Anécdotas Hípicas Venezolanas presenta

Manuel Quezada Barrera

Por Juan Macedo

 

Nacido en el año 1909 y originario de La Palma, Chile, Don Manuel Quezada Barrera se le recuerda, entre otros hitos, como el conductor del tordillo Filibustero, ganador de El Ensayo de 1940.

 

 

Para el entonces joven Manuel, hasta los 14 años no tenía idea de lo que era el hipismo. Pero a contar de ese momento los caballos de carrera fueron su gran pasión y decide hacerse jockey. Tras un duro proceso de aprendizaje, los triunfos no tardaron en llegar, como el que consiguió con el hijo de Isabelino en la prueba máxima del Turf Chileno que fue consagratorio dentro de su campaña, y el logrado con Pilcaniyén, al año siguiente, en el Derby Chileno. Además, sus numerosos triunfos en el Hipódromo Chile le valieron el apodo de “León de la Palma”.

 

Cuentan los cronistas de la época que varios de sus colegas se concertaron en El Ensayo para hacerle una encerrona. Cuando Quezada lanzó por dentro al tordillo, el jockey de Fragata, Osvaldo Ulloa, gritó "¡guarda, que se nos mete!". Emigdio Castillo, al que no en vano llamaban "demonio de las pistas", se le puso inmediatamente por delante junto a Nogueral. A menos de 200 metros de la meta, la derrota de Filibustero era inminente, pero Manuel Quezada, consciente de que montaba a un fenómeno, paró prácticamente en seco al favorito y lo sacó por el carril más abierto. El público quedó mudo por largos segundos, pero después, cuando vio avanzar a Filibustero, comenzó a avivarlo con pasión. Y lo que parecía imposible, Manuel lo consiguió con el defensor del Stud Lealtad: por pescuezo adelantó a Nogueral. Sin dudas, una de las carreras más espectaculares dentro de más de un siglo de historia hípica chilena.

 

Don Manuel Quezada fue un indiscutible triunfador en Chile, ganó todos los clásicos de su país; También fue jinete internacional, en el extranjero también brilló compitiendo un año en Perú y una década completa en Venezuela, nación que lo recibió como un "Embajador del Sur". Lo acogió la afición Marabina (ya que pos su edad era imposible lograr la matrícula en El Paraíso) y fue ganador de las estadísticas de 1953 y 54 en el Hipódromo de La Limpia, para hacer sus primeras armas en el óvalo de El Paraíso el 3 de octubre de 1954 con el argentino Colibrí en la Copa Colegio de Abogados del Distrito Federal, para mantenerse entre los jinetes ganadores corriendo caballos de importantes personalidades.

 

Era un jinete venerable y a pesar de su edad, lucía muy conservado exteriormente. Durante su actividad profesional, primero en el Hipódromo de El Paraíso y luego en La Rinconada, acumuló alrededor de 80 triunfos. Pero en la mañana del 26 de mayo de 1961 se produjo un espectacular choque, que a primera vista hizo temer por la vida de hombres y caballos: Taborda, llevado por el veterano Manuel Quezada, se estrelló de frente contra el potro Bar Nixel. A consecuencia de ese serio accidente Don Manuel Quezada tuvo que colgar la fusta.

 

 

Casi un año después, el 3 de mayo de 1962, se fue de Venezuela, vía marítima, a su país natal, buscando un ambiente más suave para gozarlo junto al calor de su familia. De regreso en Chile, nuevamente hizo historia al ser el primer jinete que, después de retirado, cumplió la función de Comisario en el Hipódromo Chile.

 

El 28 de julio de 2004 a los 95 años, y por causas naturales, murió el jinete Manuel Quezada. El sábado 31 de julio la afición palmeña despidió con un emotivo minuto de silencio a uno de los más grandes jinetes de todos los tiempos. El mismo sentimiento de complicidad en la tristeza fue el que se podía abrazar el día anterior, al momento de sus funerales. Con la partida del "León de La Palma" se iba también un pedazo de la historia del turf latinoamericano.

 

Para finalizar, el Sr. Roque Yoris comentó: "Merecidìsimo homenaje al "León de la Palma" -hermano de Don Carlos Quezada, figura señera en nuestro hipismo, como entrenador y en labores de reivindicaciones sociales-. Vi toda su trayectoria como jinete en El Paraìso y La Rinconada, montó poco pero fue un tremendo jinete, un maestro. Corriendo adelante era excelente. Respetuoso recuerdo a un inmortal del hipismo, Don Manuel Quezada, eterno recuerdo a su persona".

 

Fuentes: Revista Gaceta Hípica, Diario El Mercurio, Diario La Cuarta, Sr. Roque Yoris S.

 

Anécdotas Hípicas Venezolanas, jueves 24 de noviembre de 2011

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