Anécdotas Hípicas Venezolanas presenta:

Pedro Armando Quintana

Por Luis Torres

Pedro Armando Quintana Betancourt nació el 29 de abril de 1937 en la parroquia de Antímano, Caracas. Logró destacar en el difícil medio del entrenamiento del pura sangre de carreras, y fue maestro de muchos de los nuevos valores que hoy transitan ese camino. Perteneció a la última promoción de la Escuela de Entrenadores que funcionó en la avenida Páez de El Paraíso. Toda su campaña profesional la cumplió en el Hipódromo La Rinconada. Su forma de ser espontánea le permitió ganar una legión de amigos. Se caracterizó popularmente por los denominados "quintanazos" una vez que presentó infinidad de ejemplares sin oportunidad de victoria y alcanzaron el triunfo.

Además de exitoso entrenador que tuvo en la yegua Trampa, propiedad de Ismael Franco, el ejemplar que le brindó mayor número de satisfacciones, fue consecuente gremialista y destacado deportista.

Cuentas los cronistas de la época (como anécdota) que Alfredo y Marcantonio Mastrogiácomo, propietarios del Haras San Luis, organizaron la presentación de los productos conjuntamente con Franco Luciano, ante los éxitos del padrillo Epic Junior. Don Alfredo encomendó que invitáramos al sector de comunicadores sociales, entre ellos Miguel Thoddé, propietario desde la época de El Paraíso con su Stud El Pulpo y socio del almirante Wolfgang Larrazábal en el campeón Marrey, director de RRPP del INH durante la administración del Dr. Francisco Flamerich, director-fundador de las revistas Hipódromo y Al Galope. Contrataron con Luigi Miglietti senior un lujoso pullman full equipo para trasladar a los invitados hasta las instalaciones del criadero en Camatagua. Hubo vino y bocadillos a discreción.

Durante el viaje reinó la camaradería, las bromas, el chiste y la buena conversación. Pasando por San Casimiro se le acercó Pedro Armando Quintana a Mario Cardozo, degustando una copa de los exquisitos caldos que ofrecieron los anfitriones y le comentó: "Paisano después que me eche cuatro palos en el haras, le voy a formar una vaina a ese carajo (dijo señalando a Thoddé). En mis comienzos ganó una carrera a los machos con la yegua Bartender que venía de varios fracasos. Fue un tajo descomunal (posiblemente el primer quintanazo) que hizo estragos en el 5y6. En la siguiente edición de Hipódromo Miguel Thoddé me dedicó una dura crítica en el editorial que me hizo daño. Esa todavía me la debe y se la voy a cobrar hoy". 

Sorprendidos por la vehemencia y malestar que reflejaba, respondieron los presentes: "Paisano sería injusto lo que pretendes hacer, pues aunque Miguel era el director para ese momento, no fue quien escribió ese editorial. Esa fue responsabilidad de otro. Debes entender que una cosa es la amistad y otra los principios. Creo que se justificaba la reprimenda por la circunstancia que tu mismo explicaste, por la salud del espectáculo y en defensa del aficionado".

Pedro Quintana transformó su rostro de inmediato. Lanzó una carcajada, nos extendió su mano y dijo: "Entonces es a otro a quien voy a formar una vaina". Al tiempo que aceptaba lo sucedido, se dirigía hacia Miguel Thoddé y le obsequiaba un fraternal abrazo.  

Entre los ejemplares que contaron con su sapiencia podemos recordar a Principito, Darlodge, Eschmun, Pijiguao, Enomao, Viento Salvaje y Bendita, esta última con triunfos que aún se recuerdan. Su último triunfo fue con la yegua Mi Lluvia, antes de su lamentable muerte (estando aún activo en la profesión) suscitada el sábado 17 de marzo de 2001 en la noche víctima de un cáncer pancreático. William, su hijo, siguió sus pasos y fue entrenador en La Rinconada.

Fuentes: Diario El Nacional, Diario Meridiano, Sr. Mario Cardozo G., Ing. Juan Macedo.

Anécdotas Hípicas Venezolanas, miércoles 16 de enero de 2002
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