Anécdotas Hípicas Venezolanas presenta

Rigoberto Palencia

Por Gabriel N. Ramos

 

Rigoberto Palencia Cárdenas fue un personaje de gran trayectoria en el hipismo venezolano con sonados triunfos a través de toda su ejecutoria. Nació en el año 1939 en la localidad de Sabaneta, estado Zulia. Desde niño le gustó el hipismo y según pasaban los años, su amor por los caballos y el deporte de los reyes fue aumentando.

 

Para mitad de la década de los ’60 comenzó en el oficio del entrenamiento de purasangre de carreras en el Hipódromo de La Limpia, donde se distinguió por el celo, eficiencia y laboriosidad en el desempeño de sus tareas, razón por la cual fue sucesivamente progresando y así obtener centenares de victorias importantes como el Clásico Instituto Nacional de Hipódromos de 1968 con el criollo El Bachaco, el Clásico Rafael Urdaneta de 1968 y Clásico Ciudad de Maracaibo de 1969 con el uruguayo Yemen, y el Clásico Nuestra Señora de Chiquinquirá de 1969 con el brasileño Xicungo; que provocaron su incursión en la ciudad capital.

 

 

En el año 1970, ya en el principal circo de carreras de Venezuela, Hipódromo La Rinconada, se hizo de varios ejemplares (de segunda mano y remendados) pero apenas logró una victoria, pero a partir del año 1971 se superaba cada vez más y ganaba de forma continua, especialmente muchas carreras de orden selectivo. Fue el 5 de enero de 1975 cuando ganó su primera carrera en este tipo de evento, el Clásico Inauguración Francisco de Miranda, con el potro Ocumar con la monta de Luis Francisco Martín. Los otros clásicos obtenidos durante su vida profesional fueron: Clásico Albert H. Cipriani de 1979 cuando sorprendió con O Sole Mio; Clásico República de Venezuela y Clásico Simón Bolívar de 1981 con el atropellador Tío Julio; y el 5 de mayo de 1985 con la tordilla Algodonal se adjudicó el Clásico Hipódromo La Rinconada.

 

 

Los mejores recuerdos de Rigoberto Palencia los tiene con el alazán Tío Julio, nacido en el Haras Santa Rosa de Don Carlos Alberto Herrera. En subasta pública la mano la levantó Don Rigoberto quien finalmente se quedó con el potro de contextura mediana, comprado para un propietario que nunca supo quien era hasta el día del debut del potro cuando se dio cuenta que era su gran amigo, socio y asesor Edmundo Ruiz, en sociedad con Alejandro López. Otros grandes corredores que pasaron por su cuadra fueron Bellavista, Sombrío, Red Cat, Del Art, Ginestra, Chemito y Beyeler.

 

 

Rigoberto Palencia fue un profesional muy conocedor del purasangre, siempre atento a la atletización del equino y de allí que sus conquistas se justificaran en cada oportunidad. Las oportunidades fueron cada vez menos, pero su ímpetu y optimismo nunca decayó manteniéndose en la profesión con la misma efectividad de siempre.

 

 

Ya para 1998 había logrado su cuarta victoria de la temporada con Ribeira a principios de agosto, cuando en la noche del miércoles 2 de septiembre, a consecuencia de un infarto, falleció en la ciudad capital Rigoberto Palencia, hecho  que causó hondo pesar en el seno de la familia hípica ya que era una persona muy querida y respetada en el ambiente hípico. El domingo 6 de septiembre el Instituto Nacional de Hipódromos le rindió un merecido homenaje póstumo, al dedicarle un minuto de silencio en su memoria. Dejó en su record en 277 triunfos.

 

Fuentes: Revista Gaceta Hípica, Revista La Fusta, Diario El Nacional, Jaime Casas A., Ing. Juan Macedo.

 

Anécdotas Hípicas Venezolanas, jueves 20 de diciembre de 2012

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