Anécdotas Hípicas Venezolanas presenta

Antonio Jacial

Por Juan Macedo

 

Sin lugar a duda alguna, Don Antonio Jacial Acuña, conocido en los corridos hípicos como “Cojedes” formó parte importante de los personajes que han pasado a la historia del hipismo venezolano. Nació en Santiago de Chile, República de Chile, el 13 de julio de 1913. De niño pensó que algún día se convertiría en un famoso novelista, pero la estrecha situación económica que atravesaba no era la más propicia para hacerse ilusiones. Decidido a entrar en la prosaica órbita del trabajo, se encaminó una mañana cualquiera de 1925 al Hipódromo de Chile y sostuvo una larga conversación, a pasar de su corta edad, con Carlos Quezada quien le dio un modesto puesto de Cuidador de Caballos. 

 

Mientras tanto aprendió a montar y obtuvo su matrícula de aprendiz. En 1927 comenzó su carrera como jinete en su tierra de origen donde destaca por sus habilidades, ganando sus tres primeras carreras con el mismo ejemplar, una yegua de nombre Cautelada. Terminó su primer año como aprendiz con 46 victorias. En una oportunidad supuestamente le ganaron una carrera con premeditación, alevosía y ventaja. Ocurrió que una mañana había una neblina tan densa que casi no podía verse. Jacial estaba seguro que había partido adelante y que había ganado de punta a punta. Pero cuando afirmaba a su caballo después de pasar la raya, vio que otro competidor venía ya de regreso al pesaje. Protestó ante los comisarios y manifestó que el animal que consideraba ganador no había arrancado con ellos, pero el reclamo no prosperó. Hasta el final de sus días, Jacial asegura que le ganaron con viveza.

 

Ya para el año 1934, el filetero chileno fue contratado para actuar en Venezuela como segunda monta de la caballeriza del General Juan Vicente Gómez, debutó ganando con Catulo y fue bastante rendidor, tanto así que al poco tiempo se consolidó como la figura principal de esa caballeriza y se mantuvo activo durante seis años de campaña en el Hipódromo Nacional El Paraíso. Durante ese tiempo, exactamente en 1938, se nacionalizó y fue cuando le ocurrió el accidente montando a la yegua Caracas de la Sra. Amparito de Quiroga, accidente que lo marcó para toda su vida, ya que se fracturó el fémur derecho (desde ese entonces llevó el sobrenombre de "El Cojo"). A pesar de la gravedad del accidente y sometido a un intenso tratamiento, pudo reaparecer con mediano éxito nuevamente un año después, para retirarse de la profesión de jockey en el año 1940 tras ser cancelada su matrícula por el Juez de partidas Rafael Rugero y regresar a su país de origen, pasando primero por Panamá y Perú, donde obtuvo algunos triunfos. 

 

Una anécdota en su época como profesional de la fusta, fue cuando transitaba un slump y el Coronel José Murillo le ofreció darle 500 bolívares por cada carrera que ganara. Esto hizo que la primera tarde de la tentadora oferta se rompiera el pecho para salir airoso con sus montas. Ganó tres y cuando fue por su gratificación, el Coronel Murillo, muy sonriente, le dijo: "Ah, muchacho zoquete, si no te digo eso, no ganas ninguna..." y le dio una palmada en el hombro, pero de aquello, nada. También protagonizó uno de los finales más espectaculares que los cronistas recuerdan con el ejemplar Dato Fijo junto a Miguel Ángel Tovar con Altanera en la tarde del 5 de julio de 1937, la prueba fue memorable, pues ambos se enfrascaron en reñido cabeza a cabeza durante 600 metros, Don Antonio dio en esa oportunidad a demostrar sus habilidades, pues durante el recorrido perdió el foete y se defendió con su veteranía.

 

En su país natal aprendió las artes del entrenamiento de los finasangres y comenzó a ganar carreras, tal asi que en menos de un año se adjudicó 60 triunfos y obtener su licencia de preparador de primera. Regresa nuevamente a Venezuela, esta vez  a actuar como entrenador contratado por el Sr. Carlos Osío en el año 1949 y en su primera campaña gana 35 carreras, incluyendo su primer triunfo clásico, el Ministerio de Agricultura y Cría por intermedio de El Brujo, finalizando en el cuarto lugar de la estadística, demostrando un gran porvenir en esas lides. En 1950 logra cinco clásicos más, dos con “La LiebreRed Peak en los Clásicos Hipódromo Nacional y Luisa Cáceres de Arismendi, tres con el criollo Burlador (Clásicos Albert H. Cipriani, Junta de Fomento Equino y Ministerio de Agricultura y Cría).

 

Su primera estadística fue en el año 1951 con 79 triunfos, cinco de ellos clásicos, a saber el Inauguración y los Sprinters con Red Peak, el Gobernador del Distrito Federal y Fuerzas Armadas Nacionales con Stanley (compartido con Atorrante), y el Albert H. Cipriani con El Quebrado, siendo su efectividad de 5,85.

 

Triunfó también en las estadísticas de 1956 y 1959, además de seis subcampeonatos, la mayoría en el Hipódromo Nacional El Paraíso. Se caracterizó por tratar de figurar entre los 10 mejores de cada año, hecho que logró en la mayoría de sus años como profesional del entrenamiento de purasangre de carreras. Se mantuvo por un largo rato como el líder en carreras ganadas de todos los tiempos hasta 1966 cuando “El MagoMillard Faris Ziadie lo rebasó con sus reiterados campeonatos. Tiempazo, caballo chileno entrenado por Jacial de grata recordación por las satisfacciones recibidas durante su corta campaña en La Rinconada antes de ser negociado a USA, fue el nombre que utilizó para registrar una fábrica de herraduras de su propiedad.

 

 

Entrenó a Primacía, yegua argentina que mantuvo invicta en 4 actuaciones y el destino truncó inesperadamente su vida. Otro de sus grandes triunfo fue con Canelo en el Clásico Internacional de las Américas de 1969, carrera internacional que se realizaba en nuestro país y derrotó a los mejores importados de la época, incluyendo entre otros a Chateaubriand, Futrone, Embusteroso, Macabí, Vivo y Breso. También notable su desempeño con la fantástica Lavandera durante su campaña como tresañera al lograr la Triplecorona para potrancas, y al año siguiente la inolvidable Azucarada, que el destino impidió que se triplecoronara al lesionarse antes de la tercera gema.

 

 

Aparte de los ya mencionados, entrenó otros grandes corredores como Alajuela, Reintegro, Tolón, Lanzarina, Diamela, Albatros, Valentón, Tiempazo, Oakland, Guillotina, Carpintero, Sonido, Trenza de Oro, Fast Track, Finisterre, entre otros.

 

 

Su último triunfo selectivo lo logró por intermedio de la potranca Insistencia en la Copa Hipódromo de Maracaibo de 1979, al poco tiempo se retiró de la profesión que recorrió de manera más que exitosa, acumulando un total de 1788 victorias como preparador de purasangres. Años después llegó la noticia que Don Antonio Jacial falleció el 13 de septiembre de 1991, así cerrando otra hoja más del libro de la historia hípica de Venezuela.

 

Fuentes: Revista Gaceta Hípica, Revista La Fusta, Sr. Diego García Ortín.

 

Anécdotas Hípicas Venezolanas, jueves 12 de octubre de 2006

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