Anécdotas Hípicas Venezolanas presenta

Adulante

(Ven, 1952, Mad Cap en Quebrada por Picapleitos)

Por Juan Macedo

 

Ciertamente la actividad de la cría de purasangres de carreras en Venezuela había dado inicio desde los inicios del óvalo de El Paraíso, pero de manera informal e improvisada (a excepción de casos aislados como el Haras Mamoncito, por ejemplo). La década de los ’50 representó un verdadero inicio de la cría del purasangre en Venezuela con la incorporación de planteles de cría e importación importante de yeguas exclusivas para la cría, a pesar que la programación selectiva para corredores nacidos en el país era muy pobre. El castaño Adulante fue un digno representante de esa inspiración, un importado en vientre desde Argentina que nació el 7 de septiembre de 1952 en el Haras Monagas.

 

Adquirido el 2 de octubre de 1954 en subasta pública realizada en los jardines de la Asociación Hípica de Propietarios por el Sr. Carlos Quezada en Bs. 50.000, para lucir la chaquetilla blanca con bandas cruzadas rojas del Stud Notorious del Dr. José A. Rodríguez Herrera y el Sr. Oscar Pérez Guerrero. Don Carlos Quezada se lo llevó a su cuadra en el Hipódromo Nacional El Paraíso para encargarse de su cuido y entrenamiento.

 

Hizo su debut en el óvalo paradisíaco el 1 de enero de 1955 (aún como dosañero, ya que oficialmente cumpliría los 3 años en el mes de julio) en recorrido de 800 metros con la monta del chileno Manuel Quezada, donde dio fácil cuenta de Orión al que le sacó 8 cuerpos de ventaja, parando las agujas del reloj en 49”3. El 30 de enero continuó su racha ganadora y en el mismo recorrido esta vez sacó 10 ½ cuerpos a Liki Liki y batió el record de pista para los nativos, agenciando 48”3 con 54 kilos en el lomo. El 27 de febrero, ahora en 900 metros, logró conquistar su tercer triunfo en calidad de invicto superando a Esplendor con ventaja de 5 cuerpos y tiempo de 56”2, portando 55 kilos. Ya apuntaba como uno de los mejores productos criollos de ese año. Luego de un descanso obligado por un pequeño problema en una de sus manos, el 21 de mayo Adulante se anotó un nuevo triunfo completando así su cuarta victoria al hilo en igual número de salidas a la pista, portando 59 kilos se impuso cómodamente en 1200 metros con la monta de Manuel Quezada, superando a Esplendor con 3 ¾ cuerpos de ventaja y tiempo de 76”2.

 

El 16 de junio, en marco del Clásico José Antonio Páez, dio una demostración de superioridad contando con la conducción del aprendiz Oscar Carrera (siendo éste su primer clásico). Hasta la mitad del recorrido, los aficionados dudaron del triunfo de Adulante ya que en pista algo húmeda y habiendo sufrido tropiezos a la salida, parecía que le iba a ser muy difícil salir airoso, pero cuando giró el último codo ya dominaba las acciones para venirse en franco galope superando con 6 cuerpos a Esplendor, Sarraceno y Liki Liki, dejando crono de 75”1 para los 1200 metros. De esa manera Adulante cerró su campaña como dosañero, imbatible y con un título de Campeón.

 

 

Pero Adulante era un purasangre muy delicado de salud y nuevamente tuvo que salir de descanso. En ese ínterin pasó a la cuadra de Don Bernabé Cazuriaga. Fue el 18 de septiembre cuando reapareció, enfrentado al fuerte lote de la Serie B para nativos con la monta de Félix Sabino Pérez, donde dio una gran muestra de calidad y logró conservar su invicto al superar dramáticamente a Fortú (pupilo del poderoso Stud Cañaveral) por apenas ½ cuerpo, agenciando 70” exactos para los 1100 metros. Fue el 1 de octubre cuando Adulante conoció la derrota, enfrentando al lote máximo para criollos, la Serie A. El ganador fue el consentido de Los Pinos, As De Oro, mientras que el conducido por Laffit Pincay defeccionaba desde el sexto puesto. Dos semanas después mejoró una barbaridad al pelear toda el recorrido de una milla para que al final fuera desplazado por Desquite, quedando a 1 ¾ cuerpos. Pero Adulante no andaba del todo bien y una muestra de ello fue su siguiente actuación en 1400 metros, donde aflojó muchísimo en los finales para quedar entre los últimos a 9 ½ cuerpos del mismo Desquite.

 

Nuevamente Adulante fue retirado temporalmente de la pista paradisíaca por sus graves problemas físicos por un lapso de 10 meses, fue el 8 de septiembre de 1956 cuando reapareció ante el máximo lote para criollos, esta vez con la conducción de Ignacio José Ferrer y en recorrido de 1200 metros, donde animó buena parte de la carrera y al final aflojó para ocupar el noveno puesto apenas a 2 ¾ cuerpos de Diplomático. Tres semanas después fue inscrito ante los importados de la novena serie en recorrido de 1100 metros, en llave con Sabaneta II que era el gran favorito, pero Adulante sacó la cara y triunfó abiertamente con ventaja de 1 ¼ cuerpos sobre Sonajero y dejando crono de 68”3. De regreso al recinto de ganadores fue recibido con una salva de aplausos ¡El Soberano reconociendo los méritos de su campeón!

 

Una semana después, el 06 de octubre, Adulante ante el máximo lote nuevamente salió avante en espectacular actuación, donde superó con ventaja de 1 ¼ cuerpos a Flamenca y dejando excelente crono (para la época) de 74”2 para los 1200 metros. Cerró el año figurando tercero en dos ocasiones: a 1 ¾ cuerpos de Djero y a 3 ½ cuerpos de Rico Tipo.

 

El 10 de febrero de 1957 Adulante reapareció debidamente entrenado ante el máximo lote, pero se fue de manos en la partida y quedó rezagado, para apenas figurar quinto a 14 cuerpos de Moisés. De regreso a la cuadra, se le detectó una fuerte lesión que prácticamente lo sacó de las pistas.

 

Por razones inexplicables, Adulante regresó el 13 de diciembre de 1958 (casi dos años después) al ruedo capitalino con el entrenamiento de Ercole Borsi y la monta de Carlos Pérez enfrentando a la Serie A, fracasando rotundamente en carrera ganada por el veloz Témpano. El 3 de enero de 1959 corrió ante la Serie B donde volvió a fracasar feo, el ganador fue Míster Al. A principios de marzo, el Dr. Víctor Lara DíazEl Pollo”, reconocido veterinario de la época, reunió a la gente de la prensa, encendió un tabaco y, con solemnidad, anunció que Adulante no sería inscrito más sino en una carrera de eliminatoria, ya que el caballo andaba en el último estado y que era inadmisible que siguiera interviniendo en carreras comunes.

 

Efectivamente el 25 de abril, con la monta de Julio Roque Ramírez, el caballo Adulante se despidió de la afición venezolana en una carrera de eliminatoria en recorrido de 1200 metros. Salió en velocidad y mostró su último destello de calidad al contener el avance de Rajadiablos y cruzar la raya con ventaja de ½ cuerpo, agenciando 76”2. Se despidió como lo que era, un Campeón, a pesar de lo mal que estaba.

 

Adulante tuvo una corta campaña, plagada de lesiones, de 18 actuaciones donde triunfo en 9 ocasiones, además de lograr un segundo y dos terceros, acumulando en premios la cantidad de Bs. 144.805. Luego de su eliminación, no se supo más de Adulante, pasando al olvido hasta que recuperamos su recuerdo con este breve trabajo ¡Salud Campeón!

 

Fuentes: www.anecdotashipicas.com, Ing. Juan Macedo (apuntes personales), Revista Gaceta Hípica, Sr. Jaime Casas A., Sr. Fernando Carabaño-Mele, Sr. Roque Yoris S.

 

Anécdotas Hípicas Venezolanas, jueves 26 de enero de 2012

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