Anécdotas Hípicas Venezolanas presenta

Pablo Schneider

Por José M. Gil

 

Pablo Schneider Sitzer nació en la ciudad de Maracay, estado Aragua, el 9 de abril de 1949. Desde muy joven ha sabido hacer lo que le gusta: la pasión por la música y el deporte hípico han ido tomados de la mano de este reconocido director de orquesta, compositor y preparador de ejemplares purasangres de carrera.

 

Cuando tenía cuatro años sus padres se mudaron a Caracas. El apartamento no estaba listo, por lo que llegaron a casa de unos vecinos y al entrar vio por primera vez un televisor. Casualmente, estaban transmitiendo las carreras de caballos por Televisa, lo que le llamó la atención, tanto así, que luego, mientras los demás niños montaban bicicleta, el niño Pablo sintió afición por los caballos: lanzaba metras y narraba una competencia imaginaria.

 

Luego iba al Hipódromo Nacional El Paraíso escondido en la maleta del carro de su hermano mayor. Logra recordar varios caballos: Macuto, Santo y Seña y Tombrill, pese a que apenas era un niño.

 

Pero también manifestó su talento musical desde temprana edad mostrando un gran dominio del piano. Pasó el tiempo y su afición hípica se mantuvo, hasta que ingresó a la universidad. La idea era alcanzar el grado de ingeniero, con especialización en aeronáutica, para lo cual tenía cupo en Los Ángeles, Estados Unidos, sin embargo, su otra pasión, la música, le hizo abandonar la idea. “A los 19 años, por insistencia de mi padre envié una canción al Primer Festival Internacional de Caracas y resultó ganadora. De allí en adelante el campo se abrió y dejé los estudios. Paralelamente, continuaban las visitas al hipódromo y es en La Rinconada cuando ingresé como aprendiz en la cuadra de Ademar Piñango, en 1970, quien me aceptó gustoso. Inicié la pasantía, pero hubo oposición para que entrara a la escuela y me retiré, quedando solo como propietario” comentó en una entrevista.

 

A principio de la década de los setenta se destaca como compositor de jingles, así como por llevar espacios musicales tanto en radio como televisión y participar como pianista y arreglista de agrupaciones de prestigio como Syma. También graba a dúo con Baby Bell el 45 rpm Aleluya por la libertad/Con la fe en el cielo (1970) y con Vytas Brenner y Mafe otro 45 rpm con los temas See me lord/Viéndole crecer (1973). Como solista debuta con el álbum Pablo Schneider (1972) obteniendo gran éxito con el tema Dulce despertar. Artistas venezolanos de prestigio internacional como José Luis Rodríguez y Pecos Kanvas interpretan algunas de sus composiciones consiguiendo destacados lugares en eventos como el Festival de la OTI. Se mantiene editando producciones discográficas y nuevamente alcanza un gran éxito con el single Amor a ratos/Una noche más (1979).

 

Pero Pablo Schneider jamás desmayó hasta alcanzar uno de sus sueños, convertirse en entrenador de caballos. En 1984, luego de una gran decepción que sufrió en una escuela de música que había fundado, decidió retornar al hipódromo. Años más tarde, forma parte de un curso intensivo para obtener la matrícula, bajo la figura de acreditación por experiencia, en el mandato de Victoria Heredia Hernández, sin embargo, solo alcanzó el objetivo luego de innumerables trámites legales, dada la férrea oposición del nuevo gobierno, encabezado por Gustavo Mirabal Bustillos. Entonces tuvo la música como un "hobby".

 

La primera victoria la obtuvo el 21 de octubre de 1990 con Vamos Cumanés y la segunda con Baby Jak ese mismo año, mientras que en 1991 logró 11 lauros y 13 en el 92. Dijo el destacado compositor en una ocasión "A mí me llena mucho levantarme bien temprano en la mañana, ir a la cuadra donde tengo mis caballos y verlos entrenar en la pista más que estar en un estudio de grabación".

 

Fue a finales de la temporada de 1992 cuando recibió la oferta para entrenar cuarenta caballos a través del establo Mayagüez, de José Enrique Arrarás, en Puerto Rico. La oferta fue tentadora y dada las condiciones del país para el momento, tomó la decisión de radicarse en suelo boricua.

 

Al principio la situación no fue fácil en el Hipódromo El Nuevo Comandante, ya que muchos de los colegas no estaban de acuerdo que con que un extranjero se hiciera cargo de una de los mejores cuadras, pero poco a poco Pablo fue tomando el ritmo, gracias a la colaboración del médico veterinario César Súarez, quien viajó desde Venezuela para revisar los caballos y ganó su primera carrera con Leyenda West, en mayo de 1993. En quince días agregó nueve triunfos y 14 al mes siguiente, lo que fue un boom.

 

Schneider terminó el año con 42 lauros, cuarto en la estadística y presentó a Señor Testigo en la Copa Confraternidad, que arribó tercero, detrás de Patricio y la venezolana Stillwater. Supersónica fue su mejor pupila, invicta en 8 salidas y con la que ganó sus dos primeros clásicos.

 

Posteriormente, pasó a entrenar los caballos del establo Villa Real, cuyo puntal era Bandit Bomber, ganador de 30 carreras, al que presento en siete ocasiones con 6 primeros y un segundo.

 

Finalmente pasó a cuidar los ejemplares del Stud Mandarria. En el grupo estaba Verset's Jet, un caballo que es el sueño de cualquier preparador. Alcanzó ocho clásicos y 26 carreras, incluyendo la Copa Confraternidad de 1994. Paralelamente se llevó el Clásico del Caribe con Golden End, que posteriormente fue descalificado porque dio positivo al medicamento Biomex, un diurético. Con el tiempo se determinó que fue un error del laboratorio, según lo expresó la Junta Hípica, pero al cambiar las autoridades se revocó la decisión y como no apelaron, se perdió el caso.

 

 

Musicalmente hablando, uno de los más grandes logros fue haber compuesto la canción ganadora del Festival de Viña del Mar en febrero de 1998 con la cantante boricua Arianna, quien obtuvo el galardón a la mejor intérprete.

 

Dentro de sus planes inmediatos no figuraba el regresar a Venezuela, sin embargo, los estragos causados por el Huracán George en Puerto Rico, así como la nostalgia por el suelo patrio aceleraron la decisión. “Jamás había vivido una experiencia tan desagradable y preocupante, incluso los destrozos causados por el fenómeno natural fueron mayúsculos y las cuadras más afectadas en el hipódromo fueron precisamente las que tenían alojados la mayor parte de los caballos bajo mi cuidado. Por otra parte, perdí la mayoría de las cosas que tenía en el apartamento, el cual se inundó. Esta situación y el estar alejado de la familia motivó el retorno”.

 

Instalado en La Rinconada desde 1998, disfrutaba sus desayunos de arepa con queso de mano y batido de níspero, en vez de una hamburguesa y jugo de naranja concentrado. En su momento comentó “Me siento cómodo trabajando de nuevo en Venezuela, aunque la situación del INH no es la mejor. Al igual que la mayoría, espero que con la privatización se acomoden las cosas, para bien del espectáculo”. Ganó un buen número de carreras, incluyendo la Copa Hylander de 1999 con el veloz Sónico Jak. En Septiembre del año 2003 se desempeñó como miembro del Cuerpo de Comisarios en el Hipódromo Nacional de Valencia.

 

En abril de 2004 regresó a Puerto Rico procedente de Venezuela y contratado por la Hacienda Nixivette, de Jorge Santini. "Me siento muy bien aquí donde tengo muchos amigos. Comprendo a Tony Croatto y otros que después que llegan a esta isla se enamoran de ella y luego no se quieren ir. Me siento tan boricua como venezolano", puntualizó Schneider, que se mantuvo activo en suelo boricua hasta inicios del año 2008, triunfando en 85 ocasiones con un total de 686 inscritos.

 

Reapareció en su tierra natal Pablo Schneider, luego de hacer incursión en tierras foráneas. La noticia aparecida en el diario Líder en Deportes lo hizo público el pasado 5 de febrero 2009 y lo corroboramos con las actuaciones de este fin de semana. 1 retirado y un 5º lugar con 2 inscritos fueron sus numeritos en el debut.

 

Pablo Schneider decide trasladar toldas al Hipódromo Presidente Remón desde el año 2013, dueños de reputadas caballerizas le han confiado sus ejemplares a él, entre ellas el Stud Gems y Apa, cuadras con equinos estelares, los cuales alternan en las series más altas en las clasificaciones del Hipódromo.

 

Sun River Jet, considerado como uno de los mejores caballos alojados en el Hipódromo Remón, es sin dudas uno de los caballos que entrena con una gran dedicación. Con este caballo norteamericano se anotó la victoria en la Copa Invitacional para Importados en la Serie Hípica del Caribe disputada en el óvalo La Rinconada el 7 diciembre 2014.

 

 

En el año 2015 regresó a tierras boricuas donde fungió como preparador hasta su retiro oficial como entrenador de purasangres el 13 de octubre de 2016 por motivos de enfermedad. Logró 4 triunfos con 40 inscritos. Su última victoria fue el 16 de septiembre con la yegua Golden Gaby.  

 

 

Siempre consideró a sus hijas Débora, Verónica y Margaret, además de su hijo Jonás pilares fundamentales de su vida. En el caso de Verónica, la mención viene acompañada de la experiencia vivida en el Miss Venezuela. “Recuerdo que siempre le gastaba bromas. Una tenía que ver con su forma de caminar a los 15 años, cual pavita, así como por unos kilos de más, y le decía que de esa forma nunca iba a llegar a ser Miss Venezuela. Pasó el tiempo y un día me confesó que había ingresado a una escuela de modelaje, lo que me pareció bueno y poco a poco se fue involucrando, hasta que alguien le dio una tarjeta para que intentara participar en el concurso, lo que aceptó, cosa que apoyé. El resultado me enorgullece, no solo por su escogencia como Miss World Venezuela, sino por sus esfuerzos, desvelos y sobre todo porque es una niña que es más bella por dentro que por fuera, sumamente humanitaria, eje vital de la familia”. Pablo Schneider falleció el 1 de diciembre de 2019.

 

Fuentes: José Rubicco Huertas, Joe Bruno, www.equibase.com, Ing. Juan Macedo, Diario Líder en Deportes, Diario El Universal, Diario Meridiano, Diario Primera Hora.

 

Anécdotas Hípicas Venezolanas, sábado 29 de julio de 2017

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