Anécdotas Hípicas Venezolanas presenta:

Francisco Rodríguez

Por Alberto Rodriguez

 

Francisco Rodríguez SamaniegoPancho” nació el 9 de marzo de 1919 en La Chorrera, Panamá. Galardonado jinete, reconocido internacionalmente como “El Rey de la Huincha” por su habilidad para partir cuando no existía el aparato de partidas, gatera o Starting Gate. Fue uno de los buenos jinetes que actuó en el Hipódromo Juan Franco y en el Hipódromo Presidente Remón, además de destacar en otros lares, además que cumplió varias de las facetas que tiene la hípica.

 

Con un diploma de sexto grado y deslumbrado por el uniforme vistoso y los bolsillos siempre gordos de su hermano AlcidesChileRodríguez (que ya actuaba como jinete), FranciscoPancho Rodríguez fue metiéndose a la vida de la hípica con todas sus venas. A sus 15 años dejó la mecánica (carrera técnica que estaba estudiando) y la grasa adherida al cuerpo por las carreras de caballos.

 

En 1935 llegó al Hipódromo Juan Franco. Se hizo amigo de “El MaestroIsaac Gustines (preparador de los caballos de Don Pancho Arias). Empezó limpiando caballos de su cuadra y muy pronto pasó a galoparlos ahí, cerca de los establos. Luego vendrían las prácticas en la pista y, finalmente, las carreras. "Pero los nervios no me dejaban lucirme", admitió en una ocasión.

 

Debutó el 1 de enero de 1937 sobre los lomos de Tagra, tres meses después de empezar a montar profesionalmente, el 14 de marzo, obtuvo su primera victoria con Witty Henry. Como jinete aprendiz no sorprendió a nadie, muchos consideraban que se había equivocado de carrera. Sin embargo el tesón, la insistencia y su profundo deseo de ser uno de los mejores, lo llevó al estrellato. En 1939 se hizo profesional logrando obtener 96 triunfos, perdiendo ese año la estadística de jinetes con “TanqueBlas Aguirre. Uno de esos triunfos fue el Clásico Carnaval, con un caballo sumamente mañoso que nadie quería montar llamado Cantemir. Y con él ganó la carrera.

 

 

Pancho” se consolido como uno de los mejores látigos en las décadas del 30 y 40 del siglo XX. En esa época al Hipódromo Juan Franco los hombres iban de guayabera y pantalón, y las mujeres con trajes y sombreros para protegerse del sol. El hipódromo quedaba por el área de vía Brasil y alrededor había apenas un par de casas, caballerizas, bosques. No existían todavía los aparatos de partida, sino una especie de malla que se levantaba a la señal de la banderola roja que le llamaban "huincha". Don Francisco practicó y practicó hasta conseguir partir por delante, incluso antes de que la malla se hubiera alzado totalmente. Por esta razón se ganó el apodo del "Rey de la Huincha".

 

Tras varias temporadas de éxitos en Panamá, empezaron los viajes. En barco se fue en el año 1940 hasta Cuba con los ejemplares de “El MaestroIsaac Gustines, donde corrían Caballos americanos, alternando con jinetes americanos como Eddie Arcaro. Allá ganó 38 carreras en el Oriental Park. En unos de esos viajes a la isla caribeña apostó por su propio caballo, 75 dólares. "Tiramos al caballo de frente y gané de a vaina". Fue tan excelente su participación que recibió ofertas tentadoras de los Estados Unidos.

 

 

Con el fruto de la apuesta -nada lícita, por cierto- regresó a Panamá. Traía 3,200 dólares en el bolsillo y un corazón enamorado. "Llegué y me casé. Tenía como 22 años", recordó. También tuvo experiencias montando en Trinidad y Tobago, donde ganó 2 carreras.

 

Un buen día le salió un contrato en Venezuela y la estancia se prolongó por 32 años. En Venezuela fue un jockey rendidor, efectivo ganador de carreras, acumulando más de 400 triunfos, dejando innumerables huella de su grandeza.

 

En 1955, fue contratado para correr en el Clásico Presidente de la República en Panamá y no lo dudó un instante. "Ese era el sueño de mi vida, ganarme ese Clásico". Y Don Francisco tiene el recuerdo de ese momento. Allí se le ve, en un retrato viejo, con su metro cincuenta de estatura, sus 110 libras de peso, su uniforme de jinete y una sonrisa larga. A su lado, José Ramón Guizado convertido en presidente, con la cara larga, el ceño fruncido. Pero “El rey de la Huincha” no recuerda ese 1 de mayo de 1955 con preocupaciones ni tristezas. "Gané de punta a punta con Athys", sentenció.

 

 

Pero no se conformó con eso, ya que mientras fungía como jockey en Venezuela, también fue Entrenador de purasangres de carrera, y hasta como Propietario. En este doble rol logró su primera victoria el 1 de marzo de 1959 en el Hipódromo Nacional El Paraíso con el argentino Jungle Prince, recorriendo la milla en 100”4 milla con la monta de Raúl Bustamante, quien lució la chaquetilla de su Stud León.

 

 

Fue en el año 1976, ya jubilado de la profesión de jinete, cuando decidió regresar a Panamá. Se desempeñó como Entrenador de Purasangres de Carrera, recibiendo el apoyo del Sr. Oscar Grimaldo. Siguió en el hipismo en otras facetas: Juez de partida y de ruta, Comisario. También compartió sus conocimientos con jinetes más jóvenes con labor destacada como uno de los primeros Instructores de la Escuela de Jinetes del Hipódromo Presidente Remón, durante 14 años. La silla de Francisco "Pancho" Rodríguez fue copiada casi al calco por varios de sus discípulos, entre los que se cuentan Jesús Barría, Abdiel Toribio, Wigberto Ramos y Roberto Pérez.

 

Conocido por su jocosidad, su carisma, personalidad afable y caballero a carta cabal, dejó una huella imperecedera en el hipismo panameño. Fue objeto de un homenaje el 9 de abril del año 2006 cuando se disputó un Clásico en su honor. También fue exaltado al Salón de la Fama de la Hípica Panameña el 28 de abril de 2009.

 

En su carrera como jinete en Panamá ganó 690 carreras de 3016 conducidos y siempre se le veía en el Hipódromos todos los días, hasta el pasado jueves 11 de julio de 2013 falleció FranciscoPanchoRodríguez a los 94 años de edad, causando gran pesar su desaparición física dentro del ambiente hípico.

 

Fuentes: Lic. Jimmy Young, www.laestrella.com.pa, www.tvn-2.com, Lic. Ana Teresa Benjamin, Diario La República, Revista La Partida (programa oficial del Hipódromo Presidente Remón), Ing. Juan Macedo.