Anécdotas Hípicas Venezolanas presenta

Filosa

(Ven, 1981, Snow Cold en Sharp Charger por Native Charger)

por Octavio Evaristo

 

Como otras historias de caballos, la de Filosa fue una más donde la suerte fue el factor determinante. Todo propietario de caballos sueña con un campeón, pero si no hay suerte, la espera puede ser bien larga. Nació el 23 de enero de 1981 en el Haras El Bosque. En la subasta del año 1982, mi padre, Federico Octaviano Evaristo, había adquirido un ejemplar del Haras El Bosque en Bs. 600.000 (como referencia el producto más caro ese año fue una hija de Lassington en Sunshine Girl del Haras Los Aguacates vendida por Bs. 1.500.000 que luego se llamó Lassing Girl). En fin, el potro de mi padre fue uno de los más caros de dicho haras y tenía bastantes esperanzas en el mismo. Pero estando en el haras, el potro se malogró y falleció.

 

El Dr. Alfredo Toledo Guerrero, un caballero en todo el sentido de la palabra, le ofreció entonces a mi padre, que escogiera entre los productos que no habían salido a ventas para que compensara la pérdida sufrida. Fue así como mi papá en compañía del entrenador Carlos Regalado fueron al haras junto con unos amigos y revisaron los ejemplares uno por uno. En particular le llamó la atención una tordilla por su bello físico y que fue la primera que escogieron y que fue adquirida en Bs. 400.000 si mal no recuerdo, en sociedad con dos amigos de mi padre. Entonces se les acercó el capataz del haras y les menciono que había una castaña bastante precoz que podría interesarles. A primera vista no les gustó la yegua por cuanto su conformación no era la adecuada según los expertos en la materia, algo que ver con sus miembros posteriores. Pero el capataz insistió y mi papá aceptó la propuesta y al adquirió el sólo por Bs. 280.000. Además incluyeron a otra castaña de poco físico pero muy alegre, en Bs. 120.000 adquirida en sociedad con otros dos amigos.

 

La tordilla la llamaron Sin Clair y tuvo una extensa campaña ganando siete carreras incluyendo una selectiva, cubriendo ampliamente la inversión realizada. La segunda castaña la nombraron Chiribita y con muchos problemas fue una ganadora de dos carreras. A la otra castaña mi padre le puso el nombre de Filosa, una traducción de uno de los nombres de la madre, Sharp Charger. Su padre, Snow Cold, fue uno de los mejores de su época, padre de Motatán, entre otros excelentes corredores

 

Filosa tenía un físico que no atraía a nadie, pero tenía buena musculatura y buen peso. Unas tres semanas antes de su debut, en junio de 1983, le dieron su primer traqueo, con Julio César Piñero en su cabalgadura, buen jockey, pero con ciertas mañas como la mayoría de los jinetes. Ese día, trabajó 300 metros en 17 y fracción, Piñero al bajarse le murmuró al entrenador, "tenemos una campeona patrón". Después de ese trabajo, Regalado sólo la ejercitó suavemente, sin enseñarla mucho.

 

El día del debut, en distancia de 800 metros, corrían catorce potrancas y a ella le toco el puesto catorce. Entre otras también corrían Princess Run (ganadora del Simón Bolívar del año 1985), que también estaba en manos de Regalado, Miss Cherry, Exultiva, Juliven y Lassing Girl, la potra más costosa de las subastas. Estas dos acaparaban el favoritismo. Filosa era cuarta o quinta entre las preferidas de los aficionados. Se dio la partida y Piñerito hábilmente sacó a la yegua adelante y corriendo en diagonal se fue arrimando poco a poco hasta los puestos de adentro, eliminando de un tris a toda la competencia. Ya a cuatrocientos metros para la llegada la carrera estaba decidida, ganando Filosa en 45"1 por unos dos o tres cuerpos, dejando a la compañera de cuadra Princess Run en el tercer lugar. Comenzaban entonces las emociones.

 

Para la segunda carrera, en 1100 metros había un poco más de confianza, pero mayor cantidad de nervios ya que corría ahora con potras ganadoras y aunque el lote era compacto (seis participantes), en teoría se presentaba bastante pareja. La favorita era una potra llamada Ferrita que había despuntado muy bien en su debut. Filosa ésta vez era tercera favorita y empezaba a gustar entre los aficionados hípicos. Arrancaron y Filosa quedó última a unos diez cuerpos, un sentimiento de desilusión nos invadió el cuerpo. Sin embargo, la potra se fue poniendo poco a poco, sin desesperarse, en la entrada de la recta estaba tercera y luego en un rush impresionante pasó de viaje y gana por dos largos. Fue sin duda una demostración que teníamos una campeona en ciernes.

 

Luego corrió las Copas Tapatapa y Otto Rahn, ganando fácilmente en ambas sobre Baby Dancer, manteniendo su invicto en cuatro carreras. Pero el día apoteósico fue en el Clásico Edgar Ganteume, donde correría nuevamente con su compañera de cuadra Princess Run y Baby Dancer. Ese día, las apuestas favorecían ligeramente a Filosa ya que muy cerca estaba Baby Dancer y algo distante Princess Run. Se dio el momento de la carrera y en una actuación ejemplar Filosa gana galopando por doce cuerpos, ocupando el segundo lugar Princess Run y dejando en el tercero a Baby Dancer.

 

 

Para ese momento, ya se hablaba de la imbatibilidad de la yegua y de la posibilidad muy cierta de enfrentarla a los machos en el Clásico Comparación ya que sus cronos eran superiores al de los del sexo opuesto. Incluso en días previos a su propia competencia, le hicieron una oferta a mi padre de US$500.000 por la potra, pero la pasión le ganó a la razón y rechazó la oferta.

 

Llegaría el día entonces del Clásico Ciudad de Caracas, donde enfrentaría nuevamente a Baby Dancer y Princess Run pero surgía otra enemiga potencial en una potra llamada Peryola. Para esa fecha, Filosa no se había mostrado muy bien en cancha, pero igual decidieron correrla. Esta vez, igualmente ganó manteniendo su invicto en seis actuaciones, pero la victoria no fue tan convincente como en anteriores oportunidades. La potra regresó al recinto algo sentida en uno de sus miembros y luego fue examinada entre semana. Le encontraron una fisura medianamente severa en uno de sus miembros y tuvo que ser retirada de las pistas por un tiempo.

 

 

Lo que inicialmente pensábamos que sería unos seis meses se convirtió en año y medio. La yegua ahora de cuatro años reapareció con Manuel Lira en una prueba de 1200 metros en el máximo lote con un amplio favoritismo a su favor. Se dio la largada y la rauda Estampa tomó la punta y más nunca la aflojó, dejando a Filosa en el tercer puesto a unos tres cuerpos. Se perdía entonces el invicto que poseía hasta la fecha. Luego vino la Copa Jesús González Cabrera donde figuro segunda a 5 cuerpos de Doña Martha y la última en 1900 metros, la Copa Carlos Gardel, ocupando el tercer lugar detrás de Ambush.

 

Luego de esta carrera se notaba cierta mejoría en la yegua que poco a poco se iba haciendo madura pero entonces surgió un nuevo imponderable por decirlo así. Una noche de octubre de 1985 la potra presentó cólicos, pero el vigilante de turno, algo pasado de tragos, no notó la bulla proveniente del puesto de Filosa. La yegua falleció esa noche no sin antes malograrse sus miembros pateando sin cesar contra las paredes. Fue un balde de agua fría.

 

Fueron un total de 9 carreras, de las cuales en 6 saboreó las mieles del triunfo, además de un segundo y dos terceros, acumulando en premios Bs. 1.567.500. Hoy en día todavía conservamos los videos de las carreras ganadas por Filosa, que por supuesto recibió el premio Burlesco a la mejor potranca del año 1983. Y siempre nos emocionamos como si fuera la primera vez, aunque ahora con algo de nostalgia, por lo que fue y por lo que pudo ser.

 

Anécdotas Hípicas Venezolanas, jueves 8 de enero de 2004

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