Anécdotas Hípicas Venezolanas presenta

Balsamino Moreira

Por Juan Macedo

 

La actividad hípica suma más de cien años de historia y son muchos sus actores, sus héroes y Don Balsamino Moreira fue uno de ellos, fue de los hombres que pudieron volver la vista atrás y observar que el camino andado fue bueno y que dejó estela limpia, que labró páginas de oro, qué mayor herencia que la rectitud la honestidad y el buen ejemplo.

 

Don Balsamino Moreira nació en la provincia de Valdivia, Chile, el 21 de abril de 1932. La infancia y pubertad de Balsamino transcurrió como la de cualquier hijo de vecino, le gustaba la vida apacible de su natal Valdivia, más un buen día sus padres decidieron mudarse al torbellino de la gran ciudad. Allí se inscribió en el Colegio de Contadores Públicos ya que le atraían inmensamente los números. Cursando el segundo año se vio viviendo, sin quererlo, en el apasionante mundo de la hípica (ya que jamás había visto una carrera de caballos), porque conoció un tío burrero, Florentino Moreira, de aquellos que empeñan la camisa para apostar en las patas de un caballo. Una tarde, obligado por su tío, hizo que lo acompañara al hipódromo y esa, su primera experiencia en el turf no le dio ni frío ni calor. Después de asistir varias semanas con su tío al hipódromo de Santiago, se topó con el entrenador Ernesto Inda, bajo un plan expedito de su tío, con la idea de meterlo en la cuadra y conseguir unos cuantos datos buenos.

 

Allí comenzó el calvario de Moreira, tuvo que comenzar como peón durante seis meses y lo que más trabajo le deba era hacerles la cama a los caballos, ya que a él le hacían la suya en su casa. Luego seis meses más como traqueador y su estilo de montar le agradó a Inda, sin embargo, no le daba la oportunidad esperada. A fuerza de trabajo consiguió debutar en el Club Hípico de Santiago de Chile el año 1952 con el caballo Don Conrado y fracasó rotundamente. Llegó a pesar en regresar al Colegio de Contadores. No fue sino hasta el 27 de abril de ese año cuando el joven chileno obtuvo su primer triunfo con Churelo (el cual nadie quería montar) de punta a punta en 1500 metros. Llegó a ganar 63 carreras cuando le llegó una oferta de un conocido propietario venezolano, el Sr. Roberto Martín. Inicialmente no quiso, pero la terquedad de Inda pudo más. Aceptó y firmó el contrato, que era de Bs. 800 mensuales más porcentaje.

 

 

Inició su actuación en el Hipódromo El Paraíso el sábado 12 de diciembre de 1953 arribando en el séptimo lugar con el tordillo Centauro II, propiedad de la Sra. Graciela de Martín y preparado por Pedro Estrada, en prueba ganada por Perfecto Antonio Chapellín con Buscapié. No ganaba una carrera y estuvo a punto de regresar a Chile cuando ganó su primera carrera con la yegua Coqueta, de la Srta. Chelita Martín, el sábado 16 de enero de 1954, corriendo entonces de punta a punta, la forma con la que se consagró como un gran maestro y que tantos aplausos hizo escuchar. Ese año 54 logró llegar octavo en la estadística. A continuación, cortesía del Sr. Roberto Martín Montilla, una imagen fotostática del documento migratorio que utilizó Don Balsamino Moreira para entrar a nuestro país.

 

 

Comenzó a ganar y para 1955 se liberó del contrato para montar con regularidad en otras cuadras, convirtiéndose en un frecuente ganador. El 15 de abril de 1956 ganó su primer clásico, el Inauguración, con el crack criollo Arrendajo entrenado por Guillermo Andrade.

 

Para el 4 de mayo de 1958, al escenificarse el Clásico Hipódromo Nacional, en la partida su conducido, el crack Lavandero, se fue en la partida contra Nick Daughter, la pisó y le produjo pérdida de la rama interna de la herradura del miembro anterior izquierdo, no obstante, la potranca dio pelea un rato y después (por razones obvias) renunció a la lucha y Lavandero se convirtió en ganador. Los Comisarios decidieron distanciarlo al último lugar (cuarto puesto) y suspendieron a Moreira por 10 reuniones. Junto con el Dr. Luis Guillermo Pulgar introdujo una apelación, pero al parecer se contradijo en sus declaraciones y les aumentaron el castigo a 40 reuniones. Moreira decidió irse a Chile y regresó para 1959. En el Hipódromo La Rinconada demostró su calidad como jockey. Ganó su primera estadística el año 1960 con 67 triunfos y una sorprendente efectividad de 4.3. Perdió la de 1961 con Juan Eduardo Cruz y dominó el resto de la década de los 60, siempre con abultado número de victorias (a excepción las del 66 y 67 porque hizo campaña en Norteamérica) y de esa manera ser el jinete mayor ganador de estadísticas hasta que lo superó Juan Vicente Tovar.

 

Logró su triunfo número 500 de por vida el 17 de febrero de 1962 con la yegua Jamaica, preparada por Millard Faris Ziadie. Cuentan que para la época que Don Balsamino, punteando desde la partida, su caballo aflojó al entrar en la recta final, mientras que el caballo de Juan Eduardo Cruz se puso a su zaga. Faltando 200 metrosEl Negro” Cruz iba a pasar de largo y Moreira le gritó que no disparara, que lo acompañara, ya que su caballo estaba perdido, pero que de llegar segundo retendría la monta. Ambos se vinieron parejos hasta los 50 finales y fue allí cuando Balsamino le gritó a Juan Eduardo: "Vamos Negro, pon caballo" y se le escapó. Ganó Moreira y “El Negro” Cruz no ocultó su indignación. Dicen las malas lenguas que pasaron meses para que “El Negro” Cruz volviera a dirigirle la palabra.

 

Fue en 1966 cuando se fue a Miami de vacaciones y se quedó corriendo en el circuito de hipódromos de aquella localidad, debutando triunfalmente el 18 de enero en Hialeah con Lírico, preparado por Arnold Winick. Allá lo bautizaron como "El Bandolero" por su forma de correr en punta y los que le escoltaban eran "Los Policías". Terminó ese año con 103 triunfos en un total de 659 montas, se quedó hasta mediados de 1967 para ganar 60 carreras más y regresó a Venezuela en mayo para continuar sus hazañas en nuestro hipismo.

 

En 1968, año en que batió su propia marca de carreras ganadas en una temporada (135 triunfos), logra su triunfo 1000 el 13 de enero con Centelleo, entrenado por Manuel Azpúrua Sosa. El 11 de mayo comenzó una racha que lo lleva a ganar por lo menos una carrera por semana, hasta principios de 1969 para completar 32 semanas, pero lamentablemente un accidente con un potro de Vittorio Catanese de nombre Raymond en la que perdió el conocimiento, le obligó a tomar reposo y no montar esa semana. Ese año triunfo en el Clásico Simón Bolívar con Don Florestán, una carrera inolvidable.

 

 

La década de los 70 le fue esquiva a Balsamino en eso de las estadísticas, a pesar que obtuvo tres subcampeonatos seguidos en 1970 (protagonizó una gran lucha con José Luis Vargas), 71 y 72. Pero en 1973 vino un “slump” en la carrera del conocido “Care' Pollo” debido básicamente a las fracturas, problemas y falta de montas, pero aun así logró el triunfo 1500 con la yegua Kabuchita, una entrenada de Giovanni Contini. 

 

A mediados de 1975 salió del “slump” y vino un resurgimiento, ganando seguido y recuperando la confianza. El 28 de noviembre de 1976, en el Clásico Arturo Michelena con Georgia, obtuvo su triunfo 1656 y así superó a su paisano Juan Eduardo Cruz para ser el jinete mayor ganador de carreras en Venezuela, hasta el momento de ser superado por Juan Vicente Tovar. Ese año obtuvo un sensacional triunfo con Naviero en el Clásico Simón Bolívar.

 

 

Don Balsamino tenía habilidades que lo distinguía de los demás, Los colocaba adelante y los dejaba correr tranquilos dejando que se le acerquen, pero que no lo pasen hasta la entrada de la recta final, que es cuando el comienza su genial trabajo y el caballo que parecía entregado ante el acoso del que lo perseguía comienza a correr más que su rival y resultaba que le sacaba más ventaja. También era genial la forma cerrada como gira los codos, sin dar ventajas. Bien lo dijo en una ocasión Don Carlos Quezada "Moreira jamás sale mal del aparato, siempre se coloca dónde debe, no hay quien lo tape porque no se deja tapar por nadie y cuando hay que exigir al purasangre, él sabe hacerlo sin dañarlo, casi con cariño, pareciera que lo acariciara con la fusta para que entre en carrera"

 

Se mantuvo entre los cinco primeros de la estadística hasta el 27 de junio de 1980, cuando en esa mañana de traqueos rodó de un potro de Abigail Colmenares y le produjo a Don Balsamino una fractura en la columna a nivel del cuello, que le comprometió la medula. Se pensó en todo momento lo peor, pero el Dr. Douglas Uzcátegui le practicó una artrodesis y Balsamino se salvó. Y no solo eso, sino que de manera milagrosa volvió a la profesión y el destino le tenía un regalo llamado Trinycarol.

 

 

Su triunfo 2000 lo alcanzó con una entrenada de Domingo Noguera Mora, Doña Tere, el 17 de junio de 1984, el día anterior había ganado la 1999 con la potranca Kai, o sea que esa semana se fue de dos-dos, de esa forma fue el primer jinete en Venezuela capaz de sobrepasar ese número. El 14 de agosto de ese año logró su último triunfo clásico con Dirigente, un pupilo de Ademar Piñango, en el Clásico Gradisco. La última prueba selectiva que ganó fue la Copa Alfredo y Héctor Paris de 1986 en el Hipódromo Nacional de Valencia con la yegua With Love entrenada por Vittorio Catanese.

 

 

Ya comenzaba a recibir pocas oportunidades y ésta fue una de las causas de su retiro al no soportar tampoco las pitas que recibía cuando arribaba en el último lugar. Moreira ganó su última carrera con Last Time y su última monta fue Die Puppe. Después se exhibió con Bon Bini (con los colores de Klick) el 25 de enero de 1987 para formalizar su retiro. Se desempeñó como Comisario poco tiempo después de retirarse. También fue homenajeado en el Estado Zulia, donde recibió una pintura al óleo y una distinción entregada por el Sr. Hernando Osorio Vale en compañía de los Sres. Rudecindo DíazHenry Osorio Vale.

 

 

Al producirse el retiro de Moreira, el excelente látigo chileno se fue con 2.047 victorias de un total de 11.044 montas, de los cuales 83 fueron triunfos clásicos. Ganó siete estadísticas y obtuvo cinco subcampeonatos. Ganó el Simón Bolívar en 4 oportunidades; en el 69 con Don Florestán, en el 76 con Naviero, en el 78 con Torrejón y en el 82 con Trinycarol. También ganó seis veces el José Antonio Páez: Astrum (1969), Bla Bla (1971), Pretor (1975), Torrejón (1978), Begich (1982) y Dirigente (1983); seis veces el Hipódromo Nacional: Arrendajo (1956), Mighty Cele (1967), Irlanda (1968), Lavandera (1971), Azucarada (1972) y Cigüeña (1977); cuatro veces el Fuerza Aérea: Doña Haydee (1960), Omelia (1963), Tamba II (1964) y Trinycarol (1982); y cuatro veces el Antonio José de Sucre: Launderer (1962), Astrum (1968), Bla Bla (1970) y Roscón (1979). Además triunfó seis veces en la Polla de Acrica y tres veces en el Selección de Fedeharas para un gran total de 91 grandes premios.

             

           

             

Don Balsamino, a lo largo de su vida profesional sufrió muchos accidentes que le han producido, entre otras lesiones aparte de la ya mencionada, fractura de los dedos del pie izquierdo, fisura del omoplato, tres costillas quebradas y fractura de la clavícula izquierda.

 

Víctima de una penosa enfermedad, que lo había obligado a desaparecer del medio hípico ya hace algún tiempo, falleció el 2 de mayo de 1992 Don Balsamino Moreira, quien escribiera páginas doradas en el hipismo venezolano, donde lo disfrutamos durante un poco más de tres decenios su depurado estilo profesional y su comportamiento fuera de lo competencia, una larga vida dedicada a los caballos, a su familia y a sus amigos, dejando atrás un amplio camino donde cabe la virtud y la honestidad, en otras palabras un gran señor de las pistas. Quisiera culminar este breve y humilde trabajo con esta frase que escuché cuando niño “No creas que tu caballo va a pasar, el que viene adelante es Moreira

 

Fuentes: Diario El Periodiquito de Aragua, Diario El Carabobeño, Sr. Carlos Quezada, Sr. José Luis D’Ángelo, Revista Gaceta Hípica, Revista La Fusta, Sr. Roberto Martín M., Sr. Leonardo Castelo (foto), Lic. Luis González H., Sr. Juan Carlos Rodríguez O., Sr. Otto León C.

 

Anécdotas Hípicas Venezolanas, jueves 12 de octubre de 2006

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