Anécdotas Hípicas Venezolanas presenta

Hernán Rengifo

Por Gabriel N. Ramos

 

El recordado jockey Hernán Rengifo nació en la ciudad de Caracas el 6 de julio de 1941. Era un hombre sencillo e incluso tímido, un profesional de la fusta con una larga y exitosa trayectoria en nuestro hipismo venezolano. Padre del también jinete Rogers Rengifo. Su afición por las carreras de purasangres vino desde su niñez, ya que siempre le llamó la atención dominar esa masa de músculos que representa el noble atleta equino. Así fue como inició su aprendizaje en la Escuela de Jinetes y comenzó su carrera de aprendiz en el Hipódromo Nacional El Paraíso durante el año 1957, ganando esa temporada una sola carrera.

 

Pronto el entonces joven jockey destacó por su gran corrección y eficacia, logrando 27 triunfos en 1958 (a pesar que el 17 de julio en la mañana rodó de la yegua Promisora mientras la trabajaba, sufriendo una herida en la frente que requirió siete puntos de sutura) y en el año 1959 ganó 25 carreras, que le permitió ostentar el Título de Campeón Jinete Aprendiz.

 

Cuenta Don Atilano Nuñez: “Una anécdota que recuerdo es que el entonces aprendiz Hernán Rengifo tenía mucho acné en la cara, y cuando corría o traqueaba los lentes protectores le molestaban mucho y le maltrataban. Mi padre, el Dr. Atilano Núñez, ya difunto, que era médico puso en tratamiento a Hernán para mejorarle su condición a fin de que los lentes de carrera no le dañaran tanto la cara”.

 

El 4 de noviembre de 1962 rodó del potro Procónsul en el Clásico Antonio José de Sucre. Sufrió conmoción cerebral. Estuvo recluido en la Clínica Santa Ana y suspendido el resto del año. En paralelo con su profesión, fue un luchador gremial por el beneficio de sus colegas, ya que perteneció a la Directiva de la Unión de Jinetes del Distrito Federal a partir de 1964. En la primera semana de septiembre de 1966, en una mañana de traqueos, Hernán Rengifo iba galopando con la yegua Cacerola cuando se desbocó y embistió en forma incontrolada contra el lote de ejemplares que hacían cola frenta a la tribuna de los 800 metros, sufriendo el jinete conmocion cerebral y contuciones generalizadas.

 

Don Hernán Rengifo siempre recordaba con júbilo sus grandes victorias con el caballo argentino Maniquí. No fue hasta la década de los ’70 cuando saboreó las mieles del triunfo en prueba selectiva alguna. Fue el entonces potro Paldillar (pupilo de Armando Fernández Alfaro) que le brindó el placer de ganar la Copa Albert H. Cipriani de 1973 y en diciembre de ese año el Clásico Comparación, el primero de su vida profesional.

 

 

Para abril de 1975, el entonces joven Julio Ayala Coronil le dio la oportunidad de montar a Patacón en el Clásico Presidente de la República y contra todos los pronósticos sorprendió a los entendidos. Ese año 1975 fue su mejor año, con 30 victorias, pero igualmente fue su último año. Comentó Don Rosalio Montero: “La razón de despedida de Don Hernán, para que no siguiera montando fue debida a su misma condición física, pero no de lesiones; sino de peso; razones de peso, de mucho peso... en la balanza”. Logró en total unas 275 victorias entre los Hipódromo El Paraíso y La Rinconada.

 

 

Pero se retiró por la puerta grande, sin bulla; pero con la dignidad para seguir en el medio hípico y ser muy útil en pista y caballeriza, dando consejos y sirviendo de ejemplo de honorabilidad, con gran modestia y don de gente, con franca y sencilla conversación con quien se ganaba su atención de hombre humilde y modesto. Le inculcó a su hijo Rogers esa pasión por montar purasangres de carreras y lo hizo jinete. El profesor Manuel Vásquez no olvida, que el ya retirado jinete vaticinó en el año 1987: “Acuérdate de lo que te voy a decir, este (Eibar Coa Montenegro) es el mejor jinete que ha parido Venezuela”.

 

 

Lamentablemente el miércoles 19 de noviembre de 2008 en horas de la tarde Hernán Rengifo dejó de existir en la ciudad de Los Teques, luego de presentar problemas de salud durante algunos meses por un accidente cerebro-vascular. Para quienes lo conocieron en vida, pueden dar fe de sus bondades en el trato, de caballero a la caraqueña. Fue un excelente padre de familia, que brilló en el mundo del hipismo venezolano por muchos años y en distintas facetas.

 

Fuentes: Revista Gaceta Hípica, Sr. José Luis D'Angelo Durán, Sr. Atiliano Nuñez, Sr. Rosalio Montero, Sr. Miguel Carrillo, Sr. Manuel Vásquez, Ing. Juan Macedo, Sr. Jaime Casas A.

 

Anécdotas Hípicas Venezolanas, jueves 27 de septiembre de 2012

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