Anécdotas Hípicas Venezolanas presenta

Aldino Bellei

Por Fernando J. Gil

 

Muchas personas han llegado a nuestro país, provenientes de distintas naciones y con metas diversas en lo concerniente a estabilidad. Y muchos de ellos, igualmente amantes no solo del fútbol -para mencionar una actividad deportiva- lo han sido también del hipismo, porque arriban de países donde este Deporte de los Reyes es algo por demás halagador y digno de ser apoyados por todos. Dentro de este selecto grupo hay propietarios que se trazaron una meta y entre ellos uno muy conocido. Nos referimos a Aldino Bellei Tosi, nativo de Italia donde llegó a este mundo el 30 de septiembre de 1940 y desde el año 1958, de la mano de su padre Elio Bellei, se radicó en la ciudad de Caracas, Venezuela.

 

Con los ahorros obtenidos como pastelero en Caracas, Aldino Bellei se estableció en la ciudad de Valencia, en cuya calle Independencia fundó, en 1961, la Pastelería Carabobo a la que impuso un elegante estilo con cristalería, lámparas, espejos, mostradores de aluminio, relucientes como la plata, y cristales que hacían más provocativos la variedad de dulces, tortas, bombones y caramelos. Un establecimiento que fue convirtiendo en una de las pastelerías más prestigiosas del país, por la calidad de sus productos en un ambiente de refinamiento propio de la eterna Italia.

 

Pero hablemos del Aldino Bellei hípico, aquel que desde muy pequeño le atraían los purasangres de carrera. Desde su llegada a Venezuela lo veía como un pasatiempo y el Hipódromo un lugar de sano esparcimiento. El gusanillo hípico fue adentrando en su ser hasta el punto de convertirse años más tarde en propietario.

 

Se inició como propietario con Modenés en 1979, ejemplar que le costó Bs. 220.000 y produjo alrededor de Bs. 700.000, después lo negoció para continuar campaña en el Hipódromo Municipal de Ciudad Bolívar.

 

 

Tal fue su emoción por el hipismo que llegó a contar con más de 60 purasangres, algunos en sociedad con otro oriundo de Italia, Nino Battista, destacando entre ellos sobre todo Premio de Oro (Campeón Tresañero en 1983, ganador de la Copa de Oro de Venezuela y los Clásicos Asociación Hípica de Propietarios, Coproca y Fuerzas Armadas de Cooperación) y Mándorla (Campeona 4 y más años en 1984, ganadora de los Clásicos Instituto Nacional de Hipódromos, Fuerza Aérea de Venezuela, Arturo Michelena y John Boulton, además de la Copa Manuel Azpúrua Alcántara). Los purasangres de Aldino lucieron los colores rojas y negras de los Stud El Dulce y Stud El Pastel, evidentemente relacionados con su quehacer diario. Otros corredores que han lucido sus colores: Bonporto, Almendra, Miss Bianca, Aldenis, La Flor, Monichelle, La Grande, Miss Daniela, Polar Candy, entre otros, que aunque han dado algunas satisfacciones no han relevado aquellos inolvidables triunfos del comienzo.

 

 

Aldino Bellei fue muy allegado a Héctor Alonzo Rivas, con el cual disfrutó muchos triunfos. Se creía en aquel entonces que Héctor “tenía una pata” en Premio de Oro; también fue compadre de “El DiabloÁngel Francisco Parra. Contó con los entrenadores Manuel Medina, Antonio Algarbe, Giovanni Contini, Rafael Piñero, Guillermo Parra, Vittorio Catanese, Daniel Pérez y Matteo Camarda.

 

Hay una anécdota interesante que involucró a Aldino: en el año 1984 había adquirido del Haras Monumental a un ejemplar hijo de Spindrifter que, luego de observar sus radiografías en las cuales se evidenciaban fracturas en los sesamoides, decidió devolverlo a ese establecimiento de cría. La criadora María Esperanza Torrealba de Miglietti bautizó al ejemplar con el nombre de Aldino, en honor a quien lo despreció. La historia demostró que no fue correcta la decisión de devolverlo, al conseguir la gente del Monumental una buena campaña con este ejemplar, fueron 10 triunfos incluyendo la Copa Viviani y buenas figuraciones en los Hipódromos La Rinconada y Valencia. ¡Al mejor cazador se le escapa la liebre!

 

 

 

Lamentablemente su éxito como propietario disminuyó con el paso del tiempo, aparte que Aldino Bellei sintió que el hipismo se utilizaba como un mercado y ello alejó a muchos que pertenecían a la época de oro, incluyéndole. Pero sin duda alguna, muchos lo recordamos por sus victorias y, más aún, por el aporte que como propietario apasionado le hizo a nuestro medio. Falleció el 15 de noviembre de 2020.

 

Fuentes: Lic. Antonio Narváez, Revista Gaceta Hípica, Ing. Juan Macedo.

 

Anécdotas Hípicas Venezolanas, sábado 19 de diciembre de 2020

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