Anécdotas Hípicas Venezolanas presenta

Marcelo Oirdobro

Por Gabriel N. Ramos

 

Don Marcelo Oirdobro nació en Barquisimeto, estado Lara, el 21 de mayo de 1939, fue el quinto de 17 hermanos nacidos. Un buen día a comienzo de los años ’60 se marchó a Buenos Aires dispuesto a estudiar Veterinaria. Allá sintió por primera vez la pasión burrera. Apenas 2 años asistió a las clases de Veterinaria. Pudo más la afición por los caballos y se matriculó en la Escuela de Hipología. Esto fue por el año 1962. En tal época culminaba sus estudios Humberto Mora Guevara. Para 1965 tenemos a Marcelo como flamante preparador de purasangres, egresado de la Escuela de Hipología de Buenos Aires. Inmediatamente se trasladó a Caracas para comenzar a ejercer la profesión.

 

La dirigencia del gremio le impuso una pasantía. Durante 10 meses permaneció en la cuadra de Domingo Noguera Mora a la espera del correspondiente examen. Un jurado integrado, entre otros, por Armando Fernández Alfaro y el Veterinario Víctor Lara Díazraspó” en la prueba a Marcelo, conjuntamente con Manuel Medina. Los entonces jovencitos tuvieron que seguir esperando.

 

Pasó otros 8 meses entre las cuadras de Víctor Muñoz Glade y Antonio Costa Márquez. Fue llamado a presentar el examen, que esta vez logró altas calificaciones y se hizo entrenador en Venezuela. Sin embargo, le ordenaron hacer una pasantía en el Hipódromo Municipal de Ciudad Bolívar. No le quedó otra que marcharse a la tierra del Orinoco. Allá ganó 32 carreras, incluyendo varios clásicos. Sus mejores pupilos fueron Volante y Cobrados. Fueron 10 meses en Ciudad Bolívar. Luego se marchó a probar suerte en el Hipódromo de La Limpia, se llevó a Cobrados y debutó ganando en el Trofeo Día del Entrenador con la monta de Gonzalo Anteliz. Allí fue calificado como “El Guayanés Peligroso” porque llegó ganando seguido. Pero una descalificación (de la cual resultó ser inocente) trajo como consecuencia una suspensión de un año y se desvanecieron las esperanzas.

 

Regresó a Caracas, pero no encontró quien le confiara algún purasangre. Finalmente, el Sr. José Antonio Díaz le pasó uno llamado Ercolano, un ejemplar que apenas pudo correr 3 veces sin figurar y fue eliminado. Se vio en la necesidad de buscar el sustento por otro lado. Se empleó en una firma comercial dedicada a productos farmacéuticos. Paso 2 años de Visitador Médico en el estado Trujillo. Posteriormente fue cambiado para el estado Lara. A la sazón estaba en funcionamiento el Hipódromo Municipal Jacinto Lara. Se acercó al circo de carreras y rápidamente se hizo de una caballada. Entrenó varios purasangres y ganó numerosas carreras, sin abandonar su trabajo de visitador médico. Quedó segundo en la estadística y su mejor caballo fue Spadassin, un tordillo con una campaña gris en La Rinconada, pero en Barquisimeto logró 2 clásicos. Recato y Samovar también le brindaron muchas tardes de alegría en la tierra de los crepúsculos.

 

Por razones de trabajo, se trasladó nuevamente a Caracas. Esta vez como supervisor de un importante laboratorio farmacéutico. Nuevamente sintió el llamado de la hípica y en agosto de 1974 el Capitán Omar Alí Oquendo le confió la yegua Rocío, era el último intento que hacían con el ejemplar, ya que la decisión original era eliminarla del puesto. Marcelo recurrió a uno de sus jinetes de confianza en Ciudad Bolívar, Argenis Rosillo. El guayanés le respondió haciendo clasificar Rocío de segunda y después de ello logró otras figuraciones, pero su primer triunfo lo obtuvo en octubre con Torcita, otra casi desahuciada, con la monta de Néstor Luis Romero y a las semanas Rocío le dio su segundo triunfo.

 

Su hermano, el Dr. Omar Oirdobro le compró unos ejemplares económicos para que se defendiera, entre ellos Hy Gensy con el que obtuvo 3 triunfos y Hy D’Omar logró 2 triunfos. También recibió apoyo del Sr. Mauricio Ballán. Para 1975 logró 6 triunfos y poco a poco se fue haciendo un nombre como Preparador de Purasangres de Carreras en el Hipódromo La Rinconada.

 

 

Fue hasta 1986 cuando comenzó a recibir oportunidades de valía y el 15 de octubre de 1988 logró su primer triunfo selectivo, el Clásico El Corsario, con la potra Admiración. Con esta misma yegua ganó en ese año los Clásicos Simón Rodríguez e Instituto Nacional de Hipódromos; y en el año 1989 ganó el Clásico Cavepro. Para el año 1991 destacó con el tordillo Lance, que ganó los Clásicos Día del Ejército y Cría Nacional. Otros buenos corredores fueron Genuine Dancer, French Ángel, Linda Venezia, Lucky Minster, Aguja Azul y Chabucano (este dejó récord para los 1100 metros).

 

 

Casado con Doña Marlene Lovera, fue padre de tres hijos: Moraima, Marcelo y Ninoska. Su esposa recuerda una vez que se le enfermó un caballo y lo vio llorar. Marcelo Oirdobro se retiró de la dura profesión del entrenamiento de purasangres dos años después, en 1993. Falleció el 24 de agosto del 2000. Sin dudas que Admiración y Lance fueron sus obras maestras. Acumuló 194 triunfos en su vida profesional en el principal óvalo del país, basado en el duro trajinar diario y la sapiencia.

 

Fuentes: Agradecimiento especial al Sr. Héctor Alonzo Rivas, Sr. Mario Cardozo G., Revista Gaceta Hípica, Sr. Jaime Casas A., Ing. Juan Macedo, Revista La Fusta.

 

Anécdotas Hípicas Venezolanas, jueves 27 de septiembre de 2012

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