseía a Indiana que le brindó tres satisfacciones, pero optó por regalarlo al Círculo de Caballería Plaza, pues consideraba que los directivos de la hípica no deben ser propietarios de caballos pues esto se prestaba a malos entendidos, amén a que pueden influir en las decisiones de los funcionarios de las carreras.

 

Una vez derrocado el General Isaías Medina Angarita, el Coronel Márquez Iragorri pasó a la situación de retiro en las Fuerzas Armadas. En esa época muchas personas lo llamaban el General Márquez por su condición humana y que para ellos en su corazón él era un General. Pero su presencia en el óvalo paradisiaco y luego en La Rinconada fue constante.

 

En lo que fue la primera presidencia del Dr. Rafael Rodríguez Navarro, en el año 1973, se creó el "Hall de la Fama del Hipismo Venezolano" y se promovieron cuatro figuras, incluido un caballo, entre las que contó el Coronel Márquez Iragorri, así sería lo que se sentía hacia su figura en aquél entonces. Ese Salón de la Fama no tuvo continuidad y murió al nacer.

 

 

En su honor se corrió durante años una Copa en su honor. “Por allá  por 1984 se corría la Copa en su nombre. El Coronel, ya muy ancianito, asistió y entregó el respectivo trofeo a los propietarios ganadores. Al final de la jornada tuvieron la desfachatez en la Tribuna  Presidencial  de cobrarle el consumo de la mesa, qué vergüenza, producto del olvido y la ignorancia venezolana”.

 

Cuentan que su entierro fue muy emotivo, que en medio de los honores militares correspondientes, muchos desconocidos, descendientes de gente que él ayudó arrojaron flores al paso de su féretro.

 

Fuentes: Revista Gaceta Hípica, Ing. Juan Macedo

 

Anécdotas Hípicas Venezolanas, jueves 16 de diciembre de 2010

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