Anécdotas Hípicas Venezolanas presenta

Maturín

(Ven, 1966, Koppernik en Patois por Dante)

Por Juan Macedo

 

Si se siembra la semilla con fe y se cuida con perseverancia, sólo será cuestión de tiempo recoger sus frutos” refrán que perfectamente se adapta a lo que fue la vida pistera del alazán Maturín, que nació el 18 de enero de 1966 en el Haras La Sierra y que fue adquirido por los Sres. Miguel Jiménez y Max Ruiz para lucir la chaquetilla verde y negra del Stud Aguasay, delegando su doma y entrenamiento a “El PavoDomingo Noguera Mora.

 

Maturín debutó el 17 de agosto de 1968 en el Hipódromo La Rinconada con la monta de “MalabarFélix García en 900 metros, figurando octavo a 9 cuerpos de El Palmar. Luego de tres buenas figuraciones donde poco a poco se acercaba a conocer el triunfo, el 2 de noviembre participó ante los mejores de su generación en el Clásico Antonio José de Sucre con la conducción de Enrique H. Bouley donde ocupó el décimo puesto a 11 cuerpos de Astrum. Un mes después corrió en la Polla de Potrillos con Luis A. Alvarado up donde se conformó con el sexto lugar a 11 cuerpos de Astrum. Cerró el año ante el lote de perdedores para figurar tercero a 2 ¼ cuerpos de Caricuao.

 

No fue hasta el 11 de enero de 1969 cuando Maturínrompió el celofán” con la conducción de Balsamino Moreira aventajando con 1 ¾ cuerpos a Discriollo, dejando registro de 70” exactos para los 1100 metros. Dos semanas después y subido de lote triunfó de nuevo derrotando en buena lid a King’s Terre.

 

Pero el hijo de Koppernik pasó una pasantía de seis actuaciones sin saborear las mieles del triunfo hasta que el 30 de marzo surgió en punta desde la partida, en pelea con El Llanero y Jaque Mate, dominó con amplitud a partir de los 600 metros y mantuvo buena ventaja de 3 ½ cuerpos hasta la raya quedando Jaque Mate en el lugar de escolta, parando el teletimer en 80”3 para los 1300 metros.

 

Luego de tres decorosas actuaciones donde la mala suerte o el destino le impidió conquistar la victoria, apareció inscrito en el Clásico José Antonio Páez. Un potro con 19 actuaciones y apenas 3 triunfos no parecía ser un rival de cuidado para tan importante evento, pero en la cuadra de “El Pavo” tenía a este aparente potro común en otro concepto. Fue el 11 de mayo cuando se dio la partida del primer paso de la triple corona y Maturín con la monta de “El MonstruoGustavo Ávila demostró que estaba hecho “de madera fina” al figurar tercero a 5 cuerpos de Astrum.

 

De regreso al lote común y cabalgado por Enrique H. Bouley, el hijo de Patois surgió entre los primeros desde la partida y se adueñó del comando con facilidad a la altura de los 400 metros, terminó ganando por 1 ¾ cuerpos sobre Sortilegio cronometrando 108”1 para los 1700 metros. Dos semanas después, a las órdenes de Gustavo Ávila, aprovechó el hándicap de 49 kilos para correr desde el vamos cerca del puntero Astrum hasta terreno de los 500 metros finales cuando se fue contra el líder y pasó a ganar poco antes de los 400 metros, aseguraron el triunfo desde la mitad de la recta final, derrotando por 3 ½ cuerpos al crack Astrum, agenciando 129”2 para los dos kilómetros. Esta carrera, pautada para criollos de tres años, ocupó el Trofeo 95 Aniversario del Ministerio de Obras Públicas.

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Demostrando que la anterior carrera no fue obra de la casualidad, Maturín se dio de la partida en la Copa Antonio Cuadrado, pautada en distancia de 1600 metros, para perseguir a Astrum y desde terrenos de los 1200 metros el puntero lució incapaz para evitar la derrota ante Maturín que respondió plenamente a partir de los 500 metros finales para asumir definitivamente el primer lugar, ingresando en la recta final con clara ventaja y terminó ganando por diez cuerpos a Astrum, recorriendo la distancia en 102” exactos. El 13 de julio regresó al lote común, cayendo desde el tercero a 3 ½ cuerpos de Cacayo.

 

El 27 de julio se dio la partida en los dos mil metros del Clásico de la Prensa y Pimentón tomó el puesto de vanguardia, pero desde terrenos de los 700 metros su compañero de cuadra Maturín lo desplazó para buscar la victoria, aunque Victoreado (también su compañero de llave) se lanzó con fuerte avance desde los 500 metros e incluso lo dominó faltando unos 100 metros para el final de la carrera, ahí fue cuando Gustavo Ávila apeló a las últimas energías del hijo de Koppernik y al fin pudo contener con un cuerpo de ventaja a Victoreado, que perdió con todos los honores. En contra de Maturín se suscitó una reclamación por parte de Milton Barra, jinete de Canelo. El reclamo se produjo como consecuencia de un tropiezo ocasionado por Maturín en el momento de la partida. Finalmente fue desestimado. Corrió la distancia en tiempo de 129"1.

 

Sin descanso, el 3 de agosto Maturín con la conducción de Enrique H. Bouley sufrió tropiezos durante los primeros metros y nuevamente dio ventajas en el codo de los 600 metros, lo que en definitiva decretó su derrota en el Clásico Fuerzas Armadas de Cooperación. A pesar de eso Cacayo tuvo que emplearse a fondo para contener a Maturín por apenas nariz de ventaja. Luego de un breve receso de tres semanas regresó al lote común conducido por Gustavo Ávila y corrió contenido los primeros metros para iniciar un fuerte avance a la altura del poste de los 700 metros donde pasó al tercero, más adelante desplazó al puntero y continuó en ventaja hasta la raya a pesar del acoso de Granizo que finalizó segundo apenas a pescuezo, dejando registro de 103” flat para la clásica milla.

 

El 31 de agosto Maturín participó en el Clásico Ministerio de Agricultura y Cría donde se abalanzó contra los punteros cuando giraban el codo de los 600 metros y no tuvo inconvenientes para dominar a los punteros Marín y Terremoto, para luego resistir el avance de Vitoqueado que se conformó con la escolta a 4 ½ cuerpos, agenciando 129”1 para los dos kilómetros. Regresó el 21 de septiembre para correr en la milla y media del Clásico República de Venezuela donde fue sorprendido en los finales por Arrecife por apenas pescuezo. Para evitar el alto hándicap en el lote máximo para criollos, Maturín enfrentó por primera vez a los importados de la Octava Serie en recorrido de 1700 metros y con la monta de José Luis Vargas, ocupando decorosamente el tercer lugar a 5 ½ cuerpos del argentino Segurón.

 

Pasó a la cuadra de Enio Betancourt y fue inscrito en el Clásico Simón Bolívar con la conducción de Enrique H. Bouley donde nunca fue enemigo, llegando muy lejos del ganador Don Florestán. Tres semanas después participó en el Clásico Cría Nacional, conducido por el aprendiz Manuel Lira donde asumió rápidamente el control de las acciones y se desplazó con entera facilidad a lo largo de la distancia, para imponerse por 9 cuerpos a Canelo, cubriendo el recorrido en tiempo de 151"4, a un quinto del record de los 2400 metros para los criollos.

 

A pesar que los números favorecían a Maturín para representarnos en México en el IV Internacional del Caribe, sus allegados decidieron dejarlo en el país y en su lugar viajaron Arrecife y Soneto, que cumplieron discretamente. En cambio, Maturín enfrentó a los importados en el Clásico Internacional Organización Sudamericana de Fomento del Purasangre de Carreras en distancia de 1800 metros para fracasar desde el noveno lugar a 19 cuerpos de Macabí. Regresó a la Octava Serie donde consiguió dos bonitas victorias, la primera superando con 3 cuerpos a Elenco en tiempo de 106”3 para los 1700 metros y la segunda con ventaja de 6 cuerpos sobre Demonios y crono de 105”1 para el mismo recorrido. Cerró el año interviniendo en el Clásico Jockey Club de Venezuela donde logró una buena performance al quedar tercero a 7 cuerpos de Paraje. Su desempeño durante este año le permitió obtener el título de Campeón criollo tresañero, compartido con Arrecife.

 

Oficialmente con cuatro años, Maturín regresó el 11 de enero de 1970 protagonizando un bonito final con Amico, que lo derrotó con pescuezo de ventaja. Luego figuró tercero a 8 cuerpos de Pitorreo. De nuevo en el lote selectivo, participó con Manuel Camacaro en su cabalgadura en el Clásico Gobernador del Distrito Federal ocupando el séptimo lugar a 14 cuerpos de Macanao. A la semana, de nuevo en la Sexta Serie, se vino a menos al quedar octavo a 13 cuerpos de Elenco.

 

Los dueños de Maturín, buscando otras alternativas para mejorar el desempeño de su pupilo, pasó a la cuadra de Manuel Azpúrua Sosa, quien lo inscribió en la Sexta Serie con la monta de José Meléndez sin pena ni gloria. Pero el 15 de marzo llevado de las bridas por “El NegroJuan Eduardo Cruz sacó a relucir su calidad al derrotar categóricamente a Pav-Ne con ventaja de 2 ½ cuerpos en los dos kilómetros del Clásico José María Vargas, que recorrió en tiempo de 127”3.

 

 

El 5 de abril Maturín con la monta de Manuel Lira perdió una imposible que quedar apenas a cabeza del inglés Flower Man. Todo indicaba que andaba en un buen momento y por ello fue inscrito en el Clásico Presidente de la República, pero inexplicablemente finalizó muy lejos del uruguayo Macanao. Pasó el resto del año interactuando en la Quinta Serie para importados y algunas pruebas clásicas para criollos, sin conocer la victoria, destacando algunas figuraciones como el tercer lugar a un cuerpo de Canelo en el Clásico Cavepro, otro tercer lugar a 8 cuerpos de Canelo en el Cría Nacional y un cuarto lugar a 5 ½ cuerpos de Casanova en el Clásico Fuerzas Armadas de Cooperación.

 

A los cinco años, ya viejo y cansado, Maturín no daba muestras de mejoría, en cada actuación se veía más desmejorado, solo destacan un tercer puesto a 8 cuerpos de Don Luis en el Clásico José María Vargas y un cuarto puesto a 12 cuerpos de Canelo en el Clásico Batalla de Carabobo. El 10 de julio de 1971 montado por Hernán Rengifo ocupó el séptimo lugar a 9 cuerpos de Sir Crocket, regresando a la veterinaria con una claudicación que parecía indicar el final de la vida pistera del noble descendiente de Patois.

 

Cual fue la sorpresa de muchos ver a Maturín inscrito el 30 de abril de 1972 en el Clásico Coproca con la cabalgadura de Ignacio J. Ferrer, pero su desempeño fue inevitablemente el esperado, un oscuro noveno lugar a 25 cuerpos de Diabell.

 

Maturín completó una extensa campaña de 66 actuaciones en el Hipódromo La Rinconada, donde logró acumular un total de 13 victorias, además de 12 segundos y 12 terceros, generando en metálico la cantidad de Bs. 661.950. El destino de Maturín para nosotros es desconocido. Sin confirmar, aparentemente continuó campaña en un hipódromo del interior del país, unas fuentes indican que en el Hipódromo de La Limpia y otras mencionan al Hipódromo de Paraguaná. También alguien mencionó que fue probado en la cría, en el Haras Palmira, pero no se le conoció descendencia. A pesar de ello, no cabe dudas que Maturín debe ser recordado como un notable gladiador nativo que mostró su gran calidad ante sus connacionales y que enfrentó con gallardía a los duros importados de la época.

 

Fuentes: www.anecdotashipicas.com, Ing. Juan Macedo (apuntes personales), Revista Gaceta Hípica, Sr. Otto León C.

 

Anécdotas Hípicas Venezolanas, jueves 30 de noviembre de 2023

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