Anécdotas Hípicas Venezolanas presenta

César Márquez

Por Mirko Ipsa y Juan Macedo

 

Al hablar de hipismo en Venezuela, necesariamente tiene que nombrarse a César Augusto Márquez Chaparro, quien ha sabido ganarse la simpatía y confianza tanto de los profesionales del deporte de los reyes como del público asistente a las tribunas del hipódromo, por su rectitud y honestidad. Nació en la ciudad de Caracas el 13 de septiembre de 1936 y desde muy joven le gustó la hípica. Se inscribió en la Escuela de Jinetes que funcionó en el Hipódromo Nacional El Paraíso siendo alumno de Amador Varela y Ricardo Ramírez.

 

En diciembre de 1953 a César Márquez le fue otorgada la matrícula de jinete aprendiz (junto a otros 15 jóvenes, entre los que destacaron Oscar Carrera, Alí Cisneros, Ángel Romero, Rafael Carrillo y Armando Antonio León) y la promoción llevó el nombre del recordado jinete venezolano Juan Parra, que dio tanto nombre al hipismo venezolano.

 

Ya para la temporada de 1954, “Superman” (como popularmente es conocido en el medio hípico) estaba en acción conduciendo caballos purasangres de carreras con propiedad particular (privada) en el Hipódromo Nacional El Paraíso, su primera monta fue una yegua llamada K-Talina que llegó en el quinto puesto. Pero poco después, el 24 de abril saldría airoso montando a Calígula, esos 1400 metros que recorrió en 91”1 fueron inolvidables para César. Después vinieron triunfos brillantes con Chiquitico (incluyendo uno de un pase fabuloso por la baranda), Zarak, Koppernik y Barol, el hecho de haber conducido a Carril y ganarle un gran final al maestro Juan Araya, fue para él indescriptible.

 

En una ocasión Don Rafael Ruggeri rememoró a César Márquez como “Tiro Seguro”, ya que en 1962 cuando comenzó sus actividades en la prensa hípica, notó que como aprendiz montaba poco, entre 3 o 4 compromisos por semana, pero generalmente daba en el blanco, para ese entonces descargaba dos kilos y tenía problemas para hacer el peso y sólo conseguía ejemplares de alto handicap. En febrero de 1964 viajó a las Antillas Holandesas procurando una oportunidad en aquellos hipódromos, con el único propósito de hacerlo con bastante frecuencia para reincorporarse a nuestro medio.

 

Tuvo que retirarse debido a que su peso corporal aumentó, aún así logró alrededor de 50 victorias, en una época muy competitiva y complicada por la presencia de jinetes de otros países de la talla como el ya mencionado Juan Araya, Balsamino Moreira, Eduardo Jara, Raúl Bustamante, Carlos Pérez, entre otros.

 

 

Entonces César Márquez se dedicó a ser Relacionista Público del Club de Suboficiales y luego estuvo en Relaciones Públicas del Instituto Nacional de Hipódromos. También fungió como Juez de Peso entre los años 2016 y 2017, considerado excelente en su rol por las personas que de alguna manera mantenían una relación laboral con él, muy estricto y eficiente en sus labores, con la dedicación y el apego de hacer las cosas bien. César Márquez es muy querido y respetado en el medio hípico, por lo cual es merecedor de los homenajes en vida que corresponda.

 

Fuentes: Revista Gaceta Hípica, Revista La Fusta, Revista Turf, Sr. Rafael Ruggeri.

 

Anécdotas Hípicas Venezolanas, martes 31 de agosto de 2021

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