Anécdotas Hípicas Venezolanas presenta:
Conversando con...
Manuel Vielma
Por: César Augusto Rivero
Entrevista cedida por Revista Los Clavos, todos los derechos registrados

 

La vida da muchas vueltas y en este medio de la hípica más, donde todo es posible. Ganador frecuente en La Rinconada, aunque en la actualidad tiene 20 ejemplares bajo su cuido, pero gracias a su perseverancia alcanzó la fama. Se llama Manuel Emilio Vielma Mendoza. Con roce internacional y una gran disposición.

Nació en Caracas en la parroquia San Juan, el 19 de octubre de 1958. A la sazón tiene 45 años de edad. Hijo de Eloísa Maria Mendoza y Vicente Emilio Vielma. Manuel proviene de una familia de clase media, muy numerosa con de 7 hijos, de tres varones y cuatro hembras, cuyos nombres son: Carmen Teresa, Gladys, Doris, Leyda, José Rafael y Oswaldo; siendo él, el único hípico de la familia. De la unión con su esposa María Francisca han nacido tres bellas hijas: Valentina, Andreína y Verónica.

 

Inicios en la hípica

Desde pequeño tuve las inquietudes por el hipismo y compraba la revista Partida todos los martes y allí comenzó ese gusanito de la pasión por los caballos.

-¿Cuándo llegas al hipódromo?

-Llegó por un amigo a la cuadra de Rigoberto Palencia, no recuerdo el año con exactitud, pero me dijo: “Aquí yo no imparto clase, aquí si quieres aprender comienza a aprender con los caballerizos y los capataces’’. Allí estuve como un año

-¿Seguiste en esa cuadra?

-De allí, el doctor Guillermo Quintero me hizo una sugerencia, de irme a una cuadra con mayor número de ejemplares, en una cuadra grande puedes aprender mucho. Tome ese consejo y me fui a la caballeriza de Vicente Lombardi. Allí conseguí al aprendiz Jesús Prada y se me hizo difícil, porque Prada dominaba bastante la escena y cuando se le iban a hacer los tratamientos a los caballos él se me adelantaba, aunque seguí luchando. Allí no duré mucho tiempo por lo expuesto, en vista de que no tenía la oportunidad que yo quería.

-¿Y qué decides?

-Hablé con el señor Pascual Maquiavecho, que era propietario de Palencia y Daniel Pérez. Pascual me hizo saber que iba a hablar con Daniel Pérez para ver si había una oportunidad en su establo. Un sábado me presenté en su cuadra y estuve aproximadamente como 4 años realizando mi aprendizaje y agradezco la confianza que medio para ese momento. Y de hecho le respondí como tenía que ser. Siempre con la honradez, la honestidad y con la frente en alto.

-¿Graduación?

-Yo me gradué en la promoción donde salieron buenos entrenadores como Antonio Sano, Juan Carlos Avila y otros. Fue una promoción tan numerosa de 25 entrenadores, pues comenzamos alrededor de 90 estudiantes, cada semestre se iban eliminando varios. Al final, logramos quedar 25 estudiantes.

 

Caso único

-Aunque yo tuve un problema, pues resulta que cuando yo pasé todos los exámenes, tuve un problema con un veterinario que daba una materia y para sacarle una nota buena era difícil, y allí en esa prueba yo salí raspado, ya que no me dieron la oportunidad de ir a una revisión de prueba, y lo digo así porque nunca me dieron la ocasión de revisar la prueba, que de hecho la directora de la escuela me dijo que le pareció extraño que siendo el último examen yo no me hubiese preparado, y yo le dije que sí me preparé, y entonces se planteó una revisión de prueba para mí me dijo la directora, y debía asistir un veterinario conmigo, para que entre los cuatro veamos que hice bueno y que malo

-¿Se hizo la revisión?

-Eso fue un martes, y la directora de la escuela me dijo que la revisión de la prueba sería el viernes. Yo busqué a Eduardo Larrazábal para que me asistiera ese viernes en la revisión, pues era el veterinario de la cuadra de Daniel Pérez y le dije cuáles habían sido las preguntas y se las contesté previamente y él me ratificó que no veía ningún problema allí y no entendía por que me habían aplazado. Larrazábal me dijo que de todas formas él asistiría a la revisión de prueba. Resulta que el profesor y veterinario Orlando Hernández se enteró que yo iba con Larrazábal y procedió a  ir el jueves a hablar con la profesora de la escuela para decirle que él no me iba a dar la revisión de prueba, porque estaba enterado de quién me iba a acompañar. Quiere decir que hubo algo oscuro o extraño, sino hubiese procedido a darme la revisión de prueba. Me presenté el viernes con Larrazábal en el edificio sede y la directora de la escuela me dijo que el profesor Hernández había decidido no darme la revisión de prueba, sino hacerme un examen después, cuando él lo creyera conveniente. Eso me costó a mí un año de mi vida. Yo entendí eso como una maldad. Eso era como para anularte del medio.

-¿Y qué hiciste?

-Recuerdo que Larrazábal me dijo que no podía hacer nada y esperaremos cuando te vaya a hacer el examen de nuevo. La moral se me vino abajo, pues todo me cambió. Estuve como 15 días reflexionando y decidí seguir mis estudios de economía en la Universidad Católica Andrés Bello. Un día vine al hipódromo y cuando subo a los 1.400 metros, viene bajando don Millard Ziadie y me regañó, se enteró que me había ido y que había raspado la prueba y no me dieron la revisión; me dijo que tenía que luchar hasta al final y me dio unos sabios consejos y que él se había dado cuenta que yo tenía la suficiente capacidad para entrenar caballos. Me dio tanto ánimo que volví.

Vielma a pesar de las adversidades y de esa mala suerte, siguió su aprendizaje en la cuadra de Daniel Pérez, hasta que llegó el buen día, transcurrido un año completo. Mientras, varios de sus compañeros ya daban sus primeros pasos en el coso de Valencia.

-Llegó el momento de presentar el examen y ese día vino mi mamá al hospital veterinario, y para uno sacarle 20 a este profesor Hernández, era difícil, pues para él no había examen perfecto. Bueno, saqué 12 puntos y me gradué. Tuve que tolerar todo y seguir luchando por la profesión que a uno le gusta.

 

Comienzo duro en Caracas

El tiempo le dio la razón al Maestro del Melón: Millard Ziadie. Pues, Manuel Vielma perseveró y alcanzó sus frutos. “Yo he tenido altas y bajas, y he demostrado que conozco mi profesión’’ enfatizó Vielma.

-¿Te graduaste sin promoción?

-Sí, me graduó sin promoción y me quedé en Caracas, pues la mayoría se había ido hacia Valencia. Un día estando en la cuadra de Pérez, el criador Annuncio Stanchieri tenía una yegua de su propiedad y le dije que la yegua andaba muy bien y que no podía perder, para ese momento Daniel se encontraba de viaje a Estados Unidos y llegó el día de la carrera y Stanchieri me hizo una promesa: “Si esta yegua gana como tú dices, puedes ir el lunes al haras a ver cualquier potro que yo te lo daré’’. La yegua ganó y me fui al haras a ver los potros, me encantó una potra y ese fue mi primer caballo que tuve en mis manos. La potra debutó y cuando pasó la raya se escapó hacia afuera, pisó un hueco y se partió, fue debut y despedida, fue muy traumático.

-¿Llegaron oportunidades?

-Sí. El doctor Lara García me dio la oportunidad con una yegua llamada Reina Cecilia que vino de la cuadra de Magaly Rojas. Hago mi reaparecida con el mejor del patio que era Juan Tovar y me dijo: “Llegamos segundo, hay una yegua de Contini que se llama Piedrafita, que es difícil de ganarse, pero el segundo lo tenemos asegurado, pero búscale descargo que la próxima la gana seguro’’. Y así fue, Piedrafita adelante y la mía llegó segunda. De hecho le busqué el descargo y conseguí a Jorge Gerardo Bracho y la yegua ganó, ese fue mi primer triunfo en La Rinconada con la yegua Reina Cecilia.

 

Puertas abiertas

“De allí se comenzaron a abrir las puertas y empecé a ganar carreras y vinieron los clásicos y especiales, participaciones en el Simón Bolívar, en el Fuerzas Armadas, Presidente de la República y llegaron varios studs, que algunos ya no están hoy en día en La Rinconada. Todo se destapó, vinieron los clásicos del Caribe, donde asistí con Golden Classic y My Classic, que los dos figuraron en los eventos inetrnacionales. Ahora la cuestión no es la misma, pero siempre hay esperanza de que este medio vuelva a agarrar su nivel. Después de la tempestad viene la calma’’.

-¿Cifra de victorias?  

-Yo no lo llevo, pero son bastantes. Deben ser más de 250 victorias, no sé con exactitud.

-¿Mejores pisteros?

-Bueno, indudablemente fue Templado, uno de los mejores. Un caballo de excelente campaña que estuvo invicto hasta su novena presentación, fue Caballo del Año, hasta los momentos, siendo un dosañero en lograr esa distinción. Tuve a Golden Classic, ganador del Presidente de la República; Kilimanjaro; Synergist, una campeona dosañera; Prime Tip, una campeona madura; Classic Night; Only Classic, una doblecoronada que perdió el primero a nariz. Pero han pasado excelentes caballos por mis manos y espero que sigan pasando, porque todo es cuestión de que cuando tienes caballos, uno demuestra lo que vale, aún así no teniendo, me han tocado caballos de baja categoría, pero les he sabido sacar el máximo provecho.

-¿Mejor triunfo?

-El de Golden Classic. Ese se lo dediqué a mi madre que se había ido, ella falleció en el mes de marzo y en abril gané esa carrera. Es una de mis mayores satisfacciones.

-¿Cuáles ejemplares gozas más: los veloces, intermedios o atropelladores?

-Todo depende de la actitud de cada caballo. Tuve a Mister Classic que me dio mis primeros clásicos y era un sprinter natural; todo los caballos tanto de la corta, media y larga, dependen de ellos, lo único que me encargo es de su entrenamiento que ellos merecen para darle el mayor rendimiento.

-¿Mejor jinete?

-Juan Vicente Tovar, un caballero. Cuando se retiró no pude ganar un clásico con él. Cuando regresó cumplí mi deseo y así fue, retornó y lo hice con Templado en el José Antonio Páez. Hicimos buena yunta, de hecho esa es la única foto que conservo en mi hogar.

-¿Entrenador que admires?

-Daniel Pérez, lo admiro porque es un hombre correcto. Aprendí de él mucho, por eso es que estoy aquí.

-¿Meta?

-Bastantes, ganar un Simón Bolívar. Y el Clásico Fuerzas Armadas y un evento del Caribe.

-¿Hobby?

-Me encanta es jugar pelota. Me fascina el béisbol. He practicado otros deportes como el volibol, disciplina en que destaqué en el liceo.

-¿Has ganado en Valencia y Santa Rita?

-En Valencia. Pues en Santa Rita llevé a Lucky Metal y me ganó El Gran Sol en Clásico de La Chinita.

-¿Qué piensas del hipismo actual?

-Creo que esto tiene que buscar un nuevo giro. En vista de toda la problemática de hoy, creo que debería llegar un instante en que se solucionen los problemas, creo que ha existido una mala gerencia. Al superar eso, tendremos un hipismo boyante.

Vielma para finalizar, nos habló de una mala etapa que tuvo, que está superando en la actualidad, ya que tuvo un personal que casi acabó con toda su caballada debido a unas manos criminales. “Confié en la buena fe del personal a mi cargo y esas manos criminales acabó con casi toda la caballada, en vista de eso los propietarios se llevaron sus caballos y me dejaron dos caballos apenas, ese día se llevaron 25 caballos de la cuadra, todo por culpa de manos criminales, pero gracias a Dios, estoy en la pelea. Eso no me volverá a pasar, ser tan confiado’’.