Anécdotas Hípicas Venezolanas presenta

Enrique Sarquis

Por Oscar E. Sarquis S.

 

Don José Enrique Sarquis Rached nació en la ciudad de Valencia, estado Carabobo, el 23 de diciembre de 1917. Empresario valenciano, tenaz trabajador, propietario de varios negocios junto con su esposa Laila Ramos Rached, entre ellos Imporveca (Importadora de Vehículos C.A.), Manufacturas Karam, Cola G, entre otras, fue un ser humano ejemplar, lleno de sencillez, humildad, de carácter muy recio, con don de gente, siempre dispuesto a ayudar a quien lo necesitaba, personaje habitual en los salones de juego de Caracas durante la época del General Pérez Jiménez y allí alternaba con las mas prominentes figuras del régimen, entre ellos Fortunato Herrera. Pero sobre todo con un gran amor hacia sus seres queridos. Fueron nueve hijos que tuvo en su matrimonio: Santiago (muere a los tres meses de otitis), Santiago (+), Oscar (+), Eduardo (+), Oswaldo (+), Leyla, Lilia (+), José Enrique y Elías.

 

 

Pero su gran pasión siempre fueron las carreras de caballos purasangre, en donde destacó siempre, marcó una trayectoria desde el inicio de este, su gran hobby, con récords que aun constan en el Stud Book de Venezuela, propietario en su época hípica de hasta 12 caballos purasangre, y de un stud en el Hipódromo Nacional que se llamó "Sin Ruido", el nombre se debía a que solo quería escuchar los cascos de sus caballos correr en la pista.

 

Su inicio tuvo origen en el recordado Hipódromo Nacional de El Paraíso, en aquella época aun no existía Hipódromo en Valencia, ni carretera asfaltada para ir hacia Caracas, pero Don Enrique Sarquis (como mayormente era conocido en la sociedad valenciana) emprendía un viaje de 6 horas en carro todos los viernes hacia el Hipódromo Nacional en Caracas junto a uno de sus hijos, Oscar Sarquis Ramos, únicamente para presenciar lo que para él era un majestuoso espectáculo, las carreras de caballos, en aquel entonces era propietario ya de algunos caballos pura sangre que corrían en ese hipódromo, para el y su hijo las seis horas de carretera de tierra hacia Caracas no era mas que un paseo, no veía distancia alguna entre Valencia y su afición por presenciar las carreras de los imponentes equinos. Su presencia era además muy  familiar en las tertulias de la Asociación Hípica de Propietarios que funcionaba en espacios aledaños al Hipódromo de El Paraíso, allí se le veía en compañía de los miembros de la familia Abilahoud entre otros.

 

Fue Alcalde de la Ciudad de Valencia en el año 1955 y durante su gestión viajó a España, se interesó siempre en mantener buenas relaciones con este país, estrechando lazos de amistad y conociendo la historia que une a ambas naciones debido al descubridor de America. De su carrera política poco puedo decir pero existe una reseña de la prensa ABC de España en la que comentan la condecoración de la Medalla de Plata de la Ciudad de Sevilla impuesta por ese ayuntamiento a mi abuelo Enrique como alcalde de la ciudad de Valencia.

 

 

 

Su afición hípica era tan grande que entre sus allegados comenzó a comentar que a Valencia le hacia falta un hipódromo, luchó por la creación del hipódromo (que ocuparía los terrenos de la actual Urbanización Agua Blanca, propiedad de la familia Araujo Ecarri para aquel entonces) incluso antes de ser Alcalde. Fue uno de los precursores y fundadores, entre otras grandes personalidades de la sociedad valenciana, para la creación de lo que hoy en día es el Hipódromo Nacional de Valencia, personalidades que incluye al pasar el tiempo a Juan Vicente Pérez Michelena, Luis Fernando Wadskier, Fernando Degwitz, Francisco Lagares “Pancho Silvino”, Raúl Albert, Miguel Halaba, Luis León Guerra, Luis Caminero, Francisco y Moisés Herrera, Jorge Tauil, Oswaldo Feo, Omar Canelón, José Manuel Orta y Luis Falcon entre otros, quienes se reunían cada dos semanas en el Hotel Intercontinental o en el Caney de Polar.

 

Su pasión por el mundo del caballo pura sangre se incremento aun mas, en donde llegó ha tener hasta 12 caballos purasangre, no conforme con ello, se buscó al mas grande y carismático entrenador de caballos purasangre, me refiero nada mas y nada menos que al ya desaparecido Millard Ziadie, conformando un equipo único y ambos son protagonistas de varios récords que hasta el día de hoy están vigentes en el Stud Book de Venezuela.

 

Uno de los récords que tiene junto con Millard Ziadie fue en una carrera donde única llave la conformaban cuatro caballos de Don Enrique Sarquis: Conqueran, Venerador, Tristán y Banal, a los tres caballos los entrenaba el mas grande. Dan la partida y la carrera empieza más que prometiendo ser ganadores, para sorpresa de todos los espectadores los primeros tres lugares se lo llevaron tres caballos propiedad de Don Enrique Sarquis. Otro record es que un caballo de mi abuelo, Banal, fue ganador dos años consecutivos del Clásico Fuerzas Armadas. Entre sus ejemplares tenia caballos de raza árabe y algunos llegaron a participar en carreras en los Estados Unidos.

 

 Foto en el paddock de La Rinconada cuando Banal ganó el Fuerzas Armadas de 1960

 

Mi abuelo Enrique cada día se sentía mas realizado de su trayectoria como propietario de caballos purasangre, pero nunca descansó y siempre buscaba adentrarse mas en el mundo, estrecho lazos de amistad con quien hasta hoy en día es el mejor narrador hípico de la historia venezolana, para mi parecer una institución en la narración hípica: Virgilio Decán, mejor conocido como "Ali Khan", para mi abuelo estas dos grandes figuras como Millard Ziadie y Virgilio Decán eran su mejor equipo, y cuando en varias oportunidades Ali Khan narró algunas de las carreras donde mi abuelo tenia ejemplares compitiendo ya no podía mejorar lo que para el era tener a los dos mas grandes a su lado, era tal la satisfacción que le daba igual si su ejemplar ganaba o no el disfrutaba mas del momento y de la competición.

 

Don Enrique Sarquis tenía una afición innata hacia el Domino, que jugaba en el Club Carabobo junto al Doctor Hector Simosa Alarcón "El Tigre de Carayaca", Carlos Núñez Trujillo y el Doctor Miguel González Acevedo, hasta mi salida de Venezuela se organizaba anualmente un torneo de domino en el Club Carabobo denominado "Don Enrique Sarquis" en el que participaba siempre mi tío Eduardo. Mi abuelo fue socio de ese club y asistía regularmente a jugar, los mismos pasos los siguió su hijo Oscar (mi padre), recuerdo haber asistido junto con mi hermano y mi madre, mientras mi padre jugaba nosotros nos sentábamos en la sala de descanso, además nos comíamos unas tostadas de jamón y queso en el restaurante del club como no me las he comido ni en mi casa, para mi las mejores tostadas de Venezuela. Años después mi padre dejó de ir al club (incluso vendió las acciones que tenia), y yo asistía junto a mi tío Eduardo que también era asiduo a ese club.

 

Don Enrique fue amante de casi todos los deportes, aficionado a la cacería, recuerdo que un día que fui a casa de Doña Mireya Ghio Michelena (para mi la abuela Ghio), tenia yo cerca de 23 años, y era como un nieto mas de Doña Mireya puesto que me críe junto a sus nietos, ella me dio un libro donde el escritor dedica unos párrafos a mi abuelo diciendo lo exagerado que era cuando se iban de cacería, en el mismo decía que iba con un camión 350 cargado de hielo, viajaba siempre con un cocinero que preparaba sus famosos sancochos de gallina, y si al grupo de cacería iban 18 personas don enrique compraba 18 gallinas para el sancocho, donde estaba Enrique Sarquis nunca faltaba ni comida ni bebida, el escritor habla de la generosidad de Don Enrique y lo buen anfitrión y amigo de sus amigos, las puertas de su casa siempre estuvieron abiertas para todos, y a la hora que alguien llegaba a su casa había comida y bebida, recuerdo que mi padre un día me contó que alguien le pidió prestado a mi abuelo los jardines de la casa de Guaparo para la celebración de una boda y el amablemente cedió los jardines, el mismo día de la celebración cuando ya estaba todo preparado para recibir a los invitados recibió una llamada diciendo que no había boda y que le fuera diciendo a los invitados que fueran llegando que no había celebración, mi abuelo dijo que el no haría eso, y que no habría boda pero que quien fuera llegando a su casa iría entrando y no suspendió ni comida ni bebida ni celebración, todo corrió a su cargo.

 

Además fue aficionado a los Gallos de pelea, llego a tener cerca de 30 gallos de pelea según mi padre y disfrutaba mucho de las mismas ya mi padre no recuerda bien los sitios donde asistía ni el nombre de los gallos solo recuerda un gallo que era su gallo estrella pero no recuerda ni como le llamaban solo recuerda que con ese gallo no salía del ring otro vivo, la espuela la enterraba siempre en el cuello de su contrincante y llegó a ganar infinidad de veces.

 

La pesca fue otra de sus aficiones predilectas, cada cierto tiempo se iba a Pescadores donde era propietario de un palafito, junto con sus hijos Oscar y Eduardo a pescar, pasaban fines de semana pescando en lancha, a mar abierto, incluso el 13 de abril de 1969 fue de pesca y no se sentía bien, paso casi todo el día acostado en su hamaca en el palafito hasta que decidieron regresar a Valencia, donde lamentablemente falleció a los 51 años por problemas cardiacos.

 

A pasar el tiempo, el sueño del abuelo se hizo realidad en 1983: un Hipódromo Nacional para la Ciudad de Valencia. Pero la sorpresa de todo la familia, fue un día del año 1991, cuando mi padre recibió la noticia de que el Instituto Nacional de Hipódromos había decidido homenajear a su padre con una copa que llevaría su nombre "Copa Enrique Sarquis" que duraría 10 años, no se sabia si el homenaje seria en el Hipódromo La Rinconada o de Valencia, al final el Instituto Nacional de Hipódromos pensó que por ser uno de los primeros luchadores por la fundación del Hipódromo Nacional de Valencia, el homenaje debería efectuarse en ese mismo hipódromo, los primeros años fuimos casi toda la familia, imagínense lo para todos era que una carrera de caballos llevara el nombre de mi abuelo, toda la familia orgullosa y muy agradecida por el gesto que tuvo el Instituto Nacional de Hipódromos, esa primera edición la ganó una pupila de Juan Carlos Ávila, Triumphal, con la monta de José Luis Lugo.

 

Cabe destacar que el primero a quien el Instituto Nacional de Hipódromos decidió rendir homenaje póstumo con una carrera que llevaría su nombre fue la de mi abuelo conjuntamente con la de mi tío César Ramos Rached, y que ambos fueron los dos primeros en pasarlos a clásicos y junto a algunos otros como el Clásico Luis Fernando Wadskier, Fernando Degwitz, forman lo que hoy en día el la gran fiesta hípica en el Hipódromo Nacional de Valencia.

 

A lo largo de los años se reducía la presencia de la familia en el hipódromo, bien fuera por que ya algunos habían fallecido, por compromisos etc., pero siempre hubo dos personas que, pasara lo que pasara, siempre estuvimos presente en la entrega de los trofeos, me refiero a mi padre Oscar Sarquis Ramos y mi persona, Oscar Sarquis Sánchez. Una vez que cumplió los 10 años como copa, mi padre y yo, junto con mi hermano y mi madre, habiendo consultado a alguno mas de la familia decidimos enviar una carta en primer lugar de agradecimiento al Instituto Nacional de Hipódromos por los diez años consecutivos en que se rindió homenaje a Don Enrique Sarquis, y a su vez solicitando que, debido a su trayectoria hípica, su ascenso a Clásico. Luego de constatar la trayectoria de mi abuelo en sus archivos y comprobar según el Stud Book de Venezuela, el Instituto Nacional de Hipódromos respondió a la carta con rotundo si, y el siguiente año ya era Clásico Enrique Sarquis.

 

 

 

Durante los diez años de copa y los años a los que pude asistir ya siendo clásico el homenaje a mi abuelo, quien entregaba el trofeo casi anualmente era yo, que junto con mi padre y algunos amigos allegados asistíamos al acto de protocolo que tenia lugar anualmente en el Hipódromo Nacional de Valencia, solíamos hacer desde la tribuna presidencial y alguna que otra vez desde el Jockey Club.

 

 

También el Jockey Club se unió al homenaje que rinden a mi abuelo cuando su presidente, el Dr. Luis José Bellera, nos pidió que necesitaba una foto tamaño presidencial de Don Enrique Sarquis para un “Hall de la Fama” de esa distinguida tribuna en el Hipódromo Nacional de Valencia, a lo que yo personalmente me ocupe de ampliar un retrato de mi abuelo de un plumilla español, enmarcarla y entregársela personalmente, cuadro y hall que no conozco porque me vine a vivir a España y lamentablemente no tuve la oportunidad de verlo colgado en la pared, y tampoco pude seguir asistiendo a la entrega anual del trofeo en nombre de mi abuelo, pero aun sigo sus pasos y voy a las carreras de caballos aquí en el Hipódromo de la Costa del Sol, en Mijas Costa, Málaga, la pasión la llevo dentro, y creo que va en la sangre de cada uno de los que vivimos en carne propia de tan grato homenaje.

 

Fuentes: Sr. Oscar Sarquis Ramos, Sra. Leyla Sarquis Ramos, Dr. Luis José Bellera, Ing. Juan Macedo, Sr. Trino Pulido, Hemeroteca digital ABC.es.

 

Anécdotas Hípicas Venezolanas, jueves 29 de abril de 2010

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