Anécdotas Hípicas Venezolanas presenta

Apistos

(Ven, 2015, Deliberately en Ligia Elena por Solitary Vision)

Por Juan M. Arredondo Q.

 

En el mundo de la hípica existen purasangres que parecen tocados por la mano de Dios para hacer historia en su paso por las pistas, despertando simpatías y ganándose el afecto de buena parte de la afición con su desempeño. Si a eso se le agrega la oportunidad de alcanzar hazañas inéditas, eso con seguridad le ganará un lugar privilegiado en la historia. Esta descripción me viene a la mente cuando recuerdo a un noble corredor de reciente paso por la arena capitalina, el cual dejó un legado de gallardía para sobreponerse a los obstáculos y cumplir con brillantez su tiempo como pistero. ¿Su nombre? Apistos, al cual le rendiremos este sencillo homenaje.

 

De pelaje castaño nació el 5 de febrero de 2015 en el reconocido Haras Oropal, siendo un hijo de Deliberately en Ligia Elena por Solitary Vision. Su padre (USA 2004, A.P. Indy en Hidden Reserve por Mr. Prospector) no llegó a correr, pero al estar dotado de una excelente línea genética (su padre y ambos abuelos fueron Jefe de Raza) le hacía todo un prospecto de semental para nuestro país. Traído a Venezuela en 2009, su primera producción nacería al año siguiente dando a los ganadores selectivos Amigo Giulio y Magistral. Con los años destacó con hijos como Texan Queen, Sikelia, León Vara, Pitu Pitu (todos ganadores selectivos), pero sin dudas que el mejor de todos por sus logros ha sido Apistos.

 

Su madre Ligia Elena (VEN 2007, Solitary Vision en Miss Marianexy por Striding Out) fue una destacada corredora que obtuvo 9 triunfos incluyendo tres copas (Lady and Me, El Corsario y José Luis Fernández) en La Rinconada. Su primer hijo con campaña fue Apistos (2015) y al año siguiente daría a Cesaria Evora (por Winstrella), no hay mayor información sobre ella después de esto.

 

El caso de Apistos fue muy peculiar, ya que los estudiosos del pedigrí concuerdan en que obedeciendo a su línea materna debió ser un ejemplar de mejor rendimiento en tiros cortos e intermedios tal como lo fue su madre, al igual que la mayoría de los hijos de Solitary Vision e incluso de su abuelo Striding Out. Sin embargo, por esas cosas que mencionamos en el párrafo inicial, el noble equino rompió paradigmas y se hizo acreedor de su legado al ser un destacado corredor de fondo.

 

Como pistero defendió los colores del Stud Sr. Hugo Albarrán (incluso después del fallecimiento de su dueño), quien le confió su cuido y entrenamiento al experimentado Fernando Parilli, profesional que supo sacarle provecho a la clase del noble ejemplar, además dictando cátedra sobre lo que significa el manejo de un caballo que confronta severos problemas de salud. Aunque debutó con 434 kilogramos, el promedio de su campaña estuvo por los 470 kilos, especialmente por su actividad como corredor ya maduro.

 

Fiel a su estilo de preparación, el veterano Parilli esperó el momento propicio para traer a su pupilo listo a debutar, haciéndolo en distancia de 1500 metros tras observar que lucía como un galopador nato y no un velocista como sugería su pedigrí. Montado por Carlos Rojas se estrenó el 5 de mayo de 2018, tras retrasar ligeramente en la partida y accionar en posiciones secundarias, avanzó con determinación para alcanzar en la curva y venirse a decidir con el favorito Mr. Lemonade, el cual tuvo que echar el resto para superarlo por ¾ de cuerpo mientras el resto del lote terminaba a más de diez cuerpos de ellos.

 

Pese a que su buen debut lo había dejado “listo para la foto” como suele decirse, cuando fue a su segunda salida no se convirtió en la torre que se suponía. Incluso terminó cotizado como segundo favorito (4/5) ya que le tocaba enfrentarse a Jobure (1/5), caballo que reaparecía con una figuración selectiva en su estreno.

 

Luego de una salida pareja en la que varios ejemplares buscaron la punta, el favorito logró tomarla por instantes seguido de cerca por Apistos. Sin embargo, pronto Carlos Rojas movió a su conducido y éste le respondió para adueñarse definitivamente del sitial de honor, dirigiéndose hacia la meta con un soberano galopar que le permitió cruzar la raya con ¡18 ½ cuerpos! sobre Jobure, agenciando 91” para 1500 metros.

 

 

Visualmente su triunfo fue impactante para la afición en general, pero muy pocos esperábamos que su próxima salida fuese de una vez contra los mejores de la generación en el segundo peldaño de la triple corona. Cuando salió inscrito allí, confieso que por un lado lo lamenté porque parecía algo apresurado subirlo tan bruscamente de lote y distancia, aunque por otra parte pensé: “por algo su trainer (que es un viejo zorro) lo lleva con prontitud para probarlo, él sabe más que uno…

 

El 24 de junio se celebró el Clásico Cría Nacional con diez participantes, siendo Bukowski (ganador del Páez) obviamente el primer aspirante. En una clara demostración de estar para grandes cosas, el caballo Apistos logró una extraordinaria victoria por 4 ¾ cuerpos sobre Bukowski (que partió mal) quitándole la posibilidad de obtener la triple corona, dejando crono de 127”4 para los dos kilómetros.

 

 

A manera de anécdota, confieso que ese día invertí “algodón” en ganadores a Apistos, más con el corazón que con la razón. Lógicamente hablando eran muchos factores en contra (subir de lote y distancia, falta de fogueo, etc.), pero algo me decía que lo mostrado en su primer triunfo no era producto de la casualidad. A veces un caballo galopa en perdedores y al enfrentarse a mejores en lotes superiores se pierde (es muy común), pero el producto del Oropal comenzaba a mostrar que no era precisamente un ejemplar común. Por supuesto “cosechamos” con su dividendo de 5 a 1, aunque era mayor la satisfacción interna de acertar un pronóstico basado en la esperanza de ver a un purasangre hacer realidad lo que uno imaginó tomando en cuenta sus actuaciones previas.

 

El 22 de julio se disputó el Clásico República Bolivariana de Venezuela que daba cierre a la trilogía, con apenas cinco inscritos incluyendo los dos aspirantes a doble coronarse. Desde el giro de la primera curva inició un duelo entre los dos principales candidatos, pero a partir de los 700 metros finales se inclinó hacia Bukowski que se adueñó de la punta para no soltarla jamás, mientras Apistos sin deslucir le perseguía de manera infructuosa terminando segundo a 3 ½ cuerpos del vencedor que empleó 152”4 para 2400 metros.

 

Tres semanas después intervino en el Clásico Millard Ziadie como gran favorito (2/5) estrenando la monta de Jorge Urdaneta, pero tras sufrir algunos tropiezos en la primera curva (que le obligaron a cargar afuera) decepcionó finalizando quinto a 10 ½ cuerpos de My Racing Mate (3ro en el CN y el RBV) que agenció 113”4 para 1800 metros. No sabemos si le afectó el cambio de jinete o quizás el esfuerzo reciente en los últimos pasos de la triple, simplemente ese día no fue el mismo de actuaciones anteriores.

 

Sus conexiones decidieron no correrlo en la Gala Hípica de Caracas celebrada los dos primeros días del mes siguiente (donde Bukowski se ganó a los maduros en el Propietarios La Rinconada), en su lugar lo reservaron para disputar la Copa Taconeo el 16 de septiembre. Como primer favorito frío (3/5) logró responder al derrotar por 2 ½ cuerpos a Pallone de Oro que oficialmente lo escoltó (tercero subido al segundo), dejando crono de 119”2 para 1900 metros.

 

 

El 7 de octubre enfrentó por vez primera a los maduros en una selectiva cuando intervino en la Copa Vittorio Catanese, conducido por Jean Carlos Rodríguez. Cotizado como primer favorito (1/5) en lote de cinco participantes, fue capaz de imponerse con un extraordinario pase de baranda conseguido por su jinete a la entrada la recta final, aventajando por 2 ¾ cuerpos al rendidor Le Capannelle agenciando 117”3 para 1900 metros. Era su tercer triunfo selectivo de la temporada, luciendo magnífica condición física.

 

 

Por su excelente desempeño fue seleccionado como uno de los representantes de Venezuela para la Serie Hípica del Caribe a celebrarse en Gulfstream Park (Florida, USA) durante el mes de diciembre. Aunque se aproximaba la celebración del magno evento nacional a finales de mes, los allegados de los ejemplares principales no quisieron arriesgarse a correrlos allí, decidiendo llevárselos para cumplir la respectiva cuarentena con antelación y darles tiempo de aclimatarse lo mejor posible en el país del Norte.

 

Los tres criollos que intervendrían en el Clásico del Caribe (Bukowski, Apistos y My Racing Mate) llegaron a suelo norteamericano comenzando el mes de noviembre. Se anunciaba la monta del panameño Luis Sáez para el pupilo del señor Hugo Albarrán, aunque casi todas las miradas estaban puestas en el mexicano Kukulkán, que llegaba en condición de triple coronado invicto.

 

Lamentablemente, ese año algunos representantes criollos contaron con muy mala suerte. Hubo varias deserciones por problemas de salud y específicamente Apistos fue retirado el día anterior a la carrera por problemas en sus tendones, por lo cual no pudo participar en el magno evento caribeño. Ese año lo ganó el campeón mexicano Kukulkán por vía de galope sobre Bukowski, claramente el mejor del resto.

 

Su lesión fue de tal magnitud que a su regreso al suelo patrio “fue operado en flexor digital superficial en su tercio medio del miembro anterior izquierdo” por el Dr. Carlos Larrazábal (@drclarrazabal) en diciembre de 2018, lo que ameritó enviarlo a un largo reposo. Como consecuencia se perdería toda la campaña de 2019 y buena parte de la siguiente, llegando incluso a ser considerado por algunos como un ejemplar que no competiría más en pruebas públicas.

 

No está de más recordar que a mediados de marzo 2020 comenzó en Venezuela la cuarentena por el coronavirus, lo cual generó la suspensión de la actividad hípica hasta finales de junio. Esa situación contribuyó a retrasar el regreso de Apistos a la competición, aunque seguramente su entrenador aprovechó la contingencia para seguir trabajando en poner a punto a su pupilo para su retorno.

 

Finalmente, fue el 20 de septiembre de 2020 que se produjo la reaparición de Apistos en pruebas públicas, siendo inscrito en el Clásico José María Vargas, evento tradicionalmente corrido en marzo que debió ser reprogramado por el tema de la pandemia. En prueba de ocho participantes el hijo de Deliberately retomó las cosas donde las dejó, extendiendo su propia racha de triunfos al derrotar en gran forma al favorito Sun Cab que le llegó a 1 ¾ cuerpos, dejando crono de 127” para los dos kilómetros.

 

 

Lo que consiguió Apistos al triunfar en esta prueba alcanzó ribetes históricos, pues había completado 714 días sin correr (casi dos años completos) y reaparecía ganando un clásico en tiro de aliento. Un total reconocimiento a sus allegados (en especial entrenador y su equipo de cuadra), quienes supieron esperar a su valioso ejemplar dándole el tiempo necesario para su recuperación y puesta a punto, mostrando en la pista capitalina esa clase que siempre le caracterizó en sus inicios.

 

Su siguiente actuación vendría en el Clásico Presidente de la República celebrado el 25 de octubre (otro reprogramado por la pandemia), en medio de un lote de ocho participantes incluyendo a la líder entre las maduras: Deslumbrante. Luego de su triunfo en el Vargas del mes anterior muchos consideraban a Apistos como una fija tomando en cuenta su buen estado físico, aunque otros lo descartaban por aquello de la segunda tras la reaparecida.

 

En esa ocasión “le tocó el turno” de conseguir una hazaña histórica al pupilo de Parilli hijo, pues Mayoral reapareció tras diez meses sin correr alcanzando una victoria que significaba su repetida en el evento presidencial, demostrando que la clase y sapiencia como entrenadores para reaparecer ganando clásicos en largo “viene de familia”. Apistos corrió bien y terminó tercero a 10 cuerpos detrás de Mayoral y Valrazio que lo superaron, en crono de 154”4 para los 2400 metros.

 

El magno evento nacional que por lo general se corre el último domingo de octubre fue fijado para disputarse el 20 de diciembre, como parte de una jornada de gala que cerraría la temporada. Es oportuno mencionar que a partir de ese año 2020 hubo un cambio en el reglamento que eliminó antiguas restricciones y permitía la participación de ejemplares con cinco o más años, un clamor que buena parte de la afición venía solicitando para darle la oportunidad a grandes corredores de intervenir allí.

 

La prueba contaba con doce participantes incluyendo al reciente triple coronado Raffsttar como principal favorito, mientras los veteranos corredores de los Parilli (Mayoral y Apistos) lucían como potenciales enemigos junto a Valrazio, Aikon y El de Froix, al que por cierto escogió Carlos Rojas para montarlo. Esa decisión de Rojas obligó a buscar un nuevo jinete para el pupilo del señor Albarrán, siendo elegido Wilfred Vásquez pese a ser todavía un aprendiz.

 

En una competencia llena de emociones el favorito Raffsttar se mandó un carrerón alternándose junto a varios oponentes en la posición de vanguardia, lo que le permitió entrar con ventaja en la recta final luciendo como el probable ganador. Sin embargo, el veterano Apistos con una conducción magistral del aprendiz fue recortando de a poco la ventaja para pasar a dominar poco antes del rayado y convertirse en el ganador del Clásico Simón Bolívar, con diferencia de ¾ de cuerpo sobre el tresañero que cayó con todos los honores mientras que luego arribó Aikon, el cual prácticamente perdió su opción por una mala partida.

 

 

El tiempo global fue de 153” exactos para la milla y media, mucho mejor que el empleado en el presidencial donde cayó derrotado. Significó el primer triunfo en el magno evento para el experimentado Fernando Parilli y el segundo para el Dr. Hugo Albarrán, en tanto que Wilfred Vásquez se convertía en el primer jinete en condición de aprendiz en ganarlo durante el siglo 21, lo que no ocurría desde Pedro Monterrey en 1984 con Kabakán.

 

La victoria de Apistos le permitió escribir su nombre en la historia hípica contemporánea, alcanzando la prueba de mayor importancia en nuestro calendario. Con tres años no participó porque lo llevaron a USA, a los cuatro estuvo ausente por su lesión, ahora con cinco años se convertía en el ganador en su primera intervención, otro dato que resultó histórico.

 

Adicionalmente, su triunfo le permitió completar los méritos para ser declarado como el Campeón Maduro 2020 en La Rinconada. Debemos acotar que no se conoció de forma oficial a los ganadores del Casquillo de Oro (premio oficial del INH), pero a manera de información acotamos que de acuerdo al criterio del profesor Winston Hernández en su blog Ensalada de vainitas, Apistos debió ser nombrado como Caballo del Año en empate con el triple coronado Raffsttar, al cual venció en gallarda lid en el Simón Bolívar.

 

Como en el hipismo no podemos escapar a las vicisitudes de la vida, nos parece justo mencionar que su propietario Hugo Albarrán falleció el 4 de enero de 2021, pocos días después del triunfo de su ejemplar Apistos en el Bolívar. Reconocido hombre del turf criollo, recibió en vida la dicha de ver ganador a su pupilo tras una larga pausa por lesiones, cosechando la recompensa divina de una vida dedicada a enaltecer y fomentar la actividad hípica en Venezuela.

 

Ya con seis años a cuestas reapareció el 28 de febrero en el máximo lote común, arribando tercero a 9 ¼ cuerpos de Raffsttar que venció de punta a punta en 114”2 para 1800 metros. Esa actuación le sirvió de preparación para su siguiente desafío, el Clásico Presidente de la República que se disputaría el 18 de abril. Montado por Iván Pimentel Jr. lograría una victoria contundente que lo ratificaba como líder entre los maduros del patio, superando por 6 cuerpos a Aikon con marca de 155”1 para la distancia de 2400 metros.

 

 

Conseguía así otro triunfo en un evento grado uno, para continuar labrando su legado histórico. Se especuló sobre su posible participación en “la carrera matacaballos” (Clásico Fuerza Armada Bolivariana) a celebrarse en julio, pero eso no se concretó. Algunos detalles con el físico del ejemplar obligaron a su entrenador para llevarlo con calma, preparándolo para reaparecer en octubre buscando la repetida en el magno evento nacional.

 

El 31 de octubre participó en el Clásico Simón Bolívar con la monta de Jonathan Aray, pero no mostró la fuerza acostumbrada en la recta final y arribó cuarto a 4 ¼ cuerpos del vencedor Lusitano, que sorprendió en atropellada dejando crono de 153”3 para los 2400 metros.

 

Recuerdo claramente que algunos se atrevieron a escribir por las redes sociales que Apistos no debió correr allí y que lo más prudente era retirarlo de las pistas porque estaba “viejo y cansao” (como dice la letra de Caballo Viejo escrita por el maestro Simón Díaz). Ciertamente, no era fácil recorrer los doce furlones tras seis meses sin competir en pruebas públicas, pero la historia del veterano gladiador aún no llegaba a su fin.

 

El 20 de noviembre lo inscribieron en el Clásico Burlesco con la monta de Robert Capriles, donde surgían los “jóvenes” Lusitano y El Dorado como principales aspirantes. En pista húmeda por la lluvia, Apistos derrochó su clase para imponerse en cerrado final por pescuezo sobre Steinbrenner agenciando 113”3 para 1800 metros, “mandando a callar” esas voces agoreras que pedían su retiro apenas unas semanas atrás por estar “acabado” como corredor.

 

 

No volvió a competir en ese año, período durante el cual logró dos eventos clásicos de grado que de acuerdo al criterio del profesor Winston Hernández le permitieron ser Co-Campeón Maduro 2021 en La Rinconada, junto al rendidor Valrazio. Sin embargo, debemos acotar que esa temporada tampoco se conoció de manera oficial a los ganadores del Casquillo de Oro por el INH.

 

Su próxima salida se produjo el 30 de enero de 2022, con siete años de edad. Inscrito en el Clásico Hylander para enfrentar a cuatro rivales, supo aprovechar la pelea en punta de sus principales oponentes para que en atropellada lograse la victoria derrotando por 1 ¾ cuerpos a Mayoral, otro sieteañero que seguía siendo protagonista en la arena capitalina.

 

 

El tiempo global fue de 113”2 para 1800 metros, ratificando Apistos que vivía un gran momento en cuanto a su salud y estado físico. Con ese triunfo colocaba sus números vitalicios en nueve triunfos de quince salidas, obteniendo el sexto clásico de su extraordinaria campaña y proyectaba seguir aumentando su cosecha individual. Sin embargo, por esas cosas de la vida que no podemos explicar con certeza, justo en la temporada que logró estar sano para participar en el mayor número de competencias (corrió nueve veces en 2022) fue en el que menos triunfos pudo alcanzar ya que no volvería a ganar.

 

El 20 de marzo intervino en el Clásico José María Vargas como favorito tras sus triunfos recientes, pero cayó desde el tercer lugar a 5 ½ cuerpos de un sorpresivo Papá Pedro que venció de punta a punta en tiempo de 126”1 para 2000 metros. El 17 de abril participó en el Clásico Presidente de la República y realizó una gran carrera fajándose hasta el final, aunque no pudo alcanzar a Papá Pedro que de nuevo venció de tiro a tiro demostrando mucha guapeza, mientras que Apistos lo escoltó a 1 ¾ cuerpos con marca de 155”2 para los 2400 metros.

 

El 5 de junio fue inscrito en el Clásico Ejército Nacional Bolivariano que se disputó con pista fangosa, cosa que aprovechó Barrywhite para ganar de punta a punta en 112”3 para 1800 metros y Apistos terminó allí quinto a 11 cuerpos sin ser enemigo. El 3 de julio por fin logró disputar el Clásico Fuerza Armada Bolivariana estrenando la monta de Jaime Lugo, pero de nuevo Papá Pedro brindó una exhibición de gallardía y venció de punta a punta por 14 cuerpos a un valiente Apistos que lo buscó con todo antes de girar la última curva, marcando el vencedor 213”2 para la distancia de 3200 metros.

 

En el marco de la Gala Hípica de Caracas participó en el Clásico Fundación de Propietarios Hípicos de Venezuela, ahora con la monta de Jaime Lugo Jr. En otra actuación destacada terminó tercero a un cuerpo de Danierold mientras que segundo estuvo Papá Pedro, decidiendo los tres en un bonito final; el tiempo allí fue de 126”1 para los dos kilómetros. El 25 de septiembre pasó a manos de Maykor Ibarra en el Clásico Jockey Club de Venezuela, finalizando tercero a 8 cuerpos de Barrywhite que lució un mundo agenciando 110”4 para 1800 metros.

 

Su propietario Gustavo Albarrán anunció entonces que al caballo le restaban dos actuaciones más antes de su retiro de las pistas. Una de ellas fue el 30 de octubre cuando intervino por tercer año seguido en el Clásico Simón Bolívar, ahora con la monta de Cipriano Gil. Ese día logró la victoria Danierold en cerrado final sobre la campeona Sandovalera, mientras que Apistos arribó tercero a 10 ½ cuerpos del vencedor, que dejó crono de 152”3 para 2400 metros.

 

Terminó la temporada el 11 de diciembre en la Copa Confraternidad del Caribe montado por el mexicano Paco López, donde no pudo pasar del quinto puesto a 12 cuerpos de El de Froix que venció por nariz a El Santo (MEX) en tiempo de 123”4 para los 2000 metros. Poco tiempo después de su participación en la Serie Hípica del Caribe, se anunció que no correría más y le comenzaron a buscar su lugar para irse a la cría. A comienzos de enero 2023 se oficializó su retiro de las pistas siendo enviado al Haras Oropal para cumplir funciones de padrillo.

 

Su campaña numéricamente se resume así: 9 triunfos (de ellos seis clásicos y dos copas) en 23 salidas, completando con 4 segundos, 6 terceros, un cuarto y 3 quintos (siempre en pizarra). En su haber sus dos campeonatos como ejemplar maduro (2020-2021, no oficiales) más un legado de calidad que dejó en la mente y el corazón de quienes le vimos correr. Sus triunfos clásicos tras dos años sin correr comprueban que vale la pena esperar por un purasangre cuando se tiene confianza en su clase, además que la sapiencia y paciencia son dos virtudes que enaltecen el trabajo de un preparador, en su caso lo evidenció Fernando Parilli.

 

Fuentes: www.anecdotashipicas.com, Ing. Juan Macedo, Prof. Winston Hernández, www.pedigreequery.com, Dr. Carlos Larrazábal (@drclarrazabal).

 

Anécdotas Hípicas Venezolanas, lunes 31 de julio de 2023

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