Anécdotas Hípicas Venezolanas presenta

Julio César Piñero

Por Fernando J. Gil

 

En la historia hípica venezolana han existido jinetes con poco estilo sobre la cabalgadura de los purasangres (llamados cocheros) pero efectivos y su calidad quedaba demostrada en cada competencia, capaces de grandes hazañas, como es el caso de Julio César Piñero Coronel, que nació el 14 de abril de 1951 en la población de Bejuma, estado Carabobo.

 

Julio César Piñero se inició en el desaparecido Hipódromo La Limpia en Maracaibo, estado Zulia, a mitad de la década de los años ‘60, se hizo jinete aprendiz y su primer triunfo fue con la yegua Farruca propiedad de la familia Osorio. En el ovalo maracaibero obtuvo muchos triunfos dada su eficiencia y calidad como jinete. Cariñosamente le decían "Mosquito e' Piña".

 

Decidió probar suerte en el principal ruedo hípico del país, el Hipódromo La Rinconada, en el año 1967, comentó el Sr. Víctor Marín en su cuenta en Facebook que logró su primer triunfo el 22 de octubre de 1967 con Morocco II. Ese año totalizó 4 victorias.

 

 

 

A partir del año 1968 se volvió un frecuente visitante del paddock de ganadores (ese año logró 24 triunfos) y se mantuvo como consecuente ganador. En el año 1969 obtuvo 31 triunfos y disputó el campeonato para jinetes aprendices que finalmente obtuvo Luis A. Alvarado por apenas un triunfo de diferencia. El 4 de enero de 1970 obtuvo su grado como profesional al imponerse con El Once. No fue hasta el 16 de enero de 1972 (dos años despues)cuando logró su primer triunfo selectivo, fue con Charlatana en la Copa Celestino Martínez (curiosamente los propietarios de Charlatana eran descendientes del homenajeado). Ese mismo año y con la mencionada Charlatana se anexó la Copa John Boulton.

 

 

 

El 7 de abril de 1974 sorprendió en el Gran Premio Selección de Fedeharas con Tanius; en noviembre triunfó en la Copa Manuel Fonseca Arroyal con Tocuyana y cerró el año victoriosamente irreverente en el Clásico Comparación con Guasipati. En el año 1975 logró “doble coronarse” con dos potrancas diferentes: Arequipa en el Clásico Prensa Nacional y Colorísima en el Clásico General Joaquín Crespo, en ese año logró 36 victorias, la mayor cantidad lograda en su vida profesional durante una temporada.

 

 

Triunfó en la Polla de Criadores Acrica de 1976 con Finisterre y a final de ese año dictó un recital con Papi en el Clásico Jockey Club de Venezuela. El año 1977 fue muy productivo gracias a The Soviet (con el que sorprendió en el Clásico Ministerio de Agricultura y Cría), Florín (en una carrera hecha a la perfección y sin ceder espacios cruzó la meta en ganancia en el Clásico Fuerzas Armadas), Pecas (en la Copa Manuel Vicente Lander Gallegos) y Arturo B (obtuvo el triunfo en el Clásico Jockey Club de Venezuela y que, en un gesto por demás de enaltecedor, donó la totalidad del porcentaje que le correspondía a los niños pobres). También destacó con las victorias en la Copa Alfredo Abilahoud de 1978 con Arturo B y el Gran Premio Selección de Fedeharas de 1979 con La Chachi.

 

 

En el año 1980 con La Chachi salió victorioso en las Copas Fernando Mitayne, Miguel Enmanuelli, José Murillo y Manuel Fonseca Arroyal. Fue el jinete de Guadamil en el primer Clásico Latinoamericano de Jockey Club. Fue en el año 1981 en el Hipódromo de Maroñas, Uruguay, y nuestro representante figuró séptimo a 19 cuerpos del ganador Dark Brown (oriundo de Brasil), hay que tomar en cuenta que Guadamil recibió un fuerte golpe en la partida y corrió con 60 kilos. De hecho, hay una anécdota de ese clásico, ya que por reglamento los jinetes que hacían vida en ese hipódromo no podían usar bigote y ante la novedad, los periodistas uruguayos y sus colegas jinetes le bautizaron a Julio César Piñero como "Bigotes". Además de su actuación en el clásico, recibió otras dos montas allá, con una de ellas ganó (Dindón) que fue sorpresa en taquilla y con el otro figuró quinto.

 

 

De regreso a nuestro país, el 19 de abril consiguió el triunfo con Planificador en el Clásico Presidente de la República en final dramático, pero en el repeso oficial la balanza señaló 53.4 kilos, cuando debió marcar 57 unidades según el programa oficial, por lo cual se resolvió descalificar al ganador. Este caso pasó a conocimiento del Ministerio Público, proceso que fue desgastante para el profesional de la fusta. Para mediados del año 1983 trabajó una potranca dosañera y al bajarse dijo “esta es una campeona”. Se trató de Filosa, con la que ganó los Clásicos Ciudad de Caracas y Edgar Ganteaume, además de las Copas Tapatapa y Otto Rahn.

 

 

Culminando la temporada de 1983, Julio César Piñero sufrió un grave accidente en el aparato de partidas en una mañana de traqueos y luego de recuperarse decidió colgar las botas y el látigo, retirándose de la profesión. Decidió invertir lo ganado como profesional de la conducción de purasangres de carreras en inmuebles, como una estación de servicio ubicada justo en la entrada de la vía Bejuma-Nirgüa-Chivacoa, cerca del Campo de Carabobo. Fueron un total de 340 triunfos a lo largo de su carrera profesional. Su hermano Rafael Piñero fue entrenador, al igual que su hijo Cristian Piñero, que entrenó en el estado de Florida, Norteamérica. Así fue Julio César Piñero, un eficiente y destacado jockey venezolano.

 

Fuentes: Revista Gaceta Hípica, Revista La Fusta, Ing. Juan Macedo, Sr. Henry Osorio, Sr. Víctor R. Marín Y.

 

Anécdotas Hípicas Venezolanas, domingo 31 de octubre de 2021

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