Anécdotas Hípicas Venezolanas presenta

Armando Fernández Alfaro

Por Juan Macedo

 

Conocer a profundidad el oficio de la preparación de purasangres de carreras es una prioridad para aquellas personas que deseen destacar en el difícil medio hípico. Pero contar con la oportunidad de tener en la cuadra purasangres saludables y ganadores, es la gran diferencia entre tener éxito o fracasar en este particular mundo. Eso siempre lo supo el recordado PastelitoArmando Fernández Alfaro, notable preparador de purasangres de carrera, nacido en la población de Puerto Píritu, estado Anzoátegui, el 20 de julio de 1933. Fue deportista desde su niñez, destacando en las especialidades de Judo y Karate donde ganó importantes trofeos.

 

Pero el gusanillo del hipismo entró en su vida para arraigarse definitivamente. Luego de graduarse en la Escuela de Entrenadores en 1955, se inició en la profesión durante esa temporada en el Hipódromo Nacional El Paraíso, cuando logró su primer triunfo, fue el 3 de diciembre con Banquero en una carrera eliminatoria, la única victoria en ese año.

 

Sin embargo el año siguiente le sonrió la suerte cuando el Sr. Mario Di Polo (propietario del Stud Miami) le pasó su flota entre los que contaba el mejor caballo criollo de la época, El Griego. Ese año 1956 logró 16 triunfos, demostrando gran capacidad en el arte de entrenar purasangres, incluyendo su primer clásico (Fuerzas Armadas de Cooperación) obvio con El Griego, que incluso implantó record de pista para la distancia de 1800 metros. El trágico desenlace con El Griego motivó el retiro de los caballos del Stud Miami, contando en su cuadra con caballos remendados a los cuales les sacaba la mejor campaña posible. Eran pocos los triunfos por temporada (unos diez anuales) pero el porcentaje de figuraciones en el dinero era muy elevado, manteniendo contento a sus leales propietarios.

 

Muy dedicado a su profesión de entrenador de puros de carrera, Armando Fernández Alfaro fue un ganador consecutivo desde el inicio de las actividades en el Hipódromo La Rinconada. Y fue en el año 1968 cuando recibió un purasangre uruguayo del General Marco Aurelio Moro llamado Vivo que le permitió reverdecer laureles en la programación clásica ¡y de qué forma! Nada más y nada menos que en el Clásico Simón Bolívar, sorprendiendo a los grandes favoritos Una Leona y Carpintero, con la monta de un joven aprendiz llamado Adone Bellardi.

 

 

 

Las puertas se le abrieron a “Pastelito” y pudo hacerse de una buena cuadra, para el año 1969 tuvo su primer campeón, de su hechura, Sharif, que con sus sensacionales victorias en el Clásico Antonio José de Sucre y la Polla de Criadores Acrica obtenía el Campeonato como mejor dosañero, haciendo dúo con Adone Bellardi.

 

La primera mitad de la década de los 70 fue provechosa para “Pastelito”. En el año 1973 logró 32 triunfos (la mayor cantidad de triunfos por año de su vida profesional) y tuvo otra gran oportunidad que no desaprovechó: Paldillar, un caballo delicado pero con garra, logró descollar en una generación muy pareja y con sus victorias en la Copa Albert H. Cipriani y el Clásico Comparación para regalarle a Don Armando su segundo campeón. En 1976 logró adjudicarse el Clásico Día de la Armada por intermedio de Cadenitas.

 

 

 

Pastelito” siempre fue un ejemplo por su dedicación y su honestidad. Colaboró mucho con diversas promociones de la Escuela de Entrenadores del Hipódromo La Rinconada, siendo profesor y jurado al igual que José Armando ContrerasEl Cochino”, Julio Ayala Coronil, “ChichoVicente Alemán, Raúl López QuevedoEl Pavo” y Pedro Armando Quintana.

 

 

Armando Fernández Alfaro reverdeció laureles a finales del año 1989, cuando el Dr. Alfredo Toledo Guerrero le otorgó la oportunidad de entrenar a dos excelentes purasangres: Nevers y Barataria. Con el descendiente del criollo Motatán ganó sorpresivamente el Clásico Comparación de 1989 y el Clásico Gobernador del Distrito Federal de 1990, además de la Copa Alfredo Abilahoud, todos en sensacional atropellada, pero una terrible lesión lo sacó de la pista. Incluso “Pastelito” pensaba llevárselo a Norteamérica para correr la Triple Corona. Mientras que la tordilla Barataria le tocó enfrentar una de las generaciones de yeguas más parejas de la historia hípica nacional (Stillwater, Mon Coquette, Backyard, Lady York, Special Dancer, Madrileña, Princess Along, Volcana, Climalba, entre otras), aun así se adjudicó la Copa Día del Veterinario y logró múltiples figuraciones selectivas. El 5 de enero de 1991 ganó su última prueba selectiva, la Copa Celestino Martínez, con Giovanna.

 

 

 

Armando Fernández Alfaro ostenta un interesante record en su larga trayectoria como preparador: de los clásicos que conquistó, en 5 de ellos los ganó la vez que participó alguno de sus pupilos. Con Vivo en el Simón Bolívar; el Día de la Armada con Cadenitas; en Comparación con Paldillar  y Nevers; y la Polla de Potrillos con Sharif.

 

Excelente amigo, jodedor, bonachón, bebedor, así lo recuerdan quienes fueron sus más cercanas amistades. Dedicado, paciente y efectivo como entrenador de purasangres, se mantuvo en su cuadra hasta el año 2001 cuando decidió su retiro, contabilizando más de 620 triunfos entre los Hipódromos El Paraíso y La Rinconada. Armando Fernández Alfaro falleció el 24 de septiembre de 2008 en la Isla de Margarita.

 

Fuentes: Revista Gaceta Hípica, Revista La Fusta, Revista Hipódromo, Sr. Jaime Casas A., Sr. Isaac Hassan.

 

Anécdotas Hípicas Venezolanas, jueves 27 de septiembre de 2012

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