Anécdotas Hípicas Venezolanas presenta:

Federico Dupuy

Por Martín Dupuy 

 

Federico Dupuy Cardaci nació el día 9 de julio de 1929, en una familia que no había nadie relacionado al turf, el fue el primero, y  desde mi punto de vista eso fue lo más sobresaliente, que él hizo lo que le gustaba a pesar de la familia no concordar. Realmente los caballos fueron la pasión de mi padre. Su familia era toda de profesionales, jueces, médicos, escribanos públicos, diplomáticos, etc., y él decidió ser jockey, eso fue lo más grande de mi padre para mí.

 

El nombre completo era Federico Dupuy, el apellido materno era Cardaci. Lo llamaban Fredy, creo que ese sobrenombre comenzó en los EEUU. Nació en Flores, un barrio de Buenos Aires,  Capital Federal, Argentina.

 

Su padre era José María Abelardo Dupuy, su madre Ana Cardaci de Dupuy, su hermana (menor pocos años que mi padre) Susana Dupuy. Solamente tiene una familia ligada al turf después de casarse con mi madre, que era de una familia totalmente "burrera", la familia Escagues, en el turf desde antes de 1900. En su infancia vivió parte de ella en el barrio de Belgrano, donde eran todos studs de caballos de carrera, y de ahí viene su idea de ser jockey.

 

Empieza como vareador con Luis Saini, según mi padre, uno de los mejores cuidadores que tuvo la Argentina, a los 13 años y de contrabando, pues era prohibido ser vareador antes de los 14. A los 15 le dan patente de aprendiz junto a Leonor Ríos, Pellegrino, Luis Canú, Fernández, Vieytes, y otros, fueron 12 los becados por la escuela.

 

En esa época en Argentina se corría con freno, creo que no exagero en decir que mi padre fue el primer argentino en correr con filete, y por eso el Sr. Roger Goudman lo contrata para trabajar sus caballos con filete, junto a su jockey oficial Juan Zuñiga, según mi padre el mejor jockey chileno que conoció en su vida.

 

El 5 de agosto de 1945 ganó su primera carrera en Palermo con Bombay, una yegua tordilla (Branding y Courfiu) del Stud La Pomme y propiedad de Roger Goudman, entrenada por el prestigioso cuidador Gabriel Torterolo. Bombay ganó en 56”3 que en esa época no era común.

                                                     

A los 16 años de edad recibe una oferta de ir a EEUU, junto con Solano, un fenómeno en la recta, comprado por un turfman americano y cuidado por Ricardo Cepeda. En EEUU se queda 5 años, con suerte diversa, y los últimos 3 años trabaja nada menos que con Horacio Luro, considerado como uno de los 5 mejores cuidadores que tuvo EEUU, inclusive con busto en el hall de la fama del turf junto a otro gran cuidador argentino, el Sr. Ángel Penna. En el año 51 quieren enviar a mi padre a la guerra contra Corea y mi padre se va de EEUU. Desertó de la guerra.

 

Vuelve a Argentina, donde corre desde 1951 hasta el 55, ganando varias en los hipódromos de Palermo y La Plata. 

 

En el 55 se va a Venezuela, dice que tuvo mucha suerte a pesar de correr contra grandes jockeys como Raúl Bustamante, Eduardo Jara, Justo Torres Benítez y Juan Araya. Les  cuento una cosa que mi padre me contó. Cuando se fue para Venezuela durmió en la plaza la primera noche y no tenía dinero para nada, ni para comer, así que pidió en un restaurante que le dieran de comer que después pagaría y así comenzó en Venezuela.

 

Había conducido ejemplares en pruebas públicas en 16 oportunidades, mostrando ser mejor que muchos, ya que ha obtenido 4 triunfos y otras tantas veces ha estado en el marcador; estando 8 veces fuera de él. Incluso uno de sus triunfos fue el 14 de agosto en el Clásico Fuerzas Armadas de Cooperación con El Griego.

 

 

 

 

Yo leí de puño y letra de su entrenador, Jack La Belle, que mi padre fue quien descubrió de alguna forma que a El Chama le gustaba correr de atrás, que cuando mi padre empezó a trabajar sus caballos. Incluso ganó una carrera con el hijo de Claro. Jack Labelle le decia Ché por ser Argentino, en Venezuela mucha gente le decía así. El le dice "Ché, podrías haber sido el mejor jockey del mundo si lo hubieras querido", y se observa en la foto en el paddock con El Chama que Jack está haciendo un gesto, señalando a mi padre. Para mi y para gente del turf, mi padre no ganó simplemente una carrera con El Chama, mi padre mostró el camino de como debía ser corrido, ya que hasta ese momento era corrido adelante y su campaña era irregular, incluso perdiendo sin siquiera aparecía en el marcador, si no hubiera sido por esa carrera que el corrió de atrás, largando último y dejándolo último hasta el palo de los 800, El Chama no hubiera hecho lo que hizo después. En esa carrera se colocó en primer lugar en los últimos metros de carrera en una atropellada fulminante que sería el comienzo de todo. Perdonenme si soy detallista en algunas cosas, pero se que esa carrera con El Chama fué más importante para mi padre, para el caballo y para los que lo corrieron despúés, porque simplemente mi padre mostró el camino de como correrlo, pues como era él quien lo trabajaba lo conocía muy bien, sabía que era manso y que esa esa era la forma que le haría bien correrlo. Fué más importante que ganar con El Griego que era solo largar y ponerlo a correr primero. Mi padre también corrió en Francia algún caballo de Horacio Luro y también corrió en Mexico.

 

 

 

 

Pero a finales de agosto de ese año traqueando una yegua que todavía no había hecho debut en nuestro hipódromo, fue despedido violentamente de ella y sufrió fractura en una pierna. Tuvo que estar parado mucho tiempo y el gran problema de mi padre era el peso, su peso normal era de 65 kilos o más, y el vivía en 48 o 50, imagínate ¡que sacrificio! Lo que no tenía mi padre era el cuerpo para ser jockey, era muy pesado y mantenerse en peso le representaba un sacrificio enorme y un tipo de vida lejos de ser saludable, como le sucede a tantos jockeys, que a los 16 años les resulta fácil pesar 50 kilos, pero a los 25 o 30 años ya les resulta muy difícil.

 

Respecto a si pensó en ser cuidador, si lo pensó y lo hizo, pero un día cuando yo era chico le pregunté “Papá, ¿porque no entrenas caballos de carrera?” y su respuesta fue “¿Vos crees que a Reuteman (corredor de fórmula uno) le gustaría ser mecánico de autos? ¿Prepararlos? A mí me gusta correr” me dijo.

 

Lo hizo en algún momento de su vida en Colombia, después del accidente en Venezuela. Vuelve a Argentina pesando 75 kilos y le dan tanta vuelta para darle la patente de cuidador baja 25 kilos en dos meses y vuelve a correr, si, 25 kilos en dos meses, Así era él, por eso te dije que era muy decidido y determinado.

 

Otra que hizo fue entrar a una reunión donde estaban todas las autoridades del Jockey Club de Buenos Aires (sin permiso ni invitación) a decirles que lo único que quería era que le den su patente de cuidador (ya tenía patente de entrenador  de Colombia) pues ya le resultaba casi imposible pesar 50 kilos o menos. Al final cuando le otorgan la patente de cuidador, después de muchos inconvenientes, decide no usarla, pues ya se dedicaba al comercio. 

 

En cuanto a anécdotas de mi padre, era muy amigo, muy generoso, se que en una carrera en Palermo un jockey en la largada le agarró la rienda del caballo que corría mi papá para frenarlo y mi padre le dio no sé cuántos latigazos en la espalda durante toda la carrera, inclusive pasando enfrente a las tribunas le seguía pegando. En esa oportunidad lo suspendieron por varios meses. Cuando le pregunté un día porque había hecho eso me dijo que en esa época ya corría con la necesidad de darnos de comer a nosotros (sus hijos).

 

Lo de mi padre ser un buen amigo lo confirmo yo, a mi casa venía a pedir ayuda todo el mundo y hemos compartido la mesa de mi casa con todos los pobres y mendigos del lugar donde crecimos  mis hermanas, mi madre, mi padre y yo, y todos salían de casa bañados, afeitados y con ropa limpia (de mi padre) me llena de orgullo eso porque lo viví. Si pasaba el heladero vendiendo helados mi papá le compraba todos para que  no tenga que seguir trabajando con tanto calor y me decía “llamá a tus amigos y deciles que hay helado en casa”, y así era  con todo.

 

Mi padre era un enamorado de Venezuela, gracias a él me gusta la salsa y tengo la suerte de tener amigos venezolanos. Falleció el 13 de mayo de 2003 en Buenos Aires, Argentina.

 

Fuentes: Apuntes personales, Revista Gaceta Hípica, Ing. Juan Macedo.

 

Anécdotas Hípicas Venezolanas, viernes 27 de marzo de 2015

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