Anécdotas Hípicas Venezolanas presenta

Cecilio García

Por Fernando J. Gil

 

Cecilio García Acevedo nació el 10 de noviembre de 1930, el jinete orgullo de la población de Villa de Cura, estado Aragua. Desde muy joven se sintió atraído al arte de cabalgar un purasangre de carreras de casi media tonelada a 60 kilómetros por hora, por lo que se aventuró a la ciudad de Caracas para asistir a la escuela de jinetes del Hipódromo Nacional El Paraíso, donde obtuvo la matricula en la promoción de 1953, la misma donde salieron excelentes profesionales de la fusta como Miguel Moly, Jesús Bolívar, Pedro Jesús González, Vicente Ortaz, Jesús Contreras, Luis Bolívar, Ignacio Jesús Ferrer, entre otros. En ese año solo ganó 3 carreras.

 

Poco a poco se fue haciendo un nombre como profesional de la fusta, a pesar de la dura competencia por la presencia de jinetes foráneos de gran valía. El año 1958 fue apoteósico para “El orgullo de Villa de Cura” ya que logró sus primeros triunfos clásicos sobre la yegua criolla Nick Daughter (Clásicos Albert H. Cipriani y Ministerio de Agricultura y Cría durante el mes de septiembre) dejando record de pista, además de la Copa Leoncio Martínez derrotando a las yeguas importadas. Además, fue protagonista de un hecho inédito para la época, cuando un grupo de jinetes venezolanos alcanzaban los cinco primeros lugares en la estadística, en una época donde había dominio total de los látigos extranjeros; los nativos involucrados en aquello fueron: Gustavo Ávila, Manuel Camacaro, Guillermo Gavidia, Rogelio Cortez y Cecilio García (con un total de 36 victorias), en ese orden.

 

Para el año 1959 se adjudicó 31 triunfos, incluyendo el Clásico Fuerzas Terrestres con la yegua argentina Manisa, pupila de Millard Ziadie, con la que también logró ganar la Copa General Joaquín Crespo. En 1960 triunfó en el Clásico Inauguración a bordo del entonces invicto Gradisco. Se mantuvo activo como jinete logrando buenos triunfos en lotes comunes hasta finales de 1964 cuando decidió probar suerte en los Estados Unidos de América. Había hecho contacto con el entrenador Leopoldo Sierra y éste lo indujo a llegarse hasta Miami luego de meditarlo mucho. EI desconocimiento del idioma ingles era uno de los puntos más importantes que tenía en su contra, además, los que conocían el medio le habían dicho que éste era difícil y que tendría que luchar contra muchos obstáculos.

 

Al comienzo se dedicó a entrenar, a coger cancha, a aclimatarse, en otras palabras, se limitó a traquear. Luego vino el debut, casi inmediatamente el primer triunfo, lo consiguió el 3 de marzo de 1965 en Hialeah, Miami. Condujo a Vengativo, un caballo uruguayo de 7 años, derrotando al gran favorito Samoli Bird, montado por Braulio Baeza. Como anécdota de ese día, al ir al repesaje Cecilio García se encontró con Baeza y le dijo “Gracias por dejarme ganar”. El centroamericano se mostró sorprendido al comienzo, pero luego comprendió y adoptó la frase como propia y la repetía cada vez que ganaba. En Miami estuvo dos meses y ganó 5 carreras.

 

Luego se fue a Chicago y en seis meses logró ga­nar 17 carreras. Cecilio García encontró mucha receptividad en los ji­netes norteamericanos y latinos. Baeza le enseñó mucho y en carreras tuvo la oportunidad de en­contrarse con muchas de las estrellas del hipismo. La suerte le siguió sonriendo y obtuvo nuevos triunfos en hipódromos de Nueva York y Boston. Cuando le entraba la nostalgia se regresaba a Venezuela, pero no por mucho tiempo ya que volvía a los Estados Unidos a cumplir contratos que acordaba previamente. Así se mantuvo por el resto de la década.

 

Pero los problemas para mantener el peso fueron su máximo enemigo y fue en el año de 1973 cuando Cecilio García decidió colgar las botas, dejando registro de 224 triunfos entre El Paraíso y La Rinconada. Pero el gusanillo del hipismo no le permitió alejarse del purasangre de carreras y se le ocurrió la idea de ser entrenador de purasangres de carrera, logrando la matrícula para ejercer en el Hipódromo de Valencia en el año 1980 siendo de los pioneros, aun cuando no se había inaugurado el óvalo de Cabriales y sus pupilos participaban en La Rinconada en las pruebas públicas para ejemplares alojados en Valencia.

 

 

Tras la inauguración del Hipódromo Nacional de Valencia en el año 1983, Cecilio García continuó su carrera como entrenador de purasangres de carrera teniendo el privilegio de manejar la flota del Cambremont y M.F.S. del recordado Don Carlos Ernesto Stelling, por sus manos pasaron el record horse Sean, el ganador clásico Barinés y los ganadores Jennie Sand, Hidden Rose, Dix y Robert, Bonchoso, Hidden Dancer, Inlander, Don Arturo, Chiquitísima, La Yagua, Niquitao, Las Brisas, Pluma Blanca, entre otros. Logró un total de 86 triunfos en la dura profesión.

 

Luego de su retiro como entrenador de purasangres de carrera, Don Cecilio García se le veía bastante lucido y cordial, siempre elegante paseándose por las instalaciones del Hipódromo La Rinconada. Pero se le recordará como uno de los jinetes pioneros en probar suerte en el hipismo norteamericano.

 

Fuentes: Ing. Juan Macedo, Sr. Héctor Sepúlveda, Sr. Jaime Casas A., Sr. José Alberto Hernández Blanco (fotos), Sr. Mirko Ipsa, Sr. Guillermo Parra.

 

Anécdotas Hípicas Venezolanas, jueves 31 de marzo de 2022

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